Cansada de esperar durante dos décadas la llegada del gasoducto que prometía mejorar la calidad de vida y ayudar a cambiar la matriz productiva, Misiones -la única provincia donde todos los hogares se alimentan con garrafas- acaba de poner en marcha un ambicioso plan para “fabricar” su propio reemplazante del gas a partir del sol.
Se trata del hidrógeno, que a nivel mundial está empezando a ser considerado como una fuente que puede reemplazar al combustible líquido o al gas.
Este elemento no existe en la naturaleza, es un vector energético. Significa que hay que aplicar energía para obtener otra forma de energía. ¿Cómo? Separando de una molécula de agua sus dos partes: el oxígeno por un lado y el hidrógeno por la otra.
“Tiene 15 veces más poder calórico que el gas butano o propano, pero todavía no es rentable con la tecnología que disponemos a nivel mundial, estamos tratando de encontrar soluciones a distintas cuestiones y ya obtuvimos algunos resultados positivos en esta primera fase”, dijo a LA NACIÓN Christian Piatti, el titular del Parque Industrial y de la Innovación de Posadas (PIIP) donde llevan adelante este singular proyecto.
En un laboratorio montado en un container -separado del resto de los modernos edificios del PIIP por cuestiones de seguridad-, dos técnicos con el apoyo de varios científicos de un laboratorio que también funciona en el predio, ya tuvieron resultados positivos en las pruebas para dotar al hidrógeno de color y olor, algo crucial para el uso domiciliario.
Los paneles solares montados arriba del contenedor dan energía para producir la hidrolisis, como se llama a la separación del agua en hidrógeno y oxígeno. “Ahora vamos a pasar a la fase dos y vamos a traer un laboratorio mayor que compramos a una firma Alemana, una planta con mayor poder de compresión que la que tenemos ahora con una inversión de un millón de euros”, explicó Piatti.
El pequeño laboratorio actual está produciendo 0,1 kilos de hidrógeno por hora. La nueva planta, con mayor poder de compresión, generará 1 kilo por hora o 24 kgs. por día. “Para que te des una idea, el Toyota Mirai, el auto a hidrógeno que es considerado el de mayor autonomía del mercado, se carga con 6,5 kilos y puede andar 1000 kilómetros”, detalló.
En Neuquén también hay un proyecto privado para producir hidrógeno a gran escala pero a partir del gas. Se trata del proyecto que impulsa la familia Götz, dueña de la petrolera CAPSA, y con intereses en energía hidroléctrica, eólica y ahora hidrógeno.
El proyecto de los Götz es hidrógeno gris, porque se produce a partir de una fuente no renovable como el gas. En el caso de Misiones, está buscando obtener un hidrógeno verde, a partir de una energía renovable como el sol.
Plan a 10 años
A mediados de agosto, fue el lanzamiento oficial de este plan que trasciende a varios mandatos de gobierno. “Esto nos va a llevar 10 años, pero 10 años es poco tiempo para algo como esto”, aseguró el gobernador Oscar Herrera Ahuad cuando presentó el proyecto.
En paralelo, Piatti está poniendo en marcha la Ruta del Hidrógeno con una fundación española. Se trata de ir identificando cómo implementar a escala masiva el hidrógeno como el combustible que reemplazará al gas en garrafa en las casas o la energía eléctrica en las industrias.
Energía para la industria
Misiones es la provincia más industrializada del NEA y necesita encontrar una fuente de energía alternativa para promover el crecimiento de su producción (sobre todo en rubros con gran potencial, como la forestación), como también llevar gas a los hogares donde viven 1,3 millón de habitantes.
Piatti es el alma mater de esta movida en el Parque Industrial, un ingeniero mecánico que no tiene nada que ver con el partido político de la Renovación misionera, y al que encontraron casi de casualidad, cuando uno de los hombres de confianza de Carlos Rovira lo vio en su casa con uno de sus inventos.
Este hombre de 49 años viene de una familia de autodidactas capaces de armar cualquier cosa en un garage. Su hermano, Alcides Piatti, es considerado un “genio” en el ámbito del Turismo Carretera y fue hasta hace poco el chasista de Matías Rossi, con quien salió campeón de la máxima categoría en 2014. Christian también es un apasionado de los “fierros” y prepara cuatro autos para el campeonato regional.
