El misionero Lucas Koziarski obtuvo el reconocimiento, en el marco del 35° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, en Mejor Dirección de Arte de Película Argentina de todas las competencias por su trabajo en la película “Las Mil y una”, de la directora correntina Clarisa Navas.
En el emblemático Festival, que se realizó desde el 21 al 29 de noviembre de este año bajo la modalidad virtual, este reconocimiento fue otorgado por la AADA – Asociación Argentina de Directores de Arte Audiovisuales. Vale remarcar que la película también abrió la sección Panorama del Festival Internacional de Cine de Berlín en febrero pasado y el jueves 3 de diciembre tuvo su estreno virtual en la plataforma CineAr Play, donde se la puede ver actualmente.
“Sabía que en el Festival entregaban premios a cada uno de los departamentos de la producción audiovisual, pero no estaba esperando ningún tipo de reconocimiento. Realmente no me lo esperaba ni me imaginaba”, expresó el técnico obereño.
Koziarski se mostró agradecido por “todos los saludos que recibí por gente que respeto y admiro como directores de cine, profesores y la gente de la Facultad de Arte y Diseño de la UNaM (Universidad Nacional de Misiones), como también de la ENERC (Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica) donde estudié Cine y me escribieron profesores y desde la Vicerectoría”.
El jurado del Premio AADA a Mejor Dirección de Arte de Película Argentina de todas las Competencias del Mar del Plata Film Festival expresó en su argumentación que la dirección de Arte de Koziarski “compone de manera contundente, junto a la fotografía, la espesura espacial, sensible y simbólica de la vida y entrañas de ‘Las mil y una’. Encuentro de texturas, colores, formas, objetos, espacios, dialogan con los cuerpos que los habitan, constituyendo la red vital de hermanxs, amigxs, amores, pasiones. El vestuario ayuda a individualizarlos, recortarlos; y a veces se pierden y entremezclan, sin distinguirse de los elementos que componen los espacios abarrotados. No hay ningún elemento que desentone.
El color rojo marca el recorrido. Festejamos la libertad y precisión sensible de la propuesta visual”. Este cuerpo de selección del Festival estuvo compuesto por las especialistas en Arte: Julieta Dolinsky, Patricia Pernia y Luciana Quartaruolo.
Con la gente del lugar
En referencia a su trabajo en “Las mil y una”, el obereño destacó el gran trabajo en equipo con Clarisa Navas al frente, reconocida directora de “Hoy partido a las tres” (2017), con una pre producción y rodaje de la película, que fue filmada casi íntegramente, en el barrio Las Mil de la ciudad de Corrientes. “Es un complejo de monoblocks muy grande y para mí fue un gran desafío la propuesta debido a que no nací ni me crié en un barrio con estas características, y cuando Clarisa me propone hacer esta película yo no quería caretearla como me parece ocurre con el 80 por ciento de quienes hacen trabajos sobre lugares que no conocen y terminan haciendo algo sobre el lugar y no con la gente del lugar. Mi propuesta fue hacer un arte con la gente y no sobre el lugar y eso interesó a la directora”, manifestó.
A los tres días de aceptar la propuesta de la realizadora, Koziarski dejó su Oberá natal, donde vive actualmente, y se instaló en Corrientes para trabajar en la preproducción. “Estuve visitando mucho al barrio, me sentaba a tomar mate con alguna vecina, muchas charlas y de esa manera pude entablar un vínculo que permitió meterme en ese mundo que tiene sus particularidades de un lugar casi abandonado. Estos barrios tienen problemas muy estructurales de humedad, caños rotos, filtraciones de agua y fue todo eso lo que busqué se pueda ver en la película, las paredes manchadas de humedad en los lugares en que transitan los personajes”, puntualizó.
En tal sentido dio cuenta que gran parte del Arte de la película se debe a las decisiones que tomaron los vecinos o los dueños de las locaciones del mismo barrio, las decoraciones por la Navidad, por ejemplo. “Fue un trabajo muy abierto al conjunto, de mucha experimentación, juego y de detenerse en detalles que son muy propios, a partir de observar como es el alrededor de uno y la vida ajena del otro”, recalcó.
Además hizo un reconocimiento al equipo de Arte con el que trabajó de manera más cercana como Federico Fischer (Chaco), peinador y utilero; Agustina Wetzel (Corrientes), ambientación; Clarisa Leiva (Formosa), vestuario, y Anouk Clemanceau (Buenos Aires), maquillaje. “Salvo Anouk, que ya había trabajado mucho en cine y publicidad, todo el resto éramos muy novatos y si bien teníamos algún vínculo con el audiovisual a raíz de que estudiamos, pero el trabajo del Arte de esta película fue bastante intuitivo, de observar el alrededor y poder meter esas cosas en el plano. La película en sí se hizo desde la sensibilidad y de la piel, más que desde la técnica y la profesión”, remarcó.
