Estuvo preso por abuso y homicidio, lo absolvieron y violó a su hijastro. Al momento del hecho la víctima tenía 11 años y fue amenazada de muerte. El Tribunal Penal también sancionó a Roberto Bondar, abogado del imputado, por agredir a las partes
Años atrás, Héctor Benito Victorio (38) fue absuelto por un hecho de abuso sexual y homicidio en perjuicio de una mujer de 53. Pero su nombre se tornó recurrente en el ámbito judicial y ayer fue sentenciado a 17 años de prisión por violar a su propio hijastro menor de edad.
Aquel primer hecho aún se mantiene impune y apenas fue nombrado en el debate de la víspera, aunque se trata de un antecedente para nada menor y que siembra interrogantes sobre el pasado de Victorio.
Más allá de cualquier especulación, lo concreto es que el Tribunal Penal Uno de Oberá lo halló penalmente responsable por el delito de abuso sexual con acceso carnal doblemente agravado por la guarda de hecho y la convivencia preexistente con la víctima, quien al momento del hecho tenía 11 años.
La condena impuesta a 17 años de cárcel avaló el pedido de la fiscal Estela Salguero, quien en su alegato enumeró las pruebas contra Victorio y el calvario de la víctima, ya que además del abuso sexual también padeció amenazas de muerte para que no cuente lo sucedido.
El chico fue criado por el imputado, a quien le decía papá, al tiempo que los detalles del caso son aberrantes y fueron corroborados en Cámara Gesell, considerada una instancia de prueba clave en los delitos contra la integridad sexual de menores.
Por su parte, Victorio insistió en su inocencia y argumentó que el nene mintió, aunque no precisó cuál habría sido su motivación para inventar algo tan grave y que perjudique a quien hasta entonces consideraba como su papá.
La misma sentencia incluyó una sanción disciplinaria al defensor Roberto Bondar, quien a lo largo del debate desacreditó y hasta insultó a las partes.
Indicios del horror
El caso que se ventiló en la víspera se registró la tarde del 23 de diciembre de 2018 en una chacra de la localidad de Los Helechos, circunstancia en que la víctima acompañó a su padrastro a buscar leña.
Ambos regresaron alrededor de las 19 y la madre notó que su hijo tenía la boca hinchada, como lastimada, y la ropa sucia. Le preguntó qué le pasó, pero el que contestó fue su concubino, mientras que el menor se fue a bañar.
El padrastro argumentó que el chico se tropezó con el perro, se cayó y se lastimó la boca.
Días después la mujer y sus tres hijos (los dos menores fruto de su relación con Victorio) viajaron a Oberá para pasar año nuevo en casa de familiares.
Entonces la progenitora ni siquiera sabía dónde estaba su concubino, quien después del 23 de diciembre salió de la casa con la tarjeta de cobro de la mujer y no regresó por varios días.
En la casa de la familia materna notaron que el chico estaba raro, distante y les llamó la atención que no quería que lo abracen.
Fue así que la madre le contó a una de sus hermanas lo que había notado el 23, cuando su hijo llegó con la boca hinchada y la ropa embarrada. Dijo que el argumento de Victorio no la convencía y por eso le pidió a su hermana que le pregunte al chico qué pasó.
Ayer la tía fue una los testigos presente en el debate y contó que el menor le relató llorando los detalles del caso porque tenía miedo. Precisó que su padrastro lo accedió oral y analmente.
Abuso y amenaza de muerte
Durante su alegato, la fiscal Salguero repitió una frase que el niño le dijo a su tía y que grafica el horror que padeció, tanto por el abuso sexual como por la posterior amenaza: “Que no le cuente a nadie porque lo iba a matar a machetazos”.
Entrada de la situación la madre radicó la denuncia. La posterior revisación médica constató la lesión anal.
Ya en la instancia previa al juicio, para complementar el informe de la psicóloga las partes visualizaron la grabación de la Cámara Gesell, donde “se advirtió que el menor tenía miedo de contar lo que le pasó”, mencionó Salguero.
“En su declaración la madre contó que le preguntaba a su hijo y contestaba Victorio, quien en esta sala dijo que el menor se cayó porque había rocío… rocío un 23 de diciembre en Misiones”, cuestionó con criterio.
También mencionó que el imputado posee un pésimo informe de concepto, que tomaba alcohol en exceso y era agresivo.
“La víctima le decía papá. Mi papá me decía que no cuente a nadie porque me iba a matar”, detalló la fiscal, al tiempo que remarcó: “No existen indicios de que el chico haya mentido y no me queda ninguna duda de que fue abusado por Victorio”.
Luego solicitó la pena de 17 años de cárcel, lo que fue avalado por el Tribunal. Victorio cumplirá la sentencia en la Unidad Penal II de Oberá.
Defensa agresiva
Por su parte, el abogado Bondar basó su defensa en la descalificación al Tribunal, la fiscal y hasta los profesionales del cuerpo médico forense que intervinieron en el caso.
De la víctima dijo que “el chico tiene problemas mentales y mintió”, al tiempo que esgrimió una dudosa defensa de su cliente: “Puede tomar y maltratar a su familia, pero no es un violín”.
Sin más sustento que la agresión, opinó que “a las integrantes del cuerpo médico forense les falta capacidad intelectual (…) Son una casta que está fuera de control”.
En tanto, en referencia al Tribunal, reclamó por “una nueva generación de jueces, porque ustedes no pueden aprender nada”.
En otro punto, tras divagar por varios temas, pidió la implementación del juicio por jurados.
Pero el colmo del exabrupto llegó cuando citó a su propio hijo para tratar de demostrar que “los chicos mienten”, como argumentó,
Así, para sorpresa del auditorio, contó que su hijo le manifestó que un compañerito de grado lo quiso asesinar porque no le prestó la goma de borrar.
Finalmente pidió la absolución de Victorio por el beneficio de la duda.
En la misma sentencia, el Tribunal conformado por Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Graciela Heppner le impuso a Bondar una sanción disciplinaria “por falta cometida contra la dignidad y decoro de los jueces, fiscal y de las profesionales del cuerpo médico forense” durante el debate.
La medida será comunicada al Tribunal de Disciplina del Colegio de Abogados y al Superior Tribunal de Justicia (STJ). Tampoco fue la primera sanción de este tipo hacia el letrado obereño, conocido por sus desbordes y ataques a los magistrados.
Absuelto por abuso sexual y homicidio
En junio de 2008, Héctor Victorio -entonces de 24 años- fue absuelto por el abuso sexual y el homicidio de María Eva Brítez (53), ocurrido en marzo de 2007 en Guaraní. Entonces estuvo preso poco más de un año, hasta que llegó a juicio y
el Tribunal Penal de Oberá lo absolvió por el beneficio de la duda, ya que no hallaron elementos para condenarlo por tan grave crimen. También en aquel juicio el acusado fue defendido por Roberto Bondar.
Además de Victorio, en un primer momento hubo sospechas en torno al concubino de la víctima, quien una vez descartado como autor material del hecho declaró como testigo, aunque aportó poco y nada, ya que econoció que el día del hecho se encontraba en total estado de ebriedad.
Según se reconstruyó, la víctima fue abordada en un camino vecinal, en cercanías al predio del Sindicato de Luz y Fuerza de Guaraní.
FUENTE EL TERRITORIO