“Me emociona saber que mi historia sirve de motivación”
Se podría decir que la historia de Agustín Da Silva (22) es propia de una película. Y no es una ilusión. Es que, en parte, ya se hizo: en 2018, la productora estadounidense AJ+ estrenó un minidocumental de seis minutos en el que reflejó la superación del atleta obereño, que dejó el trabajo infantil en los yerbales para convertirse en una de las promesas provinciales y nacionales.
Claro que el público se renueva. Y para quien no sabía aún del misionero que conmovió al mundo con su historia, surgió el último miércoles una nueva oportunidad, esta vez a través de un artículo publicado por el portal de noticias Infobae, uno de los más leídos de la Argentina. Y otra vez, la historia que merece ser contada, como corresponde, volvió a contarse.
“Me emociona saber que mi historia sirve de motivación. Cada vez que veo que sale una nota, que se difunde mi historia y que eso motiva a muchos chicos que están en mis condiciones, se transforma en una gran motivación para mí. Ahí pienso que vale la pena correr como lo hago desde hace siete años”, reflexiona Agustín ante EL DEPORTIVO, que lo contactó para saber sus sensaciones ante un nuevo pantallazo de la opinión pública nacional.
Desde Oberá, donde a los 12 años comenzó a trabajar en los yerbales para parar la olla familiar, y donde también encontró el deporte que le iba a cambiar la vida, Agustín recordó su historia, hizo un balance del año que se va y contó los proyectos y metas que tiene para 2021.
Agustín, tu historia nuevamente llegó a los medios nacionales en la última semana… ¿Qué sentís cuando ves esos artículos?
Sinceramente es algo increíble. Me emociona mucho saber que mi historia sirve de motivación para otros. Cada vez que sale una nota, que sigue motivando a muchos chicos que están en mis condiciones, todo eso se transforma a su vez en una gran motivación para mí.
Tener esa posibilidad de difundir que todo se puede lograr con constancia, con perseverancia, es motivo de mucha felicidad para mí. Por ahí muchos ven que sale en algún medio, que gané una carrera, pero yo siento ahí que vale la pena correr como lo hago desde hace siete años.
¿Imaginaste todo esto alguna vez?
No, la verdad que no (se ríe). Todo esto me pone muy contento. Siempre quiero transmitir la positividad, que a mí me sirvió mucho y le puede servir a muchos chicos. Nunca hay que mirar las cosas de manera negativa, siempre hay que luchar por hacer algo bueno. Y pensar en positivo.
Lo dijiste siempre y vale la pena repetirlo… el atletismo te cambió la vida…
Es así. Mirá, es dura la cosecha de yerba mate. No quiero que se malinterprete porque es un trabajo digno como cualquiera. Yo estuve en ese lugar, en el campamento, con el objetivo de juntar 800 o 1.000 kilos de yerba por día. Y no está bueno que un chico de tan corta edad esté ahí… Suele pasar que muchos chicos acompañan a su padre uno o dos días, pero no está bueno que estén treinta días en la campaña. Ahí no hay futuro para los chicos.
Siempre rescato que esa experiencia me permitió aprender a valorar muchas cosas, la familia, los amigos, la gente. Ese lugar me hizo fuerte y me permitió entender que las posibilidades están y tenés que buscarlas. En lo que sea, en la música, en el estudio o como en mi caso, en el deporte.
Es una cuestión de decisión, de voluntad…
Sí, yo una vez que empecé a estudiar en la secundaria, me propuse terminar. Sabía que me iba a costar, que quizás me iba a llevar tiempo, pero hay que tener constancia. Todo cuesta.
No es fácil ir a la escuela y que se rían porque no tenés para las zapatillas. Yo pasé todas esas cosas, pero sabía que tenía que cumplir mi objetivo, entonces no me preocupaba por esas cosas.
Y hoy estás estudiando una carrera universitaria…
Estoy estudiando kinesiología en la Universidad Gastón Dachary, a la que quiero agradecer porque este fue mi segundo año becado. Me encanta la kinesiología, en el futuro me gustaría tener la posibilidad de ayudar a otras personas, de prevenir lesiones, de transmitir todo lo que estoy aprendiendo.
¿Y cómo fue el 2020 en cuanto a lo deportivo?
Durante la cuarentena, que no podía salir a correr, me mentalicé en entrenar y fortalecer, siempre motivado, con la esperanza de que algún día íbamos a volver. Entonces, me mentalicé en que, si era necesario estar así un año entero, lo iba a ser porque estaba preparado.
Estuviste a apenas segundos de clasificar al Nacional de Mayores de Rosario…
Sí, pero tuve algunos problemas, una caída algunas semanas antes y un día que no fue bueno cuando se tomaron los tiempos. La cuestión es que quedé a nueve segundos. Para clasificar en los 5 mil metros, pedían 14m50s, y terminé en 14m59s.
¿En qué pruebas te sentís más cómodo?
Yo compito en ruta, en 10 kilómetros, y después en pista me gustan los 1.500, 3 y 5 mil metros. También los 800 metros. Y son las pruebas de 10 kilómetros las que más me gustan. En esa distancia, mi mejor marca es de 31 minutos.
¿Cuánto cuesta bajar un segundo?
Por ejemplo, para una prueba de 1.500 metros, bajar uno o dos segundos implica entrenar muy duro, es mucho tiempo. Y después todo pasa por cómo llegás a la carrera. Si llegás bien descansado, podés llegar a bajar entre 4 y 5 segundos en una prueba de 10 mil metros. Yo trato de avanzar, despacito, pero avanzar.
¿Cómo son tus entrenamientos?
Dos o tres veces por semana entreno en el Ian Barney. El resto de los días suelo ir mucho a la Plaza Malvinas Argentinas, acá cerca del centro de Oberá, donde me preparo para los nacionales de cross country. También me gusta mucho correr por los caminos de tierra, suelo ir para el lado del barrio San José.
¿Tiene algún secreto el atletismo?
Esta disciplina requiere de mucha paciencia, de mucha constancia, y sobre todo de mucho esfuerzo y trabajo diario. A mí me pasa, por ejemplo, que si no corro durante tres días, me cuesta mucho arrancar y retomar el nivel con el que venía. Entonces todos los días trato de correr al menos 30 minutos. Y así ya llevo siete años corriendo, lapso en el que sólo paré dos semanas, por una lesión.
¿Cuáles son tus metas para el año que viene?
Tengo planeado, si se da la posibilidad, compartir dos semanas con mi entrenador, que está en Buenos Aires, en Entre Ríos. Queremos preparar una prueba de 5 mil metros en pista, probablemente para el Nacional U-23, que se haría en marzo. Y después también una prueba de 1.500 metros.
Todavía no hay mucho de calendario porque no hay nada seguro, pero la idea es estar en un Nacional, representar a la provincia y el día de mañana, salir afuera y representar al país.
¿Se mantiene el sueño olímpico?
Sí, yo creo que con trabajo se va a dar. Para eso se requiere mucho tiempo y dedicarte exclusivamente al deporte. Pero voy a intentarlo.