La investigación por la desaparición del peón rural Marcelo Antúnez Sequeira (36), quien fuera visto por última vez el pasado lunes 4 de enero cuando salió de su vivienda en San Vicente para ir a trabajar a un yerbal cercano en Picada Zulma, tuvo novedades durante la jornada de ayer.
Es que durante un allanamiento desplegado por la Policía de Misiones en una propiedad de un familiar del patrón de Antúnez se hallaron partes de una mano que podrían corresponderse al desaparecido.
Por si fuera poco, en un despliegue policial previo, realizado en la chacra del propio empleador, identificado como Juan G., los pesquisas hallaron varias prendas de vestir y documentación del trabajador rural, por lo que inmediatamente se dispuso la detención del dueño del terreno, a quien la familia Antúnez ya había apuntado como responsable de la desaparición y quien al ser consultado en su momento por los investigadores manifestó no tener contacto con su empleado desde hacia varios meses.
Según consignaron fuentes policiales que intervinieron en los dos procedimientos, la primera de las intervenciones se concretó cerca de las 9 en Picada Zulma, cuando el propio titular del Juzgado de Instrucción Tres, Gerardo Casco, acompañado por autoridades de la Unidad Regional VIII de San Vicente requisaron la vivienda del ahora detenido.
Dentro de esa propiedad del kilómetro 978 de la ruta nacional 14 se secuestraron documentos, un par de alpargatas, una remera y una bermuda que serían de Antúnez.
A partir de este importante avance y ante la posibilidad de un caso de homicidio, la comitiva policial y judicial se trasladó unos 30 kilómetros del casco céntrico de San Vicente, más precisamente hasta una chacra ubicada en picada El Progreso, propiedad de Miguel L., yerno del sospechoso.
En ese lugar, personal de Bomberos Voluntarios y de la Policía realizaron distintos rastrillajes en una zona de plantaciones de pino, maíz y eucaliptos, hasta que al llegar a un pozo de agua los advirtieron un fuerte olor nauseabundo que venía desde ese lugar.
Fue así que tras retirar distintos gajos y troncos que cubrían el pozo de unos 30 metros profundad, los uniformados se toparon con el resto óseo. Ante esta situación, se dispuso ampliar el radio de búsqueda en esa chacra a los fines de hallar más restos humanos y hasta el cierre de esta edición los pesquisas continuaban trabajando en el lugar.
Por otro lado, la extremidad encontrada fue trasladada a la Morgue Judicial para los correspondientes estudios de ADN para determinar si realmente pertenece al agricultor desaparecido.
Dolor de hermano
Muy golpeado por la noticia, pero con la firme convicción de hallar lo más rápidamente al responsable de la desaparición de su hermano, Cristian Antúnez aguardaba ayer junto al resto de su familia mayores datos en torno a los restos encontrados.
En diálogo con este medio, el joven comentó que “para nosotros es una muy noticia dura, que te vengan a decir que encontraron a tu hermano de esta manera, que le hicieron todo eso y que seguro le habrán hecho un montón de cosas más. Ropas por un lado, partes del cuerpo por el otro. Es duro, pero, bueno, ahora al menos estamos un poco más tranquilos porque se tiene que hacer justicia y se tiene que encontrar un responsable. No puede quedar así”.
En su momento, fue el propio Cristian quien apuntó al patrón de Marcelo como responsable de la desaparición. Sobre esto, agregó que “nos picha un poco todo esto. Nosotros desde el primer día nombramos la chacra, decíamos ‘busquen ahí, busquen ahí’, mi hermano trabajaba en las dos chacras que se allanaron, tanto en la que vivía esa persona como en la otra. Se le pidió por favor a la Policía que se busque ahí. Cuarenta días esperaron para buscar allá”.
Por otro lado, comentó que dos días después de no obtener datos de su familiar, tanto él como otros parientes llegaron hasta distintas chacras en donde residen allegados al detenido. Incluso, indicó que dialogaron con un yerno del empleador, aunque aclaró que éste en ningún momento dijo su nombre y que por ello desconoce si es la misma persona en cuya propiedad se hallaron los restos.
“Hablamos con un yerno los primeros días que salimos a buscarlo. Llegamos a su casa en picada Zulma y nos dijo que tengamos cuidado, que ese hombre (por Juan G.) es mal hablado, un bandido, pero no nos dijo su nombre y no sabemos si es en su chacra donde aparecieron los restos”.
Por último, remarcó que lo mínimo que puede hacer la Policía en estos momentos es mantener tras las rejas al sospechoso ya que consideran que si lo liberan seguramente se va escapar.
Y añadió: “Ese mismo viejo con el que Marcelo trabajó más de cinco años es el mismo que vino a casa, el que le invitó a laburar, que le citó ese lunes a la mañana a su chacra. Por eso es que estábamos seguro que mi hermano fue ahí y que algo había pasado como dije la primera vez. Que el vino a buscar a mi hermano hay testigos. Encima él negaba, por eso nosotros sospechábamos. Y teníamos toda la razón”.
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