Con una sentada en el patio de la institución privada, alumnas del segundo año “B” del colegio Roque González denunciaron situaciones cotidianas de acoso y abuso por parte de un grupo de compañeros del aula.
Tras el inicio del ciclo lectivo y a cuatro meses de la movilización de las adolescentes, la cual tuvo alcance nacional y conmocionó a la comunidad, la única alumna que denunció los hechos ante la Justicia se cambió de colegio.
Miguel Cassetai, abogado que representa a la familia de la menor, contó que la estudiante tomó la decisión porque “vio que no los iban a sacar a los chicos”.
En esa línea, el letrado argumentó que “además querían hacer unos talleres para revincularlos, que eran opcionales asistir, pero si eso no es revictimizar a una persona, ya no sé”.
Cassetai explicó que, aunque la joven se haya cambiado de establecimiento educativo, la querella seguirá adelante con el proceso judicial: “Para que se aplique la sanción a quienes resulten responsables”, sostuvo el letrado y añadió: “En principio, hay menores de edad, pero también tomaron conocimientos adultos que no hicieron nada”.
Revinculación
La denuncia de las adolescentes tomó trascendencia ya que, según habían contado a través de las redes sociales, las situaciones de acoso y abuso se arrastraban desde hace un año y, pese a haber expuesto lo que ocurría ante las autoridades directivas del colegio Roque González, quienes no tomaron medidas contra los acusados.
Con el inicio del nuevo ciclo lectivo, este medio consultó con el sacerdote Juan Rajimon, representante legal del establecimiento, sobre la situación actual de los estudiantes involucrados en los hechos.
“Se están cumpliendo las medidas dispuestas oportunamente, con un seguimiento por parte de profesionales, siempre trabajando para restaurar la comunidad”, explicó.
Además, el religioso comentó que “se realizaron talleres en el marco del proceso restaurativo; según lo que las necesidades de las partes fueron requiriendo”.
FUENTE LA VOZ DE MISIONES