A 5 días del asalto, la Policía aún no logró dar con los autores. La víctima no se resistió e igual le dispararon. El miércoles a la noche Gladis Ester Gómez (39) fue víctima de motochorros que la abordaron para robar su despensa situada sobre calle Piedrabuena, esquina Colombia, en el barrio Loma Porá de Oberá.
“Venimos de una familia humilde y Gladis siempre tuvo el sueño de tener su negocio propio. Estudiaba y trabajaba como empleada doméstica, y era catequista. Fue ahorrando, la familia le ayudó un poco y hace tres años puso el negocio. Cumplió su sueño con mucho esfuerzo. Después la pandemia afectó las ventas y, cuando se estaba recuperando, pasó esto”, lamentó Rafaela Gómez, hermana de la comerciante que se halla grave tras ser baleada en un asalto.
El miércoles a la noche Gladis Ester Gómez (39) fue víctima de motochorros que la abordaron para robar su despensa situada sobre calle Piedrabuena, esquina Colombia, en el barrio Loma Porá de Oberá.
La mujer permanece en coma inducido, con altas dosis de sedación, en terapia intensiva y con asistencia respiratoria mecánica. Al cierre de esta edición, el director del Hospital Samic, Héctor González, indicó que el estado de la paciente sigue siendo crítico.
Rafaela, en tanto, explicó que “desde un primer momento los médicos nos dicen que está muy grave y que las primeras 72 horas son claves. A nosotros solo nos queda rezar”.
Respecto a la investigación, desde la jefatura de la Unidad Regional II informaron que están trabajando en una hipótesis principal y aguardan ciertos informes para avanzar al respecto, pero aún no hay detenidos.
En los días posteriores al hecho se realizaron varios allanamientos en domicilios de personas con antecedentes por delitos contra de la propiedad, distribución y consumo de drogas, aunque hasta el momento la investigación no arrojó resultados concretos.
Para los investigadores, el descontrol del agresor -quien le disparó dos veces a la víctima a pesar de que no se resistió- tendría estrecha relación con el consumo de estupefacientes.
No se resistió
La sinrazón, la violencia extrema del hecho sería propia de una persona que salió a delinquir drogada, no de un delincuente profesional, según estimó un vocero del caso.
Por el perfil de la víctima, desde el vamos se descartaron otras hipótesis, como un ajuste de cuentas. Tampoco tiene entidad la versión que indica que al ladrón se le escapó el tiro, ya que en la escena se halló un segundo plomo de calibre 32.
Rafaela contó que su hermana llegó consciente al Hospital Samic de Oberá, al punto que pudo dar los datos que apuntaron la investigación hacia dos motochorros.
En ese sentido, subrayó que “llegó a decirles a los vecinos que quiso darles la plata a los ladrones, que no se resistió. Pero igual le dispararon”.
Por ello, no ocultó su malestar por transcendidos que indicaron que les “escapó” el disparo: “Fueron a matarla porque a nadie se les escapan dos tiros. Decir que se le escapó es justificar a los delincuentes. Eso nos molesta y nos indigna mucho. Yo vi la otra bala en un charco de sangre, nadie me contó”.
Recordó que Gladis era catequista en la Parroquia Cristo Rey, siempre dispuesta a ayudar a la gente que lo necesite.
“Ahora ella necesita de todos y, gracias a Dios, hay muchísima gente orando por ella. También pedimos justicia por mi hermana. No es justo que ella esté peleando por su vida y los ladrones sigan sueltos. Tienen que pagar por daño que hicieron”, agregó con firmeza.
Además, recordó que tiempo atrás Gladis sufrió un primer hecho de inseguridad en el mismo comercio, ocasión en la que un joven entró con la excusa de comprar algo y terminó robando su celular.
“Arruinaron una familia”
Visiblemente conmovida, Rafaela Gómez contó que ella y sus hermanas que residen en Oberá tienen la costumbre de llamar todas las noches a sus padres, quienes viven en Campo Ramón, para preguntarles cómo están y comentar su día.
Así fue como Roberto Gómez (58) justo estaba charlando con Gladis cuando fue asaltada, escuchó el disparo y su hija llegó a contarle lo sucedido.
