Hace dos semanas, un fiscal pidió que se iniciara el juicio en su contra por el asesinato de un vecino, en 2018; el cantante, que hoy cumple 50 años, sigue con tratamiento psiquiátrico, a la espera de una prisión domiciliaria, mientras se resuelve su situación.
Algunos quizá lo vean viejo, cuando sepan que hoy cumple (apenas) 50 años, otros lo crean loco y estarán aquellos que lo han conocido buena parte de su vida “intoxicado”. En los nombres de algunas de las bandas que ha liderado se pueden encontrar las pistas y hasta los estigmas de Cristian “Pity” Álvarez, el hombre que hoy cumple medio siglo y que encarna uno de los estereotipos rockeros, aquel que pinta a artistas con la poesía en carne viva y una vida de excesos por los que siempre habrá que dar cuentas.
Porque el rock, a casi tres cuartos de siglo de haber nacido, fue rebeldía pero también negocio: se convirtió en parte de un sistema dominante pero nunca se transformó en aquello que es capaz de manejarlo. Por eso hay que dar cuentas por los excesos. Hace dos semanas, un fiscal volvió a pedir que se realice el juicio a Pity, porque la estrella del desborde, que en otros tiempos hizo feliz a tantos fans, hace casi cuatro años mató a un hombre. El mismo lo reconoció en sus declaraciones. El éxito y la ruina: palabras que en este caso no definen variables económicas sino situaciones a las que se enfrenta el ser humano, por su conducta.
En la vida de Pity hay un presente que estrena 50 junios, un futuro judicial incierto y un pasado que tiene títulos imborrables, especialmente para sus fans. La oración al “Padre (Sol) que estás en los cielos”, el rap que cantó en “Una vela”, el rock stone de “Todo sigue igual”. La elementalidad de “Me gustas mucho”, puesta en tono blusero. pero también El “Homero” que usa para poner al hombre común (y a su padre) frente al espejo. Y todo lo doloroso y lo bello que pueden esconder canciones como “Fuego” (con una súplica que quizá muchos no pueden escuchar: » Fuego, fuego, fuego, fuego, (…) Estamos enfermos, perdónenos”).
Muy, muy, rebelde pero con capacidad. Así habría sido Pity durante su adolescencia. Por eso, a pesar de que las amonestaciones frenaron su salida del secundario, finalmente terminó recibido de técnico electromecánico. Y fue gracias a eso que consiguió trabajo en una fábrica. Hubo, ya a principios de los noventa, hechos que dejaron sus marcas. Por aquellos años era el pibe del barrio Piedrabuena que encabezó el grupo Viejas Locas y comenzó una relación fatídica con el fuego. Cuando se incendió la fábrica donde trabajaba y dejó marcas en su piel y en su mente; cuando se quemó la casa de Marcela, su novia; cuando le disparó con un arma de fuego, en julio de 2018, a Cristian Díaz, en el complejo de edificios Cardenal Samoré, del barrio de Lugano.
Atrás habían quedado la gloria de su grupo Intoxicados, ese regreso triunfal de Viejas Locas, en 2009, y todos los excesos con sustancias que no habían pasado a mayores y que solo fueron el simpático anecdotario de ese rocker que nunca dejó de caminar por las cornisas. Ojo, hubo en el medio internaciones por el consumo de drogas y varios incidentes en los que se vio involucrado, la mayoría de las veces a causa de su vida excedida.
El productor del festival Cosquín Rock recordó meses atrás una situación que muy bien lo pintaba en esos años en los que todo podía salir bien o salir mal. Era 2010 y Viejas Locas estaba a punto de dar su segundo show en el festival cordobés (fue una especie de bis porque había quedado vacante el horario de Callejeros, que ese año no pudo tocar). “Pity llegó completamente dormido, traído en brazos por su propio seguridad, que era gigante -recordaba Palazzo-. Hasta las 22.45 no lo pudimos despertar. Encima teníamos un alerta meteorológico por una tormenta que se venía para Córdoba. La situación era estresante. Fue entonces que se me ocurrió tirarle a corta distancia un cooler con latitas de bebidas y se despertó gritándome ‘¡Mala praxis!’. Salí del camarín un instante y cuando volví se había dormido otra vez, y ya no lo pude despertar. 23.15 los músicos estaban con un pie sobre el escenario y justo llegó Skay [Beilinson] y la Negra Poli [mánager histórica de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota]. ‘¿Qué pasa acá?’, dijo la Negra. Y en el momento que Pity la escucha le dice: ‘Hola Poli, estoy saliendo a tocar’. Hablame de milagros, de brujería o de poder energético. Ella entró y Pity subió a tocar”.
El éxito y la fatalidad siempre estuvieron entreverados en estos cincuenta años de Pity Álvarez. Otro ejemplo puede ser el del show de Viejas Locas en el estadio de Vélez, que si bien puede ser un gran logro para la banda, quedó opacado por la represión policial fuera de la cancha y la muerte de un chico, de 17 años.
El 12 de julio de 2018 se emite la orden de arresto contra Álvarez por el asesinato de Díaz, con quien había mantenido una discusión la noche anterior. Luego de dispararle cuatro veces, Pity se fue al boliche de Ramos Mejía, Pinar de Rocha y estuvo prófugo durante un día hasta que se entregó en la Comisaría 52, donde justificó sus acciones: “Lo maté porque era él o yo. Y creo que cualquier animal haría lo mismo”.
La antesala del episodio que terminó con la vida de su vecino puede tener un mojón en ese concierto que nunca dio en Tucumán. Ocurrió meses antes. Llegó siete horas tarde en un vuelo chárter y cuando finalmente apareció en el escenario, a las 5 de la mañana, el público lo agredió y destrozó e incendió equipos y parte del escenario.
Hasta mediados de 2021, Pity Álvarez estuvo detenido con prisión preventiva en el marco del Programa Interministerial de Salud Mental Argentina del área del Hospital Penitenciario Central del Penal de Ezeiza. Desde entonces, además de las denuncias de su madre, que manifestó que Pity se encontraba en estado de abandono, se comenzó a pedir por su traslado a una institución psiquiátrica, para su tratamiento. Finalmente eso sucedió a finales del año pasado. Su abogado fue quien había pedido el sobreseimiento y que se evaluara ese cambio: “No se encuentra en condiciones de estar en juicio, ha sufrido un deterioro cognitivo, tiene un estado de depresión, y cuenta en su historial con la profusa ingesta de sustancias tóxicas desde la adolescencia, y por más de 35 años, con el deterioro que ello le hubiere causado a su organismo”, argumentó.
A su favor estuvieron las conclusiones de los peritajes. A pedido del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29, expertos del Cuerpo Médico Forense determinaron que la situación de Pity no encuadraba dentro de los parámetros considerados como normales, desde la perspectiva médico-legal. Los peritos psiquiatras Laura Bermolen y Esteban Toro Martínez indicaron que Pity Álvarez presentaba “una afección compatible con síndrome depresivo, antecedentes de uso de sustancias (dependencia), trastorno cognoscitivo no especificado y antecedente de trastorno psicótico no especificado”. Además, recomendaba que, por su estado, fuera tratado de modo “interdisciplinario psiquiátrico, psicológico, neurológico, clínico y social” y que la posibilidad de reversión quedaría supeditada a la evolución de sus trastornos y la respuesta que presentara a los tratamientos.
En el último tiempo hubo más novedades. Algunos fans lo fotografiaron en la calle (cuando ya había sido trasladado a una institución de la localidad de Castelar), donde se lo vio con un notorio sobrepeso. Aunque no se llegó a determinar el motivo de que estuviera en la calle, se especuló con que ese día lo habían llevado al médico, ya que debe controlar su diabetes. Otra especulación fue que esa afección estaría relacionada con su sobrepeso.
A finales de 2021 circuló en redes un video donde se puede ver a su hija Blondie, de 10 años, cantar un tema de la banda de su padre junto a Jorge Rossi, exintegrante de Intoxicados y de Los Gardelitos. Muy extravertida, Blondie cantó y mandó un mensaje de fin de año, vestida con un gorro de Papá Noel.
Meses después se viralizó un video en el que fue su padre quien se plantó frente al micrófono. Se lo ve cantando, con una banda, en la institución donde realiza su tratamiento.
Hace catorce días, el fiscal Sandro Abraldes pidió al TOC 29 que vuelva a poner en marcha el proceso por el cual Álvarez está acusado de homicidio. Hay dos situaciones que podrían permitirlo. Por un lado, ese tribunal rechazó en 2021 el pedido de sobreseimiento y autorizó su traslado a la institución psiquiátrica donde se encuentra. Por otro lado, un nuevo informe del Cuerpo Médico Forense indicó que hubo mejorías en el estado de salud del cantante, y eso fue lo que dejó abierta la posibilidad de evaluar si se puede seguir adelante con el juicio que había quedado en suspenso. Además, el fiscal pidió que a Pity le otorguen un régimen de prisión domiciliaria, con vigilancia electrónica, y que continúe sus tratamientos de manera ambulatoria, en un centro de día.
Fuente, La Nación.