La casa matriz de la pelota acercó dos documentos para intentar seducir a quienes le dieron la espalda a la idea
Con la participación de representantes de los 211 países miembro, la FIFA realizó este lunes una cumbre global, de manera virtual, con el objetivo de insistir con el polémico proyecto de su presidente, Gianni Infantino, de organizar los Mundiales cada dos años. Se trata de una idea ya rechazada de plano por las principales confederaciones del fútbol.
El encargado de llevar adelante el debate fue el francés Arsène Wenger, director de Desarrollo del Fútbol Mundial de la FIFA: el reconocido exentrenador del Arsenal de Inglaterra fue el principal expositor de un proyecto que se transformó en prioridad para la entidad.
La cumbre global fue anunciada el pasado 20 de octubre por Infantino, durante la última reunión del Consejo. El dirigente delegó en Wenger la iniciativa para modificar los calendarios del fútbol femenino y masculino a partir de los años 2023 y 2024, respectivamente.
Del proyecto de Mundiales cada dos años comenzó a hablarse en el 71° Congreso de la FIFA, realizado en mayo pasado, cuando los países miembro aceptaron que se realice un «estudio de viabilidad para investigar las posibles consecuencias de disputar la Copa Mundial de la FIFA cada dos años en lugar de cada cuatro».
Infantino, hasta el momento, solo consiguió el apoyo de exfutbolistas. Tanto la UEFA como la Conmebol, representantes de Europa y Sudamérica, se opusieron públicamente al plan de achicar la brecha entre los Mundiales. Y también el Comité Olímpico Internacional (COI) rechazó el proyecto.
En el caso de Europa, inclusive, en los últimos días dieron un paso más en ese sentido: los dirigentes de la UEFA admitieron que la idea es invitar para 2024 a los seleccionados de la Conmebo, con Argentina y Brasil a la cabeza, a su Liga de las Naciones, que se disputa desde la temporada 2018/19. El anuncio no cayó nada bien en la cúpula de la FIFA.
Cuatro puntos
Wenger impulsa el debate sobre cuatro puntos: la reorganización de los períodos de competición de selecciones; la protección de la salud y el bienestar de los futbolistas; el mundial cada dos años; y mundiales juveniles anuales y ampliados.
En el primer punto, la intención es reducir el número de las ventanas internacionales, que actualmente son cinco, entre marzo y noviembre. El exdefensor del seleccionado argentino Pablo Zabaleta es uno de los defensores del proyecto y respaldó la idea de realizar una sola ventana anual de un mes para que cada equipo juegue todos los partidos y así reducir los viajes y el cansancio físico.
Para apoyar el proyecto de manera directa, la FIFA impulsó una encuesta mundial que realizó entre agosto y noviembre, y que divulgó en los últimos días. Según la entidad, la mayoría de los y las hinchas consultados votaron a favor de que los Mundiales se realicen más seguido.
En su página oficial, la FIFA señala que de las 30.390 personas que se declararon fanáticos del fútbol, el 63.7% contestó que les gustaría achicar los cuatro años de espera para el Mundial. El 23.3% contestó que tal vez, el 11% se mostró en contra y el 2% no tenía una opinión formada.
En Sudamérica ese porcentaje se redujo a un 54% a favor, 25% tal vez, 20% en contra, 1% no sabe/no contesta. El país que más rechazó la idea fue Inglaterra, que registró un 53% de votos en contra, 15% a favor, 27% tal vez y 5% no sabe/no contesta.
Los planes
La celebración del Mundial cada dos años supondría un aumento del Producto Bruto Interno de más de 180.000 millones de dólares en un ciclo de 16 años y contribuiría a crear casi 2 millones de puestos de trabajo permanentes adicionales, según un informe independiente presentado este lunes por la FIFA.
Junto a este documento elaborado por Open Economics, la FIFA también remitió este lunes a las federaciones en la cumbre mundial que celebra sobre el futuro del fútbol otro estudio de la consultora Nielsen, que indica que la competición bienal añadiría aproximadamente 4.400 millones de dólares a los ingresos en un ciclo de cuatro años.
Tras evaluar las implicaciones financieras de los cambios planteados por la FIFA, el documento destaca igualmente el aumento de 7.000 a 11.400 millones de dólares de lo ingresado por entradas, derechos de TV y patrocinio al incrementar el número de selecciones participantes a 48.
El informe de Open Economics
1. Impacto socioeconómico. El análisis macroeconómico estima que la Copa Mundial de la FIFA cada dos años produciría un aumento del PBI de más de 180.000 millones de dólares en un ciclo de 16 años y contribuiría a crear casi 2 millones de puestos de trabajo permanentes adicionales.
.2. Impacto específico en las ligas. Aunque las competiciones de fútbol locales y mundiales pueden percibirse como productos competitivos, la evolución histórica de los ingresos de los clubes más relevantes y de los torneos finales de las selecciones nacionales no muestra ninguna rivalidad aparente entre ambos. Los ingresos generados por las 5 principales ligas europeas y la Liga de Campeones de la UEFA han aumentado constantemente año tras año, independientemente de que los principales torneos finales de selecciones nacionales -Mundiales, Eurocopas y otras- se solapen.
Por ello, la programación de competiciones relevantes para las selecciones nacionales no parece perjudicar los ingresos generados por las competiciones más importantes de selecciones nacionales y clubes internacionales. En consecuencia, las trayectorias históricas no muestran una correlación negativa entre los ingresos generados por los torneos finales de las selecciones nacionales y las ligas de clubes.
Los datos empíricos recogidos durante la última década demuestran que, en conjunto, el porcentaje de crecimiento de los ingresos de las 5 principales ligas europeas fue mayor en las temporadas en las que se programó un torneo final de selecciones nacionales importante con respecto a otras en las que no se celebraron dichos torneos (42% frente al 26%).
Para el profesor Pasquale Lucio Scandizzo, de Open Economics, su estudio «en relación con la propuesta anunciada por la FIFA para una reforma del calendario de partidos internacionales promete beneficios macroeconómicos netos significativos y positivos, distribuidos en el tiempo y en el espacio.».
El informe de Nielsen
La Copa Mundial de la FIFA bienal añadiría aproximadamente 4.400 millones de dólares a los ingresos en un ciclo de cuatro años.Pasaría de 7.000 millones de dólares (torneo de 48 equipos) a 11.400 millones de dólares en concepto de ingresos por entradas, derechos de televisión e ingresos por patrocinio.
El estudio de Nielsen «incluyó proyecciones de ingresos para una Copa Mundial de la FIFA bienal, así como proyecciones para las confederaciones y asociaciones en el nuevo calendario internacional de partidos».
«Todas las proyecciones se basaron en tres fuentes principales de ingresos: ingresos por entradas, derechos de los medios de comunicación y patrocinio», indicó Spencer Nolan, director general de Nielsen Sports.
Las conclusiones de la FIFA
- Los resultados de la nueva corriente de ingresos se distribuirán en el nuevo Fondo de Solidaridad de las asociaciones miembro.
- El fondo de 3.500 millones de dólares en el primer ciclo de cuatro años se dedicará a proyectos de desarrollo del fútbol.
- En promedio, cada asociación miembro podría recibir unos 16 millones de dólares en un ciclo de cuatro años, además de la inversión actual del Programa Forward de la FIFA (que pasaría de los actual de 6 millones a 9 millones de dólares). Modelo de distribución por definir.
- El aumento de la distribución mundial de los fondos de la FIFA contribuiría significativamente a reducir la brecha entre los ingresos de los países más y menos desarrollados, dado que la FIFA es el único organismo rector que distribuye sus ingresos en todo el mundo.
- En el caso improbable de que alguna asociación miembro pudiera experimentar una pérdida financiera como consecuencia de los cambios en el calendario internacional mundial (CIM), lo que Nielsen considera poco probable, el fondo de solidaridad proporcionaría recursos más que suficientes para compensar cualquier posible pérdida.
clarín