Aunque según los pronósticos las precipitaciones reducirán su intensidad, no cesarán por completo durante el resto de la semana, lo que dificultará las tareas de rescate de personas y de pertenencias que quedaron entre los escombros.
Las lluvias torrenciales que se mantuvieron durante los últimos días en el noreste de Brasil dejaron hasta el momento 100 víctimas fatales, informaron este martes las autoridades locales, mientras continúan las búsquedas de 14 desaparecidos.
«Son 100 muertos confirmados en el estado de Pernambuco debido a deslizamientos y lluvias registradas desde el pasado miércoles», informó en un comunicado la Secretaría de Defensa Social del gobierno pernambucano, y agregaron que hay 14 desaparecidos «identificados».
El presidente de Brasil Jair Bolsonaro sobrevoló este lunes el área afectada y anunció una línea de crédito sin intereses para los microempresarios damnificados, junto con la liberación inmediata de recursos federales destinados a municipios que pasan por este tipo de catástrofes.
«Estamos obviamente tristes y manifestamos nuestra voz de pesar a los familiares. Nuestro objetivo mayor es confortar a los familiares y suministrar los bienes materiales para atender a la población», declaró Bolsonaro en una rueda de prensa en una base aérea militar de Recife, al lado de varios de sus ministros.
El barrio Jardim Monte Verde, en el municipio de Jaboatao dos Guararapes, en el límite con Recife, la capital regional de Pernambuco, ha sido el más afectado por las fuertes lluvias que desde el pasado 22 de mayo se sienten con fuerza en varios estados de la región.
Desde el sábado, cuando la situación se agravó, miembros del Ejército, la Defensa Civil, el Cuerpo de Bomberos, la Policía Federal, los organismos de socorro locales y federales y voluntarios se concentran en el lugar para las labores de rescate durante día y noche.
Antes del sábado, los mayores estragos habían ocurrido en municipios vecinos como Camaragibe y la histórica ciudad de Olinda, donde varias casas fueron destruidas por deslizamientos e inundaciones, con cinco muertos, todos ellos llevados por las fuertes corrientes de agua.
La previsión es que las lluvias reducirán su intensidad, pero continuarán durante la semana, lo que dificulta las labores de rescate de cadáveres y de pertenencias que las personas quieren retirar de los escombros y del lodazal.
Algunas de las víctimas en Jardim Monte Verde, como relató este lunes a EFE una fuente del Instituto de Medicina Legal (IML), murieron el sábado en un segundo deslizamiento cuando retornaron a lo que restaba de sus casas para intentar sacar documentos u objetos de valor.
La tragedia de Pernambuco se produce dos meses y medio después de que las fuertes precipitaciones acabaran con la vida de más de 230 personas en Petrópolis, en la región serrana del estado de Río de Janeiro (noreste).
“Tuvimos problemas semejantes en Petrópolis (Río de Janeiro), en el sur de Bahía, norte de Minas Gerais y el año pasado en Acre, infelizmente esas catástrofes suceden en nuestra parte continental”, afirmó Bolsonaro durante su visita a Recife.
Fuente, Noticias 10.