En su viaje de ayer a Eldorado, donde inauguró el hospital de pediatría, el gobernador de Misiones Oscar Herrera Ahuad se salió de su agenda y visitó a Luis Narciso y a su esposa Esther Barreto, los padres del corazón de Antonella, quien también estaba en ese momento en la casa del matrimonio, ubicada en el barrio Primavera del kilómetro 2, de esa ciudad.
En la oportunidad el primer mandatario pudo ver in situ a la familia, conocer la casa y el ambiente completo donde vive desde hace casi 4 años la pequeña, confirmó a MENSAJE DE MISIONES un integrante de la comitiva de gobierno.
Tras una conversación cargada de emociones, en la que incluso compartieron un tereré, Herrera Ahuad les manifestó todo su apoyo al matrimonio Narciso-Barreto.
Los padres del corazón le mostraron al mandatario el dormitorio y los juguetes de Antonella. En tanto, la pequeña, con sus ocurrencias, le sacó varias sonrisas al Gobernador, quien hasta conversó con la niña.
EL CASO
La resolución de la jueza de Familia de Eldorado Corina Elizabeth Jones fue bestial, sin lugar a dudas, porque, literalmente, con engañifas y en forma abrupta, arrebató a Antonella de los brazos de sus padres del corazón y la entregó a una pareja de mujeres que nunca tuvieron contacto con la pequeña, violando así todo proceso gradual de vinculación que se debe llevar adelante en una adopción de estas características, donde, además, no había ninguna urgencia. Por eso, se trató de una apropiación peor de las que se hicieron en la época de la dictadura militar.
El único argumento –si se puede llamar así- de la magistrada, para ejecutar ese acto de tanta violencia y maldad, como si se tratase de cambiar de dueño a un oso de peluche, fue decirle a la hermana biológica: “Yo veo que vos no sos capaz de tener a tu cargo a Antonella”, tras lo cual entregó a la nena a la pareja de policías.
Unos 10 días antes, el 22 de noviembre pasado, la jueza había intentado entregar en adopción a Antonella, también en forma casi intempestiva, a otro matrimonio, pero los abogados Juan José Selva Andrade y Sandra Olcese se movieron rápidamente y lograron neutralizar esa medida con una jugada jurídica magistral, al presentar una solicitud de guarda de parte de la hermana, Danila, en base al artículo 607 del Código Civil, que da prioridad a los familiares, tanto en la guarda como en la adopción. Ante esta solicitud, Jones no tuvo más remedio que resolver entregar a la pequeña a Danila, con un régimen amplio de comunicación con los padres del corazón, Luis Alberto Narciso y Esther Barreto. Así, Antonella estaba durante el día con su hermana, todo el tiempo que ésta podía cuidarla fuera de su horario de trabajo en la Zona de Salud III, del kilómetro 11 de Eldorado. Pero el resto del tiempo, y sobre todo a la noche, la pequeña pasaba con sus padres del corazón.
Todo parecía ir sobre rieles, pero llegó el día fatídico. A la mañana temprano del jueves 3, la jueza Jones llamó al celular de Esther Barrios, con quien en ese momento estaba Antonella -mientras Danila se encontraba en el trabajo- y la citó para que se presentara en el juzgado a las 9.30 con la pequeña para, supuestamente, realizar un trámite de rutina. Fue cuando se apropió de Antonella y sucedió todo lo que ya es ampliamente conocido.