El probable movimiento comercial que atraería la temporada aviva las expectativas, En San Pedro y El Soberbio se realizan gestiones y mejoras. Alba Posse, Andresito y San Antonio aguardan expectantes. Las lojas francas condicionan a San Javier.
La apertura progresiva de fronteras hace crecer las expectativas en los municipios que limitan con Brasil y aún permanecen con las puertas cerradas. Hace exactamente un mes que la habilitación del puente Tancredo Neves en Puerto Iguazú–Foz de Iguazú marcó la pauta para que de forma paulatina se vayan abriendo los demás pasos fronterizos. De forma posterior, hace una semana se hizo lo propio en la frontera Bernardo de Irigoyen-Dionisio Cerqueira y el puente San Roque González de Santa Cruz, volviendo a unir Encarnación con Posadas.
No obstante, la exigencia del PCR negativo con hasta 72 horas de anticipación continúa desalentando los ingresos al país por los corredores seguros hasta el momento. Por ahora, en Iguazú hubo alrededor de 28.000 ingresos, en su mayoría por tránsito vecinal. En Irigoyen, la no exigencia del PCR para los municipios lindantes generó mayor movimiento desde ayer, en el marco de una prueba piloto (más información en página 4).
La única comuna que se opone a una apertura pronta es la de San Javier, teniendo en cuenta que del lado brasileño (Porto Xavier) se instaló un free shop o loja franca, que condiciona a los comerciantes de la ciudad misionera. Empero los demás municipios siguen insistiendo en la apertura cuanto antes.
En esa ciudad, los comerciantes también insisten en la apertura. De acuerdo a lo que resaltaron, uno de los rubros por el que demuestran más interés los brasileños es el de las estaciones de servicio, teniendo en cuenta el cambio favorecedor del real. Esta diferencia promueve que desde el vecino país quieran llenar sus tanques y realizar compras del lado argentino.
Por el turismo
En las últimas horas, la posibilidad de que vuelva a habilitarse el paso internacional Pepirí Guazú, que une San Pedro con el estado de Santa Catarina, Brasil, genera opiniones encontradas, siendo el sector turístico el más beneficiado, en caso de que se habilite el puesto de migraciones de cara a una nueva temporada; sin embargo, en un primer momento, el paso funcionaría solamente como vecinal.
Antes de que fuera cerrado por la situación epidemiológica el pasado 19 de marzo del 2020, el Paso Rosales – que se ubica a 48 kilómetros de la zona de San Pedro -, representaba una alternativa para que los turistas puedan llegar a las playas de Santa Catarina, servicio que le otorgó otro valor al paso, que por más de tres décadas funcionó sólo como paso vecinal.
La elección de los turistas por dicho paso quedó en evidencia durante la temporada de verano 2020, cuando se registró un total de 27.477 entradas y 27.326 salidas entre el 23 de diciembre de 2019 y 14 de marzo de 2020, lo que dejó más 1,6 millones de pesos en la localidad.
De acuerdo a lo confirmado a este medio por el intendente Miguel Dos Santos, se están llevando a cabo gestiones y análisis, tanto con funcionarios provinciales y de Nación como de Brasil, para una posible apertura como paso vecinal, en un principio y así sumar a San Pedro, dentro de los corredores fronterizos seguros. “Estamos estudiando la cuestión sanitaria para que se habilite Paso Rosales. Esta semana vamos a definir, sabemos que es un tanto complejo porque es necesario que personal de salud esté allá y son varios kilómetros los que deben recorrer. La cuestión de que se habilite para turismo puede ser más complejo porque depende de la disponibilidad de la Policía Federal de Brasil”, dijo.
Esta posibilidad genera algo de inquietud en lo que respecta al sector económico. Si bien la diferencia cambiaria favorece a los locales argentinos en algunos rubros, se destacó que en la zona siempre fue notoria la cultura por hacer compras del otro lado y si se tiene en cuenta el cambio oficial además de la inflación argentina, muchos rubros podrían presentar mermas en las ventas locales, como por ejemplo materiales de grifería, pintura, cerámicas y calzados.
“Hoy por hoy, con el paso cerrado, todo el dinero que circula se queda en nuestro pueblo, no sabemos cuál será el comportamiento cuando se habilite el puente. Históricamente siempre fuimos una cultura de compra del otro lado; si eso sucede, teniendo en cuenta la situación económica, en que tenemos pocas ventas por la inflación, creo que es perjudicial para nosotros”, señaló Oscar Antúnez Proenza, comerciante y presidente de la Cámara de Comercio de San Pedro.
En cuanto a la presencia de brasileños que lleguen hasta San Pedro para realizar compras, dijo que resulta una posibilidad mínima, aunque sí habría más cruces si se piensa en quienes tienen familiares que hace tiempo no pueden visitar. La primera zona residencial en el lado brasileño es Paraíso, a unos 15 kilómetros del puente y a 30 kilómetros de la ciudad de San Miguel do Oeste.
A la espera
Igualmente, desde Alba Posse, el jefe comunal Lucas Gerhardt adujo: “Nosotros, como siempre, seguiremos esperando respetando la decisión de la Provincia”; sin embargo, “la gente quiere que se abra, hay familias que están de un lado y del otro del río que hace casi dos años que no se ven”.
“Además de la cuestión familiar, también está el comercio. Por el tipo de cambio, sabemos que la gente de Brasil vendrá a comprar acá y en la zona, por lo que no sólo nos beneficiará a nuestro municipio sino también a los cercanos, como Oberá, donde siempre van muchos compradores brasileños”, aseveró.
En ese sentido, sostuvo que Alba Posse es uno de los pasos por los que muchos turistas deciden cruzar para ir a las playas de Río Grande do Sul y Santa Catarina. “Cuando llegue la temporada, mucha gente va a intentar cruzar por aquí, por eso consideramos importante avanzar en ese sentido, aunque repito, siempre respetamos la decisión de la Provincia”, sentenció.
Y remarcó que al hablar con sus pares de Porto Mauá (Brasil), “piensan lo mismo, ellos también quieren abrir y volver a tener el intercambio que teníamos antes”.
Algo similar ocurre en San Antonio (frontera con Santo Antonio), desde donde el intendente Fausto Rojas apuntó que de la misma manera se aguarda la apertura cuanto antes, pues comercialmente beneficiará al lado argentino.
Mientras, en Andresito se sigue esperando la decisión, aunque el jefe comunal Bruno Beck confirmó que “aún no hay novedades”. Dicho municipio es lindero a Capanema, con el que se encuentra separado por el puente Comandante Andresito.
el territorio
por Nazarena Torres