“Eran pasadas las ocho y media de la noche cuando hablamos. Me atendió y me dijo que había cerrado un ratito el negocio porque los perros se escaparon y tuvo que buscarlos. Me dijo que ya los había atado y que estaba abriendo de vuelta. En eso escuché como si cayó una chapa. Entonces ella me dijo: ‘papi, entraron a robar y me dispararon. Llamá a la Policía’”, detalló el progenitor en diálogo con este matutino.
Ante tremenda secuencia, el progenitor se contactó con Rafaela, a quien le comentó lo sucedido y le pidió que avisé a la Policía.
Precisó que Gladis es la mayor de cinco hijos y la definió como “una hija excepcional, siempre pendiente de la familia y con ganas de ayudar a todos”, al tiempo que exhibió un mensaje de aliento que ella le envió cuando estaba internado por una lesión en la pierna producto de un accidente.
Sobre las circunstancias del hecho y en función a lo que habló con su hija, opinó que “los delincuentes capaz pasaron y la vieron que estaba abriendo el negocio, ya era oscuro y estaba sola. Ella estaba desprevenida, pero justo estaba hablando conmigo cuando pasó”.
En tanto, se preguntó “por qué tanta maldad de dispararle, porque ella no se resistió. Ahora lo único que pedimos es que se recupere y que agarren a los delincuentes. Arruinaron una familia”, lamentó.
Pistas tenues
Respecto a la investigación, en diálogo con la prensa, el jefe de la Unidad Regional II, comisario inspector Rubén Darío Duarte, consideró importante el análisis de las grabaciones de las cámaras de seguridad de varias casas y comercios de la zona para tratar de dar con algún indicio que permita identificar a los motochorros.
Asimismo, aportó un dato escalofriante: minutos antes del atraco al comercio de calle Piedrabuena los supuestos implicados habrían estado en una plaza céntrica de Oberá exhibiendo el revólver que luego utilizaron para dispararle a Gómez.
Dicho dato fue recabado por personal policial en las pesquisas de rigor y derivó en un allanamiento de una vivienda de avenida Tucumán al 100, aunque el operativo no arrojó resultados que permitan esclarecer el hecho, al menos hasta el momento.
Entre las primeras medidas, luego del traslado de la víctima al Hospital Samic, personal de la División Criminalística analizó la escena y dio con un plomo calibre 32, lo que confirmó que el delincuente armado disparó dos veces.
Por las características del violento asalto, la Jefatura de la Policía de Misiones emitió expresas directivas para extremar los esfuerzos en tratar de dar con los autores del hecho, por lo que personal de varias dependencias se halla trabajando en un caso considerado de máxima prioridad.
Reclamo comunitario
El caso generó enorme conmoción en Oberá, al punto que un grupo de comerciantes anticiparon la intención de movilizarse en reclamo de justicia para Gladis Beatriz Gómez y condiciones que permitan mejorar la seguridad en la ciudad.
“Pedimos justicia por la colega comerciante que está muy grave. No puede ser que tengamos que estar trabajando con miedo de que son asalten y nos baleen. Necesitamos urgente mayor presencia policial”, expresó Adriana Kosnicki.
Asimismo, varios vecinos de calle Piedrabuena y zonas aledañas se mostraron preocupados por la escalada de robos que vienen padeciendo.
Se trata de sector de la ciudad con gran cantidad de departamentos de alquiler que se volvieron blanco constante de delincuentes.
Otro aspecto preocupante y que tendría estrecha relación con los hechos en contra de la propiedad es la venta y consumo de estupefacientes, un flagelo que se extiende en Loma Porá, como en tantos otros barrios de Oberá.
“Varias veces avisamos a la Policía, pero después recibimos represalias. Entonces la gente ya ni denuncia”, lamentó un vecino de calle Paraguay.
También desde la comunidad de la Parroquia Cristo Rey expresaron su consternación por el hecho, ya que la víctima era catequista y permanente colaboradora.
En una carta abierta, el párroco Edward Alphonso fijó postura: “Nos indigna ver que los que están involucrados en la justicia todavía no pudieron capturar a los culpables. Esto nos hace pensar que con los pobres pueden hacer lo que quieren, y que el grito de ellos va a parar en el monte donde nadie los escucha. Es hora de despertarnos. Hoy Gladis fue una víctima más de la violencia y la negligencia pura de los representantes e involucrados de la justicia. Mañana puede ser uno de ustedes, sus hijos y nietos”.
FUENTE EL TERRITORIO