En la localidad de Campo Viera funcionó durante el receso escolar, una Escuela de Verano organizada por el Movimiento Evita y el Partido Agrario y Social, donde más de un centenar de niños, niñas y jóvenes tuvieron clases de apoyo con tres docentes, y acompañadas por desayuno y merienda.
La actividad terminó con el inicio del ciclo lectivo 2021, y alumnos, docentes y padres participaron del acto de entrega de certificados que se realizó en el Km 28, donde los pastores de la Iglesia “Dios es Amor” prestaron el lugar por intermedio de una vecina, y estuvo invitado el diputado Martín Sereno (PAyS).
“El trabajo de las compañeras, la voluntad de la gurisada, la generosidad y colaboración de madres y padres, hicieron posible esta actividad a través de la organización que brindó respuesta siempre. Ahora las madres pidieron que continúen las clases de apoyo para el ciclo primario y secundario, como un espacio que supieron construir y valoran”, señaló el legislador.
Expresó su orgullo por lo que se logró en Campo Viera, como parte de las políticas de educación popular que sostiene el PAyS en la provincia y en el país.
En el verano trabajaron con más de 200 alumnos y alumnas de diferentes barrios con nivel primario, secundario, terciario y universitario; las docentes consideraron que después del año de clases virtuales, este inicio lectivo sería más duro, y la demanda fue enorme. “Fue emocionante ver como muchas familias del barrio ayudaban prestando sillas y mesas y colaboraron coordinadas entre ellas, para hacer el desayuno y merienda. Se respetaron los espacios, algunas iglesias cedieron sus salones, los vecinos los patios de sus viviendas, y toda la comunidad se organizó en beneficio de la enseñanza. Es un hecho muy conmovedor, y siguiendo el camino de la solidaridad”, dijo.
Sereno felicitó a todos y todas, y especialmente a las tres docentes Campo Viera que dedicaron su tiempo para ayudar a que los chicos puedan tener un inicio de clases más confiados, preparados y seguros”, resaltó.
Enseñanza para alumnos de primaria, secundaria y terciaria
Una de las docentes, Anahí Arzamendia, explicó que la Escuela de Verano fue una iniciativa del Movimiento Evita de Campo Viera, porque sabían que muchos chicos y chicas abandonaron la escuela en el 2020 durante el período de pandemia.
Anahí recordó que otros no tuvieron acceso a internet ni a los cuadernillos. Por eso “armamos un proyecto que disparó varias preguntas e hicimos un relevamiento recorriendo los barrios populares para conocer sus necesidades educativas, y a partir de ahí comenzamos a trabajar en enero con la Escuelita de Verano Evita, donde hubo una matrícula de entre 200 a 250 chicos, y como provienen de varios lugares, nos distribuimos en dos barrios donde confluyeron niños de diferentes barrios”, indicó.
Las docentes dieron clases tres veces por semana, y con jornada completa, y los sábados las clases se extendieron a los y las alumnas de niveles secundario, terciario y universitario.
Reconocimiento a la colaboración de los padres
Para la educadora estos tres meses de la escuela de verano fueron muy significativos porque hubo chicos que aprendieron a leer y a interpretar los textos, entre otras cosas. “Nos sentimos muy satisfechas con la tarea realizada y postergamos el cierre del ciclo porque creemos que, más allá de que la escuela de verano haya sido gratuita, era necesario reconocer la confianza de los padres al dejarnos sus hijos chicos, adolescentes y también jóvenes que cursan carreras universitarias”.
Sostuvo que el acto de cierre es un reconocimiento del Evita a la confianza de los padres y al esfuerzo de los chicos en decidir formarse durante el período de vacaciones, en el que estuvieron en pandemia. “Quisimos agasajar con la entrega de certificados y golosinas a quienes asistieron a la escuela y a los otros chicos y chicas que se acercaron para tomar una chocolatada. Estamos muy contentas y vamos a reorganizar y seguir con la escuela de verano siempre organizadas en el movimiento social, ocupándonos de las necesidades de los que menos recursos materiales tienen”, destacó Anahí.
Relevamiento que mostró mucha deserción escolar
Noemí Arzamendia es otra de las docentes, quien refirió que la encuesta que hicieron surgió porque sabían las situaciones de los padres de los chicos que concurren a las ollas populares, los merenderos, y las charlas que se hacen en los barrios sobre el cuidado que deben tener para la prevención del Covid-19.
“Ellas nos contaron el año pasado que sus hijos estaban abandonando la escuela, y vimos que había una gran deserción escolar, tanto en niños de primaria como secundaria. A partir de ahí nos surgió el proyecto de la escuela de verano para reinsertar a estos chicos a la escolaridad; las encuestas fueron pensadas para ver cuales eran las situaciones puntuales de cada chico, qué materias les costaba más, y también para ver el nivel educativo de los padres, porque muchos plantearon que no podían acompañar a sus hijos porque no sabían leer, o no conocían las nuevas tareas de sus hijos, y considerando también que es muy difícil para las familias pagar a maestros particulares”, remarcó.
“Seguiremos enseñando por pedido de las familias”
Mientras que Silvia Arzamendia, docente de primaria, de la Escuela de Verano Evita organizada por la demanda de más de 200 alumnas y alumnos.
La joven habló de las debilidades y fortalezas que tuvieron durante las clases. “Creo que una de las debilidades más grandes fue lo que nos costó aprender cómo enfrentar tanta demanda de chicos y chicas, a partir de encarar la situación hostil que vivimos a través de esta pandemia. Estamos hablando de chicos que cursaron sus estudios el año pasado en virtualidad, es decir que estaban en cero”, opinó.
A partir de ahí, las docentes comenzaron a enseñar gramática con profundidad, y pudieron sacar a flote un gran potencial que tienen estos chicos. “La experiencia más linda que tuve es que los chicos que cursaron su salita de cinco años en virtualidad, en tres meses, egresaron de la Escuela Evita sabiendo leer, otros que pasaron de grado, pero que no sabían reconocer las letras o interpretar un texto, ahora ya tienen ese conocimiento y leyendo”. Otra gran fortaleza que tuvieron fue el cariño de los padres, de las alumnas y alumnos de “nuestro pueblo, sentir que hacemos una tarea colectiva y comprometida, y que se ve reflejado en el cariño de cada familia”.
Silvia afirmó que fue una experiencia tan valiosa para todos y todas que piensan seguir adelante. “No queremos parar acá, porque sentimos que los chicos y padres lo necesitan, y nuestra organización política y social también está para militar la educación. Agradecemos al diputado, Martín Sereno por ser nuestro referente y colaboró con los insumos, igual que otros compañeros y compañeras que estuvieron siempre”, subrayó la educadora.
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