Después de un 2020, catalogado como el año más bajo en cuanto a siniestros, el «otro relajamiento» también se evidencia en el aumento de las infracciones viales.
El año pasado durante este mismo período, cuando por la cuarentena obligatoria se restringió la circulación, la cantidad de fallecidos por accidentes de tránsito había bajado a cero y ahora los números de alcoholizados y muertos al volante vuelven a mostrar negras estadísticas para lamentar.
“No tuvimos muertos en la provincia durante la cuarentena cuando los controles eran estrictos. Antes de la pandemia, desde 2019 para atrás, llegamos a tener un promedio estadístico de tres a cinco muertos los fines de semana e inclusive ese año rompimos el triste récord de contar once fallecidos en un fin de semana, algo que en 2020 no pasó, pero que ahora empieza a cambiar para mal”, fue la opinión del abogado y experto en siniestros viales, Luis Di Falco consultado por PRIMERA EDICIÓN luego del negro fin de semana pasado.
“Si bien en los primeros meses del año no tuvimos promedio de cinco fallecidos por fin de semana, sino que han sido uno o dos, de promedio y en algunos no hemos tenido ninguno, lo cierto es que a la fecha, en cuanto a fallecidos, ya estamos con cifras similares a las del año pasado en el períodos en que se comenzaron a flexibilizar las restricciones. Quizá incluso un poco más”, apuntó.
En enero de este año contamos 14 fallecidos, y la localidad que más muertos tuvo fue Iguazú. En febrero la cifra casi se duplicó, ya que hubo 21 fallecidos y las localidades donde se produjeron los decesos fueron San Pedro y Posadas”, agregó Di Falco.
Aunque las cifras de marzo están en proceso, sí es posible decir que las muertes en accidentes que involucran motocicletas siguen encabezando la triste lista, le siguen accidentes en autos y en tercer lugar peatones.
“Una característica que tienen en común es que los accidentes ocurridos, en general, no involucran varios vehículos. Influyen los exceso de velocidad y las distracciones porque van manejando con el celular. Esto tiene que ver con una práctica cultural de conducir un vehículo y donde la herramienta para cambiar es la educación y la toma de consciencia además de fuertes controles y multas”, remarcó.
Faltan más controles
Si bien Di Falco reconoció que se están haciendo más controles de alcoholemia y que de hecho en las últimas semanas han crecido en ritmo y cantidad en el marco del programa de Control Federal de Alcoholemia, principalmente porque anteriormente hubo períodos en los cuales se contó con menos agentes de control por haberse contagiado con COVID-19, “vemos estadísticamente que son menos secuestros de vehículos por alcoholemia y esto seguramente es porque faltan agudizar mucho más estos controles”, enfatizó.
Ocupan las camas críticas
“Los accidentes de tránsito relacionados con las camas críticas terminan recargando el sistema. Tenemos personas internadas en hospitales y sanatorios por accidentes. Son camas que hoy se podrían utilizar para casos de COVID-19 si es que se los necesitaran”, criticó el abogado y experto en temas de seguridad vial, en otro tramo de la charla.
“Esto lo vemos porque falló la educación, la toma de conciencia e incluso los controles porque los accidentes ocurrieron. Los casos se hacen más evidentes los fines de semana cuando llegan a las urgencias y los derivan a las camas críticas, para colmo en el marco de una segunda ola que puede ser crítica y a eso hay que pensarlo seriamente como sociedad”, pidió
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