“Nunca hablé con Rovira, pero la idea de impulsar el hidrógeno fue de él”, explica este hombre inquieto, que siempre está buscando soluciones prácticas aplicando la tecnología y la ciencia. El jefe de la Renovación es ingeniero químico.
Misiones, la provincia más olvidada
Con algunas similitudes con Formosa, por estar en un extremo desfavorecido del país, Misiones es una provincia permanentemente relegada en los grandes proyectos de infraestructura de la Argentina (gasoductos, tren de carga o autopistas).
A diferencia de la provincia que gobierna Gildo Insfrán, donde el Estado mueve la economía, Misiones cuenta con un sector industrial fuerte en sectores como té, yerba, forestoindustria o metalmecánica.
La extraordinaria ola de inmigrantes que llegó de Europa del Este en la última mitad del siglo XIX y la primera mitad del XX, también trajo consigo muchos inventores autodidactas obligados a encontrar soluciones prácticas a la cuestión de la energía. Muchos construyeron represas en los innumerables arroyos que surcan esta tierra colorada.
Durante los dos mandatos del gobierno de Cristina Kirchner, la ahora vicepresidenta -de muy buena sintonía con el entonces gobernador, Maurice Closs-, prometió en repetidas oportunidades que la provincia iba a recibir la energía barata y vital para crecer del Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA), el que trae el fluido que se importa desde Bolivia.
El GNEA se pensó para abastecer de gas natural a Salta, Formosa, Chaco, Santa Fe, Corrientes y Misiones, aunque la revisión del proyecto postergó la extensión de la obra a las últimas dos provincias.
Con muchos retrasos el trazado del gasoducto logró cubrir toda Formosa, de Este a Oeste, el Sur de Corrientes y otros distritos, pero evitó cuidadosamente a Misiones. En Corrientes, algunas localidades del Sur ya tienen gas natural hace un tiempo, aunque la cobertura es todavía baja.
El resto de las provincias también tienen una buena cobertura de gas natural, en cambio en Misiones las familias ricas o pobres deben acudir a las garrafas.
Ahora que Vaca Muerta está empezando a producir gas y se evalúa exportarlo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, salió a blanquear el otro día la idea de “torcer” ese gasoducto que debería subir hasta Misiones y “desviarlo” vía Paso de los Libres a Brasil. Esquivando nuevamente a la tierra colorada.
Misiones también tiene grandes falencias con la energía eléctrica. La provincia ingresó al Sistema Interconectado Nacional recién en 1996. Miles de misioneros no conocieron la luz eléctrica en las chacras hasta finales de los 80.
A pesar de que Misiones aportó su tramo del río Paraná y se creó el embalse de Yacyretá que inundó una porción de su capital, obligando a relocalizar a miles de personas, no recibe energía más barata por esta condición de socio de la mayor generadora del país.
Solo percibe una regalía del 3% -como Corrientes-, aunque obtuvo obras complementarias que le ayudaron a cambiar la cara a la ciudad, con una espectacular Costanera como emblema.
En Misiones, nadie quiere saber nada sobre futuras represas. Y hasta la Constitución dice que si Nación planea construir una de las tres que están proyectadas sobre el río Paraná (Corpus) o Uruguay (Garabí y Panambí), los misioneros deben ser consultados en un plebiscito.
Tampoco tuvo suerte con la represa del arroyo Urugua-í, una megaobra que se inauguró en 1990 y que nunca pudo generar lo que se preveía por las constantes sequías que mermaron el caudal de ese curso de agua. La energía media anual de esta represa, principal generadora de Misiones, es de 355 GWh.
Deuda de la Nación
“La Nación nos debe 10 veces lo que aportamos, pero no vamos a gritar ni a pelearnos, eso nos convertiría en talibanes”, dijo Rovira ayer, sobre una lista de reclamos que Misiones eleva al Gobierno Nacional hasta ahora con poco éxito, y donde el gas natural siempre figura al tope de los reclamos.
Estaba en la Escuela de Robótica, otra iniciativa que impulsa buscando transformar la educación y subir a las nuevas generaciones de misioneros a la ola tecnológica y de la economía del conocimiento.
Otros reclamos recurrentes son la actualización de la alícuota de Coparticipación (es la que menos recibe del NEA y la que más población tiene) y, sobre todo, una compensación impositiva para paliar asimetrías con Brasil y Paraguay que estaba aprobada en el Presupuesto 2021, pero Alberto Fernández vetó porque otros distritos le pusieron el grito en el cielo. /La Nación