Abriendo caminos
La formación de Koziarski se dio a partir de un interés por el arte desde un plano integral, en primera instancia estudió la Tecnicatura de Medios Audiovisuales y Fotografía en la Facultad de Arte y Diseño de la UNaM, en Oberá, y luego se inscribió en la de Realización Cinematográfica Integral en la sede de la ENERC en Formosa, que fue donde conoció a Clarisa Navas a raíz de que se desempeña como tutora docente. “Es entonces que empecé a tomar conocimiento sobre cómo funciona todo en la realización audiovisual y es ahí donde tuve la primera cercanía al trabajo de Arte. Es un rol que comencé a transitar cuando realizaba los ejercicios de la Escuela y en los cortometrajes”, recordó.
El Arte, según añadió, “está muy vinculado al observar y quedar con cierta información que se visualiza en algún lugar determinado, los detalles de la vida ajena, hacer hincapié en cómo la gente ocupa ese espacio y luego se reproduce cuando se encara el proyecto audiovisual. La dirección de Arte es poder entender lo complejo que se vuelven los lugares cuando empiezan a ser transitados por cuerpos. Como a mí me gusta mucho chismosear la vida ajena, cuando empecé a hacer el Arte de los cortometrajes, me sentía como súper copado porque podía meter detalles que me parecían graciosos”, comentó.
Apenas culminaron los estudios académicos comenzó a trabajar de meritorio en la producción de la película “Lejos de Pekín”, dirigida por el iguazuense Maximiliano González, que se filmó en la Ciudad de las Cataratas. Al poco tiempo llegó el proyecto de “Las Mil y una” y desde entonces comenzó a transitar por varios proyectos que tuvieron más interés en el ámbito audiovisual.
“El siguiente trabajo que tuve después de ‘Las Mil y una’ no se relacionó con la dirección de Arte, fue para un documental de Cristian Pauls, que filmamos en Formosa y que todavía no se estrenó, donde hice asistencia de cámara y sonido. Luego volví a la parte de Arte como asistente en la serie ‘Pepper, todo por un like’, que se filmó en Buenos Aires, que se la puede ver actualmente por la plataforma Flow. Se trata sobre un youtuber que se queda sin seguidores y trata de hacer hasta lo imposible para revertir su situación”, detalló.
Posteriormente, en diciembre del año pasado, le tocó un rodaje en Salta, un cortometraje que pertenece al concurso del INCAA (Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales) “Historias Breves”, donde volvió a la Dirección de Arte. “Actualmente estoy trabajando como director de Arte en un largometraje que está en pre producción, donde estoy desarrollando la propuesta estética, pero no se sabe cuándo se va a filmar, también como asistente de dirección en otra película que tiene una producción más independiente, que está en estado de preproducción”, agregó.
“La gente de la ruta”
Otro proyecto, que es más personal, con el que tiene previsto trabajar de acá a un futuro, es la filmación en Oberá de una película con las mujeres de su familia: “La gente de la ruta”. El elenco, el equipo técnico y las locaciones ya están todos previstos, dijo Koziarski, “sólo me falta conseguir el financiamiento que requiere un proceso complicado. Será una producción con el eje en mis tías, primas, abuelas, primas y abuelas políticas”, adelantó. Es una historia de ficción, “se trata de una señora que llega desde Aristóbulo del Valle con sus hijos hasta a Oberá a visitar a una prima, en una casa sobre la Ruta 14. Se instalan durante todo un fin de semana largo y en ese tiempo transcurre la historia. Hace mucho tiempo no se ven y me interesa hacer un registro casi documental y cotidiano de cómo son las relaciones de los parientes que llegan a una casa luego de mucho tiempo. Por otra parte hay una cuestión que tiene que ver con que la casa de la prima está sobre la ruta, de día el clima del lugar es más de barrio, tranquilo y normal, con hábitos más cotidianos como tomar mate, mirar la tele, etc. Pero por la noche todo cambia a partir de que se vuelve todo más turbio. La Policía de tránsito sale a custodiar la ruta, el cruce constante de los camioneros, las chicas que trabajan para juntar algo de dinero en la zona de la rotonda y todo ese mundo nocturno al que la gente le da la espalda, pero todos saben que está ahí. Es ese contraste del día y la noche”, mencionó.
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