Argentina consiguió en 2021 apenas reducir muy levemente su deuda externa pública y privada, pero el alto nivel de endeudamiento sigue constituyendo un desafío mayúsculo para el país, incluso con el reciente acuerdo de refinanciación alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según un informe difundido este martes por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la deuda externa bruta con títulos de deuda a valor nominal de Argentina, que contabiliza los pasivos externos públicos y privados del país, se situó a finales del cuarto trimestre de 2021 en 266.740 millones de dólares.
Eso supuso que el «stock» de deuda bajó en 4.703 millones de dólares, apenas un 1,7 % en relación al cuarto trimestre de 2020.
Esta reducción marginal se explica principalmente por una caída interanual de la deuda del Gobierno, empresas y hogares, mientras que la deuda del Banco Central creció.
En tanto, el «stock» de deuda externa bruta total de Argentina pero medido a valor de mercado ascendía al finalizar el cuarto trimestre de 2021 a 222.250 millones de dólares, lo que implicó un aumento interanual del 1,1 %.
REFINANCIACIONES
Del total de la deuda externa de Argentina a valor nominal, 160.502 millones de dólares corresponden a pasivos del Gobierno.
De esa cuantía, 73.606 millones de dólares corresponden a préstamos obtenidos y el resto a títulos de deuda emitidos por un valor nominal de 86.896 millones, pero con una valuación de mercado notablemente inferior, de 42.936 millones de dólares.
En septiembre de 2020, Argentina concretó reestructuraciones de títulos de deuda en moneda extranjera en manos de acreedores privados, emitidos tanto bajo ley extranjera como ley local, por un valor conjunto de unos 105.000 millones de dólares.
Aún así el nivel de desconfianza de los inversores mantiene al país alejado de los mercados internacionales, donde, para colocar nueva deuda, debería convalidar altísimas tasas de interés.
Las reestructuraciones con tenedores privados no supuso grandes quitas de capital sino, más bien, diferir hacia adelante las cargas de vencimientos, algo muy similar a lo que ocurre con la deuda con el FMI.
Según el acuerdo alcanzado este mes con el Fondo, Argentina terminará cancelando entre 2026 y 2034 los nuevos desembolsos por unos 45.000 millones de dólares que reciba en los próximos dos años y medio y que usará para poder pagar entre este año y 2024 las deudas contraídas en 2018 con el propio FMI.
PROBLEMA DE MAGNITUD
Las proyecciones de compromisos de pago de deuda, una vez sellado el acuerdo con el FMI, muestran una fuerte concentración de vencimientos tanto con el Fondo como con acreedores privados entre 2025 y 2033.
El propio ministro de Economía argentino, Martín Guzmán, ha admitido que el acuerdo con el FMI «no va a resolver todos los problemas de endeudamiento externo» que tiene el país.
«La magnitud de los problemas de endeudamiento es de dimensiones mayores», dijo hace una semana Guzmán, que, no obstante, aspira a que con esta refinanciación el país, que afronta serios desequilibrios en materia fiscal, monetaria e inflacionaria, gane tiempo para recobrar la salud macroeconómica a fin de generar condiciones financieras «más robustas».
Aunque el acuerdo alcanzado con el FMI evite una colosal cesación de pagos de Argentina con esa entidad, el nuevo programa no ha logrado despejar completamente las dudas de analistas e inversores sobre la solvencia del Tesoro, dudas que se reflejan un índice de riesgo país que actualmente ronda los 1.790 puntos básicos.
La agencia de calificación Moody’s ha señalado en febrero último que no espera que un acuerdo con el FMI sea suficiente para mejorar el perfil crediticio de Argentina y restablecer el acceso del país al mercado internacional de capitales, por lo que cree que es probable que Argentina necesite de una nueva reestructuración de títulos en moneda extranjera en manos de acreedores privados hacia 2024-2025.
Con todo, Guzmán confía en que si Argentina cumple con los objetivos macroeconómicos del nuevo programa con el FMI, un regreso a los mercados internacionales podría ser posible en 2025.
Fuente, Investing