El pedido unánime fue una inclusión real y que se revean varios ítems como ser pensión, el pago a los profesionales, la cobertura de las obras sociales y la intervención real por parte del Gobierno.
La marcha Nacional por la visibilización de los derechos vulnerados de discapacitados, sus familias y profesionales prestadores de servicios, tuvo su correlato en la misionera ciudad de Oberá. Personas que llegaron de distintos municipios, se manifestaron en la céntrica Plaza San Martín con carteles y compartiendo experiencias particulares.
Por un lado se discutió del magro monto que corresponde a la pensión por discapacidad, que necesita urgente actualización.
Al respecto una madre de una joven con discapacidad contó: “La verdad que ya no sabemos qué hacer, mi hija necesita atención de por vida y entre pago de remis, porque no puede ir en colectivo urbano, pagos por la atención que no cubre la obra social, alimentación y con todo lo que necesita, no nos alcanza”.
A lo que añadió compungida: “Estoy vendiendo pan, pastelitos, pan dulce, para ayudar a mi marido, ya que no puedo trabajar fuera de casa porque tengo que atenderle. Solo pedimos que entiendan la situación”
“La ayuda que viene ahora no sirve de nada, apenas parcha un poquito, pero todo sigue igual”, remarcaron en la concentración realizada en la “Capital del Monte”.
Los prestadores de servicios, entre ellos maestras integradoras, fonoaudiólogos, musicoterapeutas, psicopedagogos, kinesiólogos, afirmaron que los aranceles están desfasados, obras sociales, que tampoco cubren todos los servicios y pagan con retraso, son parte de la triste realidad.
“Por un lado estoy contenta porque es la primera vez que se intenta visibilizar lo que nos toca vivir. Yo entiendo a las familias que no pueden pagar, pero con lo de las obras sociales no podemos vivir. Es real que las cosas suben permanentemente y a nosotros nos pagan poco y con ocho meses de retraso, imposible vivir así” explicó una maestra integradora.
“Nosotros pagamos 1200 pesos por semana a la maestra integradora de mi hijo que necesita acompañamiento en una sola materia porque la obra social no cubre. Además tiene un tratamiento largo con fonoaudióloga que debemos pagar. Por suerte llegamos, pero no es justo, los dos trabajamos y no podemos pensar en nada más que en su atención” señaló un papá en el reparto de voces en esta exposición a cielo abierto. .
Las historias y situaciones se reiteran, son similares, por eso el pedido de revisión de la situación, afirman, debe ser urgente. Los más doloroso es que escuchamos a diario hablar de la inclusión, cuando eso es justamente lo que pedimos que la inclusión sea plena, real y no sólo discurso” remarcó un profesional que trabaja con gente con discapacidad y que se sumó a la concentración y a la marcha en Oberá.
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