El sacerdote colombiano de 82 años se encontraba internado por coronavirus en Estados Unidos. Era un cura sanador, tenía el don de la predica, carisma y convocaba multitudes.
El reconocido sacerdote colombiano Darío Betancourt falleció este viernes por la tarde -alrededor de las 16.30 (hora Argentina)- en Nueva York donde estaba internado por coronavirus. En las redes sociales, aparecieron innumerables muestras de afecto de fieles y seguidores del sacerdote.
Nacido en Colombia, Betancuort visitó varias veces la provincia. Miles de personas se acercaban a él buscando una cura para sus problemas.
Finalmente este viernes anunciaron el fallecimiento del carismático sacerdote, quien en una de sus visitas a la tierra colorada y ante la consulta de PRIMERA EDICIÓN acerca de su prédica, había manifestado que “son muchos los males que tenemos que afrontar. El diablo no pierde tiempo para hacer equivocar a la gente”.
Con sus charlas sobre espiritualidad recorrió el mundo porque “el Obispo me dijo vas a ser predicador y aquí estoy. Ejercer el sacerdocio es muy lindo, muy agradable, muy satisfactorio”.
El don de la sanación que abrazó el padre Darío Betancourt en su tarea evangelizadora representó para miles de seguidores en el mundo el camino para superar distintos males. Para él, la admiración y fe que despertaba en la gente era una experiencia maravillosa, “es espectacular porque nos hace ver que la gente quiere escuchar hablar de Dios”.
Fue implacable contra el aborto, abogó por la limpieza del alma y la sabiduría de la maternidad. El poder de la palabra de Dios y los valores espirituales se conjugaban en el mensaje que transmitía el sacerdote. Por eso personas con diferentes dolencias, discapacidades o simplemente ávidas de escucharlo se congregaban en distintos lugares del mundo.
primera edición