Más que nada como antídoto de los resultados de la archiconocida frase “Julio los prepara, Agosto se los lleva”, el arbusto denominado ruda, en todas sus variedades y procedencias, en especial la denominada “macho”, se mantiene en los cánones de la medicina casera o familiar como un recurso indiscutido para aliviar dolores, curar infecciones y otras dolencias físicas o sentimentales, así como efectuar cambios en las relaciones de pareja, amistosas o vecinales de las personas (celos, malos tratos, engaños, etc.) y es una suerte de panacea universal acreditada entre las familias escasas de recursos económicos.
Se la suele mostrar como remedio o pócima muy usada por pitonisas, curanderos o las llamadas brujas, a quienes recurren quienes se siente perjudicados por familiares o vecinos o creen ser víctimas de un “mal” o embrujamiento a causa de esos personajes cuasi folclóricos enrolados en la “medicina popular”.
La ruda “¿llegó en los barcos?” ¿O ya estaba aquí?
No se sabe bien si las latitudes en las que se ubica Misiones la ruda ya era conocida por sus primitivos habitantes o si llegó “en los barcos”, que navegaron desde lejanos continentes a “civilizar” a los aborígenes que poblaban las “Indias” o más adelante la América.
Lo cierto es que casi en cada casa argentina hay un plantita de ruda, pues se alejan así las enfermedades, los malos vecinos evitándose visitas no deseadas y, claro, servir como un té estomacal o en el ataque a numerosos factores de pesar enrolados entre las huestes de maleficios y pestes.
Por ello es qué son muchísimos más los admiradores de este vegetal que los que lo ignoran o defenestran y es ancestral la celebración de la ruda el 1 de agosto de cada año con la ingestión de un licor casero elaborado con alcohol y hojas de la planta sumergidas en ese líquido.
Julio los prepara, agosto se los lleva.
Preparado el “tónico” por lo menos un mes antes, en principio se asegura su ingestor que lo que se dice de los meses de julio y agosto no haga efectos en su existencia y pueda seguir vivo, al menos, hasta el 1 de agosto del año siguiente.
En la parte sur de América, en especial la Mesopotamia, el Litoral y el Norte de Argentina; en el vecino Paraguay; Uruguay y parte del Brasil la costumbre es mantenida en forma sostenida y se bebe el líquido mágico en pequeñas dosis o en copas medianas.
Los comercios invitan a sus clientes con la Caña con Ruda ese día; hay puestos donde se pueden adquirirte botellas del brebaje y sitios donde se celebra una suerte de homenaje a la ruda y a veces el yuyo es sumergido en una botella con whiski o coñac, caña de durazno y hasta ginebra aunque en la zona litoral el licor preferido es la caña paraguaya.
Ruda 2021, por un nuevo tiempo sin barbijos
Siete tragos del líquido terapéutico en ayunas para los adultos y una cucharadita para los niños el 1 de agosto (mañana) y en el caso de personas que no pueden beber alcohol de ninguna clase, fricciones en los miembros afectados o en la espalda o el pecho.
Por supuesto cada año se tiene conocimiento de los casos en que los enfermos curaron, los matrimonios se reunieron, los niños recuperaron la alegría que perdieron por alguna dolencia como el empacho o el mal de ojos.
Ahora es seguro que la ingestión de caña con ruda estará bajo la advocación del santo o virgen de cada mortal pero en general es probable que el pedido 2021 a la ruda macerada en caña sea que “la pandemia que azota al mundo se corte y al amanecer al día siguiente (2 de agosto), de tomar nuestra popular y prodigiosa pócima podamos salir de la mano y sin barbijo, saludarnos con apretones de manos francas y sin golpearnos los nudillos y besarnos con amor, cariño o amistad sin miedo al virus, aunque sea sin vacunas.
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