El 7 de septiembre del 2009, del tornado que azotó a San Pedro y dejó once muertos, en su mayoría niños, y más de 50 heridos, con daños materiales que superaron los 30 millones de pesos. El violento tornado que descargó su furia contra el pueblo del Norte misionero marcó a fuego la memoria de los sobrevivientes que recuerdan las horas de horror.
Hoy se cumplen 12 años de aquel 7 de septiembre del 2009, del tornado que azotó a San Pedro, sobre todo a los parajes de Tobuna y Santa Rosa, que se cobró la vida de once misioneros. Cuerpos golpeados, casas arrancadas de cuajo, animales muertos, cubrían un amplio espacio en medio del monte y las picadas.
La zona más afectada fue la colonia Santa Rosa, a 40 kilómetros de San Pedro hacia el norte, lindante con el municipio de Irigoyen, también la zona lindante con Pozo Azul, la ruta provincial 17 y 20.
El fenómeno no solo afectó a Misiones, sino que también causó cuatro muertos en el estado brasileño de Santa Catarina, donde causó severos destrozos, y también en el departamento de San Pedro, en Paraguay, donde afectó a más de 500 casas y 1.000 hectáreas de cultivo. En Eldorado, San Vicente, Oberá y Puerto Libertad también se sintió fuerte la tormenta, pero sin víctimas.
En Misiones nunca antes se había registrado un fenómeno de esta naturaleza y por aquel entonces no se contaba con el servicio de alerta temprana, ni en Argentina y en la provincia. Esta herramienta se volvió fundamental para prevenir y vigilar los fenómenos naturales que se forman, en este caso la humedad y las temperaturas que superan los 30 grados, los dos factores son un ingrediente perfecto para este tipo de fenómenos.
El tornado que azotó a San Pedro
El horror comenzó pasadas las 20 del lunes 07 de septiembre. La primera llamada de auxilio en la comisaría de San Pedro se registró a las 22. Una hora después, cuando los efectivos llegaron a la zona afectada, rodeada de mucho monte virgen, las imágenes desgarradoras confirmaron la magnitud del desastre. Cuerpos golpeados, casas arrancadas de cuajo, animales muertos, cubrían un amplio espacio.
“La tormenta mató todo”, dijo un vecino. “Hizo camino en el monte”, relató un bombero. “A una mujer el viento le arrancó al bebé de sus brazos», expresó el entonces intendente Orlando Wofalrt, en medio de los primeros socorros, en lo que fue el más dramático de los relatos. Los policías vieron imágenes más dantescas: cuerpos estrellados en los árboles y partes dispersas en el monte. Los heridos fueron derivados a los hospitales de San Pedro, Irigoyen, Eldorado y Oberá.
«Esta tragedia es comparable con la de Tartagal», señaló quien era el gobernador de Misiones, Maurice Closs, quien desde temprano se puso al frente de los operativos de rescate y asistencia.
Fue tal el impacto a nivel nacional y mundial que la misma presidenta Cristina Fernández viajó hasta la provincia y fue recibida por el gobernador Closs y luego viajó en camioneta hasta la zona del desastre, a poco más de 300 kilómetros de Posadas y a unos 230 de Iguazú, transitando por fangosos caminos de tierra hasta Tobuna.
Al cabo de su recorrida, la mandataria dijo a medios nacionales que «se trabajó muy bien frente a la emergencia», sobre todo al levantar y descartar los restos de animales muertos para evitar así la propagación de enfermedades.
«Hay que tratar de recuperar las economías familiares», aseguró Kirchner, que apenas llegó a la tierra colorada ordenó que en forma inmediata se envíe mercadería confiscada en la Aduana Argentina al lugar de la tragedia con el objetivo de brindar ayuda a las personas.
Los destrozos que dejó el tornado en San Pedro
Misiones Online fue uno de los primeros medios en llegar a la zona del desastre y vivir en carne propia la horrible situación de los sobrevivientes. No es para menos, madres cuyos hijos fueron arrancados de sus brazos por la fuerza de la naturaleza, niños que perdieron a sus padres, casas destrozadas y sueños destruidos fue el saldo de este desastre.
Colonia Santa Rosa, Paraje Polvorín y otras zonas rurales aledañas a Tobuna olían a muerte. Hoy en Tobuna una lápida conmemorativa recuerda, pero da esperanza para los que se quedaron y tuvieron que reconstruir su vida.
A dos kilómetros y medio de Tobuna, el paraje distante a 35 kilómetros de San Pedro. Allí vivían unas cien familias, todas sufrieron el fenómeno. Las imágenes de colonos que caminaban sobre los escombros impactan y enmudecen a más de uno. Lo más alarmante no es solo el desastre material, sino el del alma, al perder a sus niños, ancianos, algún vecino o amigo, de esas pérdidas que uno trata de salir adelante, pero que nunca se recupera totalmente.
Cambios estructurales
Este desastre cambió el enfoque del tratamiento y gestión de los desastres naturales, es por ello que se creo la Dirección General de Alerta Temprana y al mismo tiempo la Subsecretaria de Protección Civil, para ir armando un verdadero sistema de alerta temprana que apoye en la difusión, comunicación, atención y preservación de riesgos.
En ese sentido, desde la Dirección de Alerta Temprana, el titular Daniel Fernández Cata señaló que por suerte la tecnología y al ciencia fue avanzando permitiendo una mayor previsibilidad. Y aunque la naturaleza es totalmente impredecible, la tecnología puede ayudar evitar estragos de esta magnitud.
«Esto permite tener o poder identificar estas amenazas y tener diagnósticos y pronósticos con mayor certeza. Estamos hablando de una tecnología que fue creciendo en los últimos años, como el análisis de imágenes satelitales», comentó el especialista.
Sin embargo reconoció que la complejidad de los tornados, al igual que temblores y terremotos para predecirlos con mucha antelación. Agregó que como provincia estamos en un contexto de cambio climático y ubicados en lo que se denomina el pasillo del tornado que es un área bastante grande.
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