SAN VICENTE. La mujer se mostró aterrada por lo que les pueda suceder. El acusado no para de hostigarla a través WhatsApp, llamadas y hasta afiches impresos que dejó en la casa.
“Qué linda que estás. Te aviso que si vuelvo a verte con un tipo le corto la cabeza a tu hija y te mando en una caja”, se lee en una de las tantas amenazas que recibió en los últimos meses una mujer de 26 años, madre de una pequeña de 3, residente en la ciudad de San Vicente.
El presunto remitente, identificado como Aníbal Ricardo D. C. (32), fue denunciado en octubre del año pasado por la misma víctima por abuso sexual y desde entonces no paró de hostigarla a través WhatsApp, llamadas y hasta afiches impresos que dejó en el frente de su casa.
“Mujer, no te hago desaparecer porque no quiero, pero vas a llorar lágrimas de sangre porque te voy a reventar la vida. Siempre te tengo vigilada. Sé bien hasta con qué ropa dormís”, fue otro de los mensajes recepcionados.
Incluso, en más de una ocasión se burló de las denuncias radicadas por la víctima.
En tal sentido, en un mensaje de WhatsApp que ya fue presentado a las autoridades se lee: “Bebé, vas a ir corriendo a denunciarme o ya no te animás. Decí lo que quieras, nadie te va a creer. Trola. Estoy acá, abrime”.
En ese contexto, la mujer se mostró aterrada por lo que les pueda suceder a ella y su hija, al tiempo repudió la impunidad que ostentaría el sospechoso.
Mensajes intimidantes y amenazantes enviados por WhatsApp.
“Yo no sé qué nos puede pasar mañana o pasado, pero sí sé que en cualquier momento nos pueden hacer desaparecer y tengo muchísimo miedo. Por eso decidí hacer público mi caso y mostrar las pruebas que tengo, aunque parece que para la Justicia no alcanza”, alertó.
Precisó que el abuso denunciado se habría registrado en abril del año pasado, pero recién en octubre radicó la correspondiente denuncia tras asesorarse con personal de la Línea 137.
El abuso
Visiblemente afectada por las continuas amenazas, la denunciante contó que es vecina del sospechoso y tiempo atrás iniciaron una amistad. Pero en un momento dado el hombre quiso avanzar hacia una relación sentimental, lo que fue rechazado por ella.
“Yo le dejé en claro que no me interesaba otra cosa que ser su amiga. Una noche organizamos para cenar y estaba todo bien, hasta que en un momento él me dijo que escuchó ruidos y que iba a ver si no quisieron robar en su casa. Al rato volvió y estaba raro, como alterado. No sé si consumió algo, pero estaba diferente”, detalló.
La situación derivó en un abuso con acceso carnal, según mencionó la damnificada.
“Le dije que le iba a denunciar y me respondió: ‘Sos grande y sabés qué hacer, pero acordate de que siempre voy a vivir en este barrio y toda mi gente también’. Esa fue la primera amenaza y, pensando en la seguridad de mi hija, no hice la denuncia. Eso fue un error, porque a partir de ahí nunca paró de molestar y acosarme”, subrayó.
Y agregó: “Cuando realmente la situación no daba para más, me acerqué a la Comisaría Primera de San Vicente y le explico la situación a la jefa, la que ordenó que me tomen la denuncia por amenazas. Pero nunca lo detuvieron y sigue haciendo lo que quiere. Recurrí al juzgado, a todas las comisarías y a la Unidad Regional, pero en ningún lado me dieron respuestas”.
La denuncia
En tanto, en octubre del año pasado se dio un hecho extremo que la decidió a denunciar el presunto abuso de abril. Aseguró que el sospechoso la llamó para decirle que estaba llegando a su casa para asesinarla.
“Tuve que salir corriendo con mi hija. En la Línea 137 me asesoraron, conté todo lo que había pasado en los meses anteriores y fui a la Comisaría de la Mujer para hacer la denuncia por abuso sexual. Fue lo mismo que nada porque todos los días el tipo circula frente a mi casa. Ni siquiera le dieron la prohibición de acercamiento”, reclamó.
Aseguró que las amenazas son constantes, tanto desde redes sociales, llamadas en privado y WhatsApp, al tiempo que opinó que las autoridades policiales subestiman su caso.
“Cuando me llega una citación, estando en mi casa, el policía que se encarga de repartir las citaciones nunca me las da a mí y las deja en el portón o a los vecinos. Si llamo a la Policía me cortan. Aparentemente, el que me violó tiene muchos vínculos. De lo contrario no se entiende por qué lo protegen tanto”, remarcó.
“Hace ocho meses que hice la denuncia y nadie hizo nada. Mi hija y yo estamos solas, no tenemos a quien recurrir y por eso decidí contar mí caso, por si nos pasa algo”, agregó.
Hace pocos días, en la puerta de la casa de la mujer apareció un afiche que decía: “Perra idiota cuidate, disfrutá tus últimos días”..
Fuente, El Territorio.
Debe estar conectado para enviar un comentario.