La denuncia fue radicada por Pablo Galeano. Un chipero fue testigo del hecho. El damnificado cuestionó el posterior accionar de la Policía y ofreció una recompensa.
Fueron apenas diez minutos desde que estacionó la camioneta frente a la Terminal de Ómnibus de Oberá hasta que un empleado de seguridad corrió para avisarle que alguien rompió una ventanilla del rodado y escapó con una mochila llena de dinero.
En pocos segundos, a Pablo Galeano (44) se le cruzaron mil cosas por la cabeza y su mundo se vino abajo, ya que en el interior de la mochila tenía alrededor de 1.400.000 pesos, entre moneda nacional y dólares, además de una computadora y títulos de vehículos de la empresa de logística de la cual es apoderado.
“Me arruinaron. No sé qué voy a hacer ahora”, reflexionó luego de radicar la correspondiente denuncia ante la Seccional Segunda de la Capital del Monte, al tiempo cuestionó la demora de la Policía en acudir al lugar del hecho.
Además, en diálogo con El Territorio, Galeano aseguró que gratificará a quien le brinde un dato que le permita recuperar los papeles de los vehículos de la empresa, ya que consideró poco probable que puedan dar con el dinero.
Contó que en la víspera, alrededor de las 10.30, estacionó la Toyota Hilux sobre avenida Italia, frente a la Terminal de ómnibus, a donde se dirigió para enviar una encomienda a Buenos Aires.
“Me olvidé el barbijo y volví a buscar a la camioneta y, de paso, llevé mi celular. Si no, seguro que también me robaban el celular”, indicó.
Consultado al respecto, precisó que en el interior de la mochila que dejó en el asiento del acompañante de la Hilux tenía 350.000 pesos y 6.000 dólares de la empresa, y 50.000 pesos propios, además de una computadora, otro celular y los documentos citados.
El testigo
Incluso, el entrevistado mencionó que fue la primera vez en mucho tiempo que se dirigió a la terminal para enviar una encomienda, por lo que no es un trámite habitual en su trabajo.
“En la primera empresa de colectivos que pregunté me dijeron que por la pandemia no salen todos los días hacia Buenos Aires. Entonces fui a otra y en eso llegó corriendo un empleado de seguridad y me preguntó si la camioneta blanca era mía. Dijo ‘rompieron un vidrio’ y lo primero que pensé fue que me chocaron. No me imaginé un robo”, reconoció aún sin entender lo que le toca vivir.
Tras constatar el ilícito, se acercó un vendedor de chipa que trabaja en esa zona, quien le comentó que había visto la escena completa y que fue el primero que llamó a la línea de emergencias 911.
En tal sentido, Galeano precisó que “el chipero que vende frente a la Terminal vio todo. Dice que vio que el tipo estaba golpeando con una piedra la ventanilla del chofer y primero pensó que se trataba de una pelea por un accidente de tránsito, o algo así”.
“Pero después el tipo salió corriendo y pasó al lado del chipero gritando ‘ese me debe, ese me debe’. Ahí el chipero fue a ver la camioneta y vio que no había nadie adentro, se dio cuenta que fue un robo y llamó rápido a la Policía”, detalló el damnificado.
Según el testigo presencial, el ladrón corrió con sentido hacia la rotonda de la ruta nacional 14, donde hay domos con cámaras de seguridad monitoreadas por la Unidad Regional II. También hay cámaras en el frente de la Terminal de colectivos.
En este punto, Galeano cuestionó la demora de la Policía en arribar al lugar del hecho. “Tardaron media hora en llegar y después una hora más para tomarme la denuncia. El argumento de la oficial fue que en la Seccional Segunda tienen dos móviles, pero un solo chofer. Me pareció una tomada de pelo, algo difícil de creer”, se quejó.
Al boleo
Visiblemente molesto por lo que consideró una excesiva demora en el accionar de los efectivos policiales, también cuestionó que los uniformados que lo asistieron en primera instancia le mencionaron que deberían aguardar una orden judicial para poder analizar los registros del sistema de seguridad por cámaras.
“Me dijeron que si el juzgado no pide las grabaciones de las cámaras ellos no pueden ver, lo que me parece que le da demasiada ventaja al delincuente. Es más, hice la denuncia al mediodía y me dijeron que recién de tarde iban a recorrer la zona. La verdad que siento mucha impotencia”, subrayó.
Mencionó que habitualmente dejaba la mochila con dinero en la camioneta y nunca antes tuvo inconvenientes, ya que se mueve entre clientes habituales y de confianza.
En ese sentido, opinó que “me bajé para un trámite de diez minutos en la Terminal y nunca pensé que me podrían robar de esa forma, a media mañana en una zona tan transitada como esa”.
Comentó que una de las primeras preguntas que le hizo la Policía fue si sospechaba de alguien o que lo hayan seguido para robarle, lo que consideró poco probable.
“Un rato antes vi a un cliente y después, antes de llegar a la Terminal, estacionó en la ruta para hacer unas llamadas y no pasó nada. Si me estaban siguiendo capaz que aprovechaban cuando estaba parado en la ruta. Por eso no creo que me hayan seguido, pienso que fue al boleo”, agregó.
Por otra parte, Galeano ofreció una recompensa a quien pueda brindarle datos para recuperar sus pertenencias, “al menos los papeles, ya que la plata y la computadora será más difícil encontrar”, opinó.
En cifras
$6.000
El botín sustraído de la camioneta consistía en 400.000 pesos y 6.000 dólares en efectivo. El dinero era de su trabajo y otra parte suyo.