Siguiendo el ejemplo de un amigo, Fátima Grebinski lleva años al mando de un camión. Es madre de dos niños y antes la acompañaba su hija, cuando era un bebé. “Yo lucho por ellos”.
Hace unos años, Fátima Grebinski decidió tomar el volante de un camión para sacar adelante a sus dos pequeños hijos: una niña de 4 años y un bebé de un año y medio.
Oriunda del municipio de Garuhapé, al momento de la entrevista esta joven de 25 años se encontraba recorriendo las rutas de la provincia de Formosa desde donde relató:
“Cuando viajo mis hijos se quedan con mi madre y mi cuñada. Estoy luchando por ellos ya que soy madre soltera”.
Guerrera y segura de cada paso que da, Fátima relató cómo se inició en este oficio donde predomina el género masculino. Un lugar donde “me siento cuidada por mis colegas que siempre me ayudan cuando tengo un inconveniente”.
A su vez, un trabajo que la llevó a aprender sobre mecánica porque “a mí me encanta aprender y más sobre esto porque cuando me quedó en la ruta puedo saber qué le pasa al vehículo y avisar a mi jefe para que me manden los repuestos. Además, si veo a un compañero le puedo darle una mano”.
El primer viaje
Todo comenzó cuando Fátima acompañó a un amigo en un viaje. “Él me dio el volante y desde ese instante luché por tener mi carnet”.
Para los 21 obtuvo su carnet profesional y poco después “conseguí trabajo en el Sur donde hice la temporada de frutas. Luego, trabajé en el puerto, en Buenos Aires”.
Pero su meta era conseguir un trabajo en Misiones, para estar cerca de su familia y eso le llevó mucho tiempo. “Así es, me costó más de un año conseguir trabajo en la provincia, considero que aquí todavía priorizan a los hombres. Es decir, en Misiones está muy cerrado el campo laboral a las mujeres pero todo cambió cuando me pasaron un contacto y lo llamé, le dije que quería trabajar en la provincia y me dieron la entrevista, me hicieron la prueba y el ocupacional y desde entonces estoy trabajando en mi provincia”.
En las rutas prima el respeto y la admiración, “muchos de mis compañeros me dicen que nunca vieron una mujer trabajando de camionera en el Norte. Me cuidan, siempre digo que tengo ‘guardia las 24 horas’ ya que siempre que necesito algo están ahí”.
Y destacó: “Si rompo en la ruta mis colegas se detienen para socorrerme o viene mi jefe y arreglan el camión”.
En cuanto a la higiene, “tengo paradas en las estaciones de servicio donde hay baños en excelente estado, hay agua caliente”.
Lejos de casa
Desde Formosa, la joven relató que tiene miles de anécdotas para compartir, algunas muy buenas y otras no tanto. Es que estar lejos de casa y de la familia no es sencillo; “debo decir que me gusta manejar y mi nena creció en el camión conmigo”, relató con orgullo y cierta nostalgia ya que “ahora empezó el jardín y el primer día no la pude acompañarla, me tocó subir al camión por necesidad y lucho por ellos, por mis hijos”.
Las redes sociales son un lugar que le permiten estar más cerca, Fátima tiene muchos seguidores que la apoyan y dijo “estoy en varios grupos de camioneros de todo el país, algunas personas comparten mis fotos y me apoyan pero a otras les molesta e incluso me llegan a insultar”.
Por lo pronto, la joven madre, camionera y futura mecánica continúa recorriendo las rutas argentinas convencida de que su misión es; “darles lo mejor a mis hijos”.
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