A un año y medio del deceso de Rocío Samaniego (22), sus allegados afirman no haber recibido explicaciones. Declaran sufrir represalias por denunciar el hecho.
Rocío Samaniego (22) falleció el 11 de agosto de 2020 en el Hospital de Fátima tras ser internada por un grave ataque de asma. Durante su estadía en el nosocomio, según denuncia la familia, la joven sufrió abandono y discriminación por su identidad de género.
Además, cuando se produjo su muerte, sus allegados pidieron explicaciones por el deceso pero recibieron el maltrato del personal del lugar.
Por otro lado, a partir de la denuncia de lo ocurrido, afirman haber sufrido diversas represalias y atropellos por parte de la Policía de Misiones. Aseguran que esto está ligado al hecho de que la persona que señalan por haber atendido y discriminado a la joven por su identidad de género es un médico militar.
En relación al hostigamiento que sufre la familia, el pasado lunes Matías Caballero, padrastro de Rocío, participó en una reunión llevada a cabo con autoridades del Ministerio de Derechos Humanos en donde presentó un proyecto con la Campaña Nacional Contra la Violencia Institucional.
El comienzo del calvario
El episodio se inició el 2 de agosto de 2020 cuando la madre de Rocío, Olga Samaniego, se dio cuenta que la joven estaba sufriendo un grave ataque de asma tras observar el color de su piel. En palabras de la mujer, que es enfermera, Rocío estaba cianótica.
En ese momento decidió solicitar una ambulancia a la línea 107 pero, el padrastro de Rocío, Matías Caballero, explicó que la ambulancia que llegó al lugar no tenía los elementos necesarios para trasladar a una paciente que, según los síntomas que presentaba, podía tener coronavirus.
A partir de allí la situación se convirtió en una odisea en tanto que Rocío ya estaba con una baja saturación de oxígeno en sangre y necesitaba ayuda urgente. Fue así que decidieron llevarla en un auto particular al Hospital Madariaga donde le realizaron el hisopado y la aislaron por protocolo. Cuando el resultado del hisopado dio negativo de coronavirus, desde el Madariaga trasladaron a la joven al Hospital de Fátima.
Abandono por su identidad
Rocío ingresó al Hospital de Fátima y fue atendida por Carlos Arias Tozzeto, según comentó su padrastro a este matutino. Agregó que “en varias ocasiones tuvo choques con nosotros porque decía que ella era él, que para él era un hombre, no era una mujer, que a él no le importaba que tenga documento de mujer porque para él seguía siendo un hombre y que le iba a tratar como un hombre”.
Durante la internación, según el testimonio de los familiares de la joven, el personal del nosocomio se negó a asearla por su identidad de género. Es decir que, por ser trans, no recibía los cuidados de limpieza que requiere una persona que no se puede valer por sí misma en la sala de cuidados intensivos.
Fue el 10 de agosto cuando la familia asistió al horario de visita y, según el testimonio de Caballero, “el médico Tozzeto le dice a ella (Olga) que Rocío había evolucionado bastante bien pero le preguntó si teníamos otros hijos; cuando le dijimos que sí dice ‘bueno entonces sabe qué mamá, anda resignándote y despedirte nomás de tu hijo porque sabes qué si tenés otro hijo tenés que olvidarte de este porque son gente muy sufrida’”.
Un día después, luego de la supuesta y paulatina mejoría de Rocío a pesar de haber contraído neumonía, una persona conocida que trabajaba en el nosocomio le envió un mensaje a Caballero brindando las condolencias Sin comprender qué sucedía pero imaginando el escenario, Caballero se dirigió al hospital y recién allí le informaron que la joven había fallecido.
El padecimiento continuó apenas recibieron la noticia del deceso ya que, según comentó el entrevistado, no le querían entregar el certificado de defunción por lo que tuvo que ir y volver varias veces al Registro de las Personas hasta que el gerente del nosocomio le explicó que fue un mal entendido, “un error administrativo” y, finalmente, le entregaron el certificado.
En ese contexto, en la morgue del hospital continuó el calvario. “Me dieron guantes, con el barbijo puesto que tenía me hicieron entrar a la morgue, sacar el cuerpo, no le habían aseado, me entregaron el cuerpo desnudo, con sondas, llena de sangre”, expresó el hombre.
Agregó: “La tuve que cargar en el cajón pero no pude porque Rocío era una persona bastante grande. Entonces, pedí ayuda pero se negaron a ayudarme, tuve que volver a sacar el cuerpo, poner en una camilla, llevarlo hasta afuera, sacar el cajón arrastrando, cargar en la camioneta sin tener ningún elemento de seguridad y tampoco estoy preparado psicológicamente para hacer un trabajo de esos”.
En relación a este panorama, denunciaron ante el Inadi “discriminación, abandono y persecución por motivos de género, condición social y posición económica”.
Además, se dirigieron a la Fiscalía de Instrucción Siete pero, según sus testimonios, allí se negaron a recibir la denuncia.
En ese contexto, comentaron a este matutino que recibieron el acompañamiento de Dana Abigail Valiente, de la asociación civil De La Calle a La Dignidad, de Nazarena Fleitas representante de ATTTA (Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de la Argentina) en Misiones, también contaron con la asistencia Gabriela Steffani de la Comisión Provincial de Prevención Contra la Tortura (CPPT).
“Ahí nosotros logramos que nos tomen la denuncia ya que también estuvo el señor Ismael Décima que nos puso un abogado del Movimiento (Evita), también estuvo Federico Posdeley que nos acompañó”, expresó Caballero.
Represalias por la denuncia
En relación a esto último, el padrastro de la joven aseguró que “desde el 11 de agosto empezamos a sufrir la persecución institucional de parte de la Policía de la provincia ya que este doctor, Carlos Tozzetto es médico militar además de médico en el Hospital de Fátima”. Afirmó que el hombre tiene denuncias previas en el Inadi por el maltrato a la diversidad.
En ese contexto, Caballero explicó que hubieron episodios de hostigamiento en su domicilio pero fue en la tarde del 12 de noviembre de 2021 que sus dos hijastros, de 9 y 11 años, se encontraban jugando en una plaza del barrio Villa Cabello y un móvil de la Seccional Séptima los llevó detenidos. Cerca de las 20 un uniformado se acercó a avisarles que los niños se encontraban en la comisaría.
Ante ese escenario, la madre de los niños se presentó en la sede policial a pedir explicaciones debido a que eran menores de edad pero, según comentó la mujer, un oficial de apellido Godoy le dijo que quedarían procesados por un supuesto robo.
En relación a esta situación, Caballero expresó: “Se trataba de menores de edad que fueron torturados por la Policía, le pelaron la cabeza, le amenazaron con cortarle los dedos, le hacían mirar el piso y le pegaban con una pelota en la cara”. Matías Caballero y Olga Samaniego, en tanto, cuentan con las copias de las denuncia realizada ante estos atropellos.
Reclamo ante Derechos Humanos
El pasado lunes, Caballero estuvo presente en una reunión realizada en la sede de la CPPT donde presentó, junto a la Campaña Nacional Contra la Violencia Institucional, un proyecto que solicita entre otros ítems, el control trimestral psicológico y toxicológico al personal policial. Además, en el documento solicitan la contención psicológica para familiares de víctimas de violencia institucional.
Sobre el final de la entrevista la madre de Rocío afirmó que la joven “era una persona muy alegre, muy extrovertida”. Agregó que decidieron hacer público el caso porque así como Rocío sufrió la discriminación de la sociedad, la problemática continúa con sus hijos. Por su parte, Caballero aseveró, “nos han dicho que nos callemos la boca pero nosotros queremos que esto salga a la luz. Yo pido por favor que esto se termine”, puntualizó.
FUENTE EL TERRITORIO
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