Considerado uno de los pioneros de San Vicente, el sacerdote de 83 años falleció este sábado, tras estar internado diez días por COVID-19. Era una de las personas más reconocidas y respetadas por toda la sociedad sanvicentina, incluyendo personas de distintos cleros religiosos.
El padre Jorge Maniak llegó a San Vicente desde su Polonia natal en junio de 1968 y con ímpetu y espíritu de entrega comenzó a trabajar con los feligreses de las picadas de la zona de El Cruce o el Sesenta. Hoy, casi 54 años después, la localidad lo despide con profundo pesar. El sacerdote falleció luego de diez días de estar internado con COVID.
Activo, y siempre presente adonde lo requerían, en el 2020 había celebrado sus 53 años de sacerdocio, ocasión en la que al recordar sus primeros pasos en la provincia había manifestado que “la evangelización era mi principal tarea, mi principal objetivo. Yo me internaba por varios días en las colonias y trabajaba con los vecinos. Allí comía, dormía y así evangelizaba. Durante las noches pasábamos horas hablando y esas experiencias me quedaron guardadas en el corazón. De las largas charlas que teníamos surgían los modelos de lo que sería la parroquia”.
Maniak fue el promotor del afincamiento de muchas de las instituciones públicas. También se dedicó por entero a la evangelización, llegó a todos los rincones del municipio y junto con la comunidad iba levantando capillas en las colonias. Primero eran de maderas y precarias, luego las construían de material, al punto que son mucho más de cincuenta las capillas que hizo y ayudó a construir.
primera edición, misionesonline