Tanto la dueña del terreno como los brigadistas que quedaron envueltos en los incidentes suponen que los autores del ataque comenzaron el «rozado» con fuego para poder usurpar el lugar.
Un incendio iniciado de forma intencional en zona de la picada Sargento Cabral, aparentemente con fines de poder intrusarlo, se fue de las manos este lunes y terminó quemando parte de una reserva privada en Oberá. Y como eso si eso fuera poco, apedrearon a los bomberos voluntarios que respondieron al llamado de alerta.
Brígida Falk propietaria del terreno, el cual lo heredó de sus padres quienes lo habían comprado en el año 1958 explicó a PRIMERA EDICIÓN que se trata de una práctica sistemática. “Me enfermé de estrés por todo esto que me pasa acá, no quiero que me ingresen ni me usurpen, no se si esa es la intención, pero ¿para qué van a provocar esos tremendos incendios?“, se preguntó.
“Hace 10 años que vivo acá y hace 10 años que prenden fuego, pasa que nunca antes llegó a este lugar”, se explayó.
La rápida respuesta de los Bomberos Voluntarios de Oberá y la ayuda de personas del club Alemán (predio lindante al que se quemó), fue primordial para poder sofocar el foco ígneo que incendió gran parte del lugar pero que pudo ser mucho peor. “Gracias a todos los bomberos voluntarios y a la gente del club Alemán que me dio una mano pudimos apagarlo. Ya hice una denuncia en la Comisaría Segunda porque ignoro quien fue, eso es algo que se está investigando y el autor debería pagar por el daño que hizo, incluso en el móvil de los bomberos que fue apedreado”, sintetizó Falk.
La dueña del terreno no retrocedió y aclaró que va cuidar lo que le pertenece. “Esto lo armaron mis padres, con ellos trabajé desde los 7 años para cuidarlo, no tengo miedo de enfrentarme a defender lo mío”, advirtió.
Rápida respuesta y recibimiento a los piedrazos
Tres dotaciones de Bomberos Voluntarios de Oberá acudieron al lugar para sofocar el incendio. “Recibimos el pedido de auxilio a las 11 de la mañana porque había peligro de llegar a una vivienda y nos encontramos con dos focos de incendio con una extensión de 100 metros y las llamas a la altura de un hombre y avanzando hacia las instalaciones del club Alemán”, relató el sargento Alejandro Figueredo, bombero voluntario.
En esa línea, Figueredo destacó la ayuda de los vecinos que se acercaron. “Gracias a la ayuda de los vecinos que colaboraron hasta con baldes de agua y con nuestras líneas pudimos controlarlo”, contó.
En tanto que, mientras el personal combatía el fuego, un grupo de personas que al parecer querían usurpar el terreno de Falk, tiraron piedras al móvil de los bomberos y rompieron una luneta del vehículo.