Fuentes del Registro Provincial de las Personas, señalaron que los nombres Gael, Sofía, Thiago, Noah y Abigail fueron los más elegidos para los recién nacidos desde el 2019 a la fecha.
El nombre es nuestra “marca personal”. Sin duda nos identifica y a la vez se lo suele relacionar con determinadas modas o épocas.
Se sabe que es una manera de particularizar a una persona dentro de una sociedad o comunidad determinada. Y la elección casi nunca es sencilla, con frecuencia despierta debates. Algunos apelan a la creatividad, originalidad y transgresión, otros prefieren recurrir a las tradiciones familiares o fanatismos artísticos o deportivos.
Según datos aportados por el Registro Provincial de las Personas, en Misiones los nombres más elegidos para recién nacidos en lo que va del año han sido: Valentino, Jazmín, Álvaro, Joaquín, Yoselín, Agustín, Emilia, Bautista, Brenda, Selena, Sebastián y también, Emily.
Desde el 2019 a la fecha, en la larga lista se repiten: Gael, Sofía, Thiago, Noah y Abigail, estos marcan tendencia hace dos años.
Entre los populares para los varones se suman Ezequiel, Nicolás, Emmanuel, Giovanni, Lucas, Matheo, Santino, Gonzalo, Valentín y Bruno.
Mientras que para las niñas, se destacan: Isabela o Isabella, Mía, Elizabeth o Elizabet, Valentina y Martina.
En el Registro también se resaltaron los nombres de Aaron y Abraham.
Ainoha, Nahitan, Liam y Aitana son poco habituales y se distinguen en el informe. Y es extensa la nómina de nombres como: Belén, Guadalupe, Nahiara, Catalina, Giovanna, Milena y Maia.
Presentarnos al mundo
Pero ¿cuál es la verdadera importancia del nombre? Para la Licenciada en Psicología, Cecilia Castillo “dar nombre a un niño tiene algo de sagrado; es un bien que no ha de poder darse ni venderse, que se otorga para ser guardado. En la elección del nombre se entrecruzan los sueños de los padres respecto del niño que quisieran tener, y sobre esa base, el niño imprimirá y hará suyo su nombre propio”, precisó en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Siguiendo a la Licenciada Castillo “el nombre nos presenta a los demás, al otro, nos escoge y lleva nuestra historia”.
Para el ser humano “es un componente esencial en su vida, Freud en su ensayo de tótem y tabú señaló que nuestro nombre es a la vez el símbolo de nuestra humanidad y nuestra singularidad”.
Por otro lado, tendemos a percibir nuestro nombre como una de las partes más esenciales de nuestro ser y “de allí nuestra fascinación o irritación cuando nos encontramos con alguien que por casualidad lleva el mismo nombre. Esto quiere decir que el nombre no es un simple instrumento de designación de nuestra identidad, también transmite fantasías, símbolos, expectativas pero aún más, es capaz de actuar sobre nuestros cuerpos y nuestra conducta”. Para Castillo, un nombre nunca es indiferente ya que “implica una serie de relaciones entre el que lo lleva y la fuente de la cual procede. En este sentido, el nombre de pila sólo es un nombre ‘propio’ si se inserta en una historia simbólica familiar y social”.
Elegir nombre: recomendación
La Licenciada en Psicología, Cecilia Castillo sugirió que “algo que los padres deberían de tener en cuenta, es que cuando ponen al bebé un nombre que no es aceptado socialmente o tiene una connotación hacia la ridiculización, esto podría incidir de manera negativa en su identidad generando dificultades desde los psicológico como la negación, complejo de inconformidad, problemas de socialización, sentimientos de inferioridad que a la larga no serán buenos para el estado emocional de un niño. Llegando incluso a dejar de usar su nombre y preferir ser llamados por algún sobrenombre o apodo”.
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