Los dispositivos, obligatorios en los turismos homologados desde el 6 de julio, registrarán datos como la velocidad, las frenadas o los giros del volante.
Contra los accidentes de tráfico, análisis de datos. La Unión Europea y la DGT, como su extensión en España en materia de seguridad vial, se alían con la tecnología para evitar accidentes futuros entendiendo los siniestros de hoy. Por indicación de Bruselas, las cajas negras llegarán a los coches el año que viene.
El mismo reglamento que abre paso a los alcoholímetros antiarranque establece que los turismos deberán incluir a partir del 6 de julio de 2022 un “registrador de datos” para ser homologados. Dos años después, será obligatorio en todos los coches nuevos que salgan de los concesionarios.
- que y cuándo será obligatorio
La nueva caja negra para coches se colocará bajo el asiento del conductor, atornillada al chasis, y grabará todos los datos significativos que puedan ser utilizados después en caso de accidente. Irá registrando y borrando información constantemente, pero no tomará imágenes ni sonido ni señalará el origen de los datos, pues serán anónimos.
Cuando se produzca un accidente de tráfico, el dispositivo guardará la información generada durante los 30 segundos previos y los cinco posteriores, que servirán luego para el análisis. El sistema lo hará solo en los choques que puedan ser más graves y se activará, según propone la UE en un reglamento publicado en 2019, con el despliegue del airbag. Así quedará constancia de la velocidad, los movimientos de la dirección, la posición final del acelerador, la desaceleración, el funcionamiento de los cinturones de seguridad o el ángulo de giro del vehículo en caso de vuelco, entre otros detalles.
Tras un siniestro vial, al investigador le bastará con conectar la caja negra a un ordenador para descargar los datos necesarios, que ayudarán a entender los accidentes de tráfico y evitarlos en el futuro. Y sin que esto suponga poner cara a los conductores.
Las cajas negras serán anónimas
Bruselas indica en su normativa que estos dispositivos deben grabar y almacenar “datos anonimizados”, de manera que los Estados miembros puedan usarlos “para realizar análisis de seguridad vial y evaluar la eficacia de medidas concretas que se hayan adoptado, sin la posibilidad de identificar al propietario o al poseedor de un vehículo concreto”.
La instalación de este dispositivo, como todo lo que recoge el reglamento que marca los requisitos de homologación de 2022, tiene como contexto el plan Vision Cero, con el que la UE pretende acabar con los fallecidos y lesionados graves por accidente de tráfico en 2050.
La Unión Europea calcula que la imposición de sistemas de ayudas a la conducción como equipamiento obligatorio logrará evitar 25.000 muertes en la carretera y 140.000 heridos graves en los próximos 15 años. El registro de información en los siniestros viales, dice la UE, “constituye un paso valioso para obtener datos más precisos y exhaustivos sobre accidentes”.