Juan Andrés Rodríguez (39) y Franco Ramos (27) son los dos sospechosos por el asesinato de Claudia Benítez (34). Ayer la familia de la víctima volvió a pedir justicia.
La investigación del asesinato de la taxista Claudia Benítez (34) avanzó con la ampliación del período de detención para los dos implicados en el caso y, consiguientemente, las defensas apelaron a la resolución dictada por la Justicia.
La noticia de la prisión preventiva se conoció a principios de semana, aunque la resolución para quien era su concubino, Juan Andrés Rodríguez (39), y para el hombre que espera un juicio por un crimen casi idéntico, Franco Ramos (27), fue firmada el 8 de julio.
En ese contexto, la representante legal de Juan Andrés Rodríguez, la abogada Roxana Ramírez Moll del Estudio Jabornicky & Asociados, y el defensor oficial de Franco Ramos, apelaron a la decisión tomada por las autoridades del Juzgado de Instrucción Siete de Posadas en relación a los imputados por homicidio calificado por el vínculo y alevosía y homicidio calificado por alevosía, respectivamente.
El crimen de Claudia Benítez (34) ocurrió el 17 de mayo y fue hallada al día siguiente con el cuerpo semisumergido, con dos puñaladas y con signos de golpes en un pozo de agua de una casa abandonada en Nemesio Parma, Posadas.
Desde el momento de su desaparición, sus hermanas y sus compañeras del volante iniciaron la búsqueda por la zona donde apareció su taxi consumido por el fuego a la vera de un camino terrado. El trágico desenlace, el hallazgo del pozo y del cuerpo sin vida de la mujer, ocurrió luego de pocas horas a unos dos kilómetros de donde se encontraba el automóvil.
Es así que se dio inicio a movilizaciones en pedido de justicia por la mujer que había sido la impulsora de Taxi Entre Nosotras, una red de taxistas destinadas a mujeres que querían viajar seguras de los peligros cotidianos a las que están expuestas.
Nueva concentración pacífica
En esta línea, en la tarde de ayer realizaron una convocatoria en el Mástil de Posadas donde estuvieron presentes tres hermanas de Claudia y aseguraron que seguirán caminando por las calles para que la causa avance y para alentar a las mujeres que pidan ayuda si viven situaciones de violencia.
“Venimos no sólo a pedir por mi hermana y que el caso no quede archivado, sino también por otras mujeres que se callan. Ahora tenemos el poder de avanzar y de seguir con esto para que hablen más”, expresó a El Territorio Graciela, hermana de Claudia.
La decisión de la Justicia y algunos detalles sobre la relación de pareja que llevaban adelante la trabajadora del volante y su concubino permitieron a la familia de la víctima correr un velo que era tapado por una supuesta psicopatía ejercida por el implicado.
“De quién fue que se encargue la Justicia, no nosotras. Vinimos acá por el dolor que tenemos por nuestra hermana porque si no nos movemos eso va a quedar así”, afirmó Graciela.
Por su parte, Lucía, otra hermana de Claudia presente en las inmediaciones de la avenida Uruguay y Mitre, aseveró: “A veces está el tema que uno no se quiere meter en los problemas de pareja y porque en cuatro paredes se pueden arreglar pero no es así porque ella tuvo un botón antipánico y por algo será. Y ahí fue cuando la Justicia no actuó”.
Agregó: “Ella tenía ya una advertencia. Había algo y si él tanto le amaba a mi hermana, si tanto estaba al tanto de todo como él dijo, cuando testimonió que en la pareja estaba todo bien, por qué no le supo cuidar a mi hermana”.
En relación a ésto último, la mujer se refirió a las supuestas amenazas que recibió Claudia tiempo antes del crimen. Esta versión había sido aportada en los primeros momentos por sus compañeras taxistas, quienes estuvieron cerca de la mujer en los últimos días previos al asesinato.
Asimismo, en cuanto al llamado de atención para quienes reciben violencia por parte de sus parejas o familiares, una amiga de la familia de Claudia, Norma, expresó a este medio que ella misma es sobreviviente de violencia de género.
En este aspecto puntualizó: “Es importante que la mujer tenga confianza en sí misma, en una amiga, en algún pariente, que se acerque a una comisaría lo antes posible y que trate de no volver con el agresor. Yo pude salir a tiempo, pero hay otras que no”.
A estos puntos, las hermanas de Claudia agregaron que quienes conviven con la violencia en sus hogares “que busquen ayuda, un refugio” además de acercarse a la comisaría más cercana ya que aseguran que no es como antes “que te atendían de mala gana y te decía ‘te habrás portado mal’. Ahora sos escuchada si vas a denunciar”, afirmó Lucía.
Por otro lado, explicó que en un primer momento querían creer que el concubino de Claudia no tenía relación con el crimen “porque te duele pensar que los chicos se queden sin padre y sin mamá. Me gustaría que no sea así, pero es así. Por algo está preso, si no, no iba a estar tanto tiempo, son dos meses ya”.
Las hermanas de Claudia “viven el día a día”, según sus testimonios, y los hijos de Claudia y Juan Andrés, de 11 y 4 años, reciben acompañamiento psicológico al tiempo que viven con una de sus tías.
“Ellos preguntan por la mamá, por el papá. Ellos saben que está y quieren verle pero no saben que la mamá no va a volver, se pierden a veces. Es como un ida y vuelta, se despiertan pensando que no es así pero es así la realidad que ella ya está muerta, no está más. Ellos van creciendo y de a poquito van yendo con eso. Es difícil”, finalizó.
Fuente, El Territorio.
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