El informe forense contradice la versión difundida por la Policía sobre un intento de suicidio. Citarán a efectivos que estaban de guardia en la comisaría de Campo Grande.
Gabriel (17) estuvo alojado en la comisaría de Campo Grande
En la autopsia practicada sobre el cadáver de quien en vida fuera Gabriel Alexander Pintos (17) “no se observan lesiones en el cuello que sean compatibles con ahorcamiento o intento”, según confirmó un vocero del caso.
De esta forma, el informe del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial pone en duda la versión difundida por la Policía de Misiones respecto a las circunstancias que derivaron en la internación y posterior deceso de Pintos.
Según informó oportunamente la fuerza provincial, en la madrugada del pasado 25 de junio el menor habría intentado ahorcarse en la celda de la comisaría de Campo Grande en la que se hallaba detenido cumpliendo un arresto de 20 días por contraventor. Habría utilizado un acolchado para tratar de suicidarse.
Tras ser auxiliado por el personal de guardia, fue trasladado al hospital local y enseguida derivado al Hospital Samic de Oberá, donde permaneció casi tres semanas en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) bajo coma inducido.
Pero con el correr de los días su estado de salud fue mejorando y hasta pasó a sala común, aunque el lunes sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció, tras 44 días internado.
En la víspera se realizó la autopsia en la Morgue Judicial de Posadas. Luego el cuerpo fue entregado a su familia para la inhumación en el cementerio de Campