El fuego fue provocado por una familia que hizo un asado, según Norte Misionero. Se quemaron 300 hectáreas entre el predio municipal, plantaciones de una yerbatera y campos vecinales.
Aunque cueste creer y en medio de una prolongada sequía e interminables incendios en toda la región, este domingo una familia comió un asado y dejó las brasas prendidas, lo que ocasionó un tremendo foco ígneo que abarcó más de 300 hectáreas de cultivos en Itacaruaré.
El inconsciente hecho tuvo lugar en el balneario municipal de dicha localidad y hasta allí se constituyó una comisión policial y de bomberos, para controlar y que no se propague el daño causado.
Allí, se pudo constatar el daño provocado rápidamente por el fuego y el poder de las llamas, las cuales se extendieron hasta campos vecinales y un yerbal de una empresa yerbatera de la zona.
Tras sofocar el fuego, el panorama que se visualizó era desolador. Cientos de hectáreas quedaron negras, hechas cenizas, ya que fueron incineradas por la negligencia de un grupo de personas.
primera edición