Se producen “encuentros de sonidos” de jóvenes que alteran la vida del barrio cada fin de semana desde la tarde hasta la mañana siguiente.
Indignados por la indiferencia con la que son tratados por el intendente local, Andrés Cuper (quien llegó al cargo tras el fallecimiento de Felipe Jeleñ), vecinos aledaños al polideportivo piden la regulación de sonidos y ruidos molestos, horarios de nocturnidad y control en el consumo de alcohol de los jóvenes que cada fin de semana se reunen en el lugar, por falta de opciones de esparcimiento.
El colmo fue el fin de semana donde se organizó un “encuentro de sonidos” donde los vehículos ponen música a alto volumen en forma simultánea. En el mismo se congregó una gran cantidad de personas sin protocolos sanitarios.
Cecilia Tougnon Islas, una de las afectadas, indicó que “entendemos que no se pueden prohibir las reuniones en el polideportivo, tampoco queremos hacerlo porque mis hijos adolescentes van. Pero entendemos que hay leyes que nos amparan para pedir control de sonidos y de venta de bebidas alcohólicas“.
“Porque en el barrio no es solamente el sonido: es despertarnos y tener un montón de borrachos tirados por la zona, levantarme a tener que limpiar el frente de mi casa porque está todo orinado al igual que a muchos vecinos”, continuó.
Entre los lugareños juntaron firmas y consiguieron una audiencia con los concejales para solicitarles la regulación de la nocturnidad y ruidos molestos. “Se hizo una reunión la semana pasada y el Concejo expresó por mayoría su acuerdo con lo que nosotros pedíamos, a excepción de un concejal que dijo que no le parecía correcto, porque se le prohibía una libertad de reunión a los chicos. Mi esposo le explicó que no se trataba de prohibir sino de controlar porque también tenemos derecho a vivir”, contó Cecilia Tougnon Islas a FM 89.3 Santa María de las Misiones
Sin embargo, para avanzar los concejales pidieron que hablen con Cuper. Y se llevaron una sorpresa con el jefe comunal: “Así, fue una vecina a hablar y el Intendente le dijo que estaba completamente en desacuerdo y no iba a prohibir absolutamente nada y que los vecinos debían entender que se daba en esa zona porque era bueno para el pueblo”, reveló la mujer.
“Ahora planificamos una nota al Gobernador para ver si puede tomar cartas del asunto para controlar la nocturnidad en horarios, sonidos y consumo de bebidas alcohólicas, amparados en una ley nacional. No pedimos que se invente nada nuevo, hay un marco legal que nos da consistencia a lo que pedimos. Solamente nos amparamos en un derecho”, sostuvo.
Insalubre
Cecilia Tougnon Islas confirmó que “hubo vecinos que este fin de semana sufrieron picos de presión por ser personas mayores, que pasaron nervios porque el sábado estuvieron toda la madrugada y el domingo de las 17 a 20 o 21 no se podía estar dentro de los domicilios. El vecino que se quedó en la casa, quedó loco porque no es un encuentro de música. Es un encuentro de autos con parlantes donde tocan música todos juntos. Una locura”.
“En mi caso tengo una hija con Síndrome de Down y le afectan bastante los sonidos al igual que otros vecinos con hijos que les pasa lo mismo. En Navidad y Año Nuevo me piden que encierre a mi hija en un baño porque ella no soporta los sonidos. Pero ahora tengo que hacerlo todos los fines de semana por el supuesto derecho de un grupo de chicos a escuchar música como se les canta?”, se preguntó.
Tougnon Islas contó que “hay vecinos que son inquilinos y vieron la oportunidad de rescindir el contrato e irse; pero yo soy propietaria y tengo el derecho a permanecer allí. Se que en esta época de elecciones no es viable sacar una ordenanza así pero venimos desde hace años con este problemas. Y, después de la pandemia cuando se liberen todos los eventos, va a ser totalmente insano vivir en esta situación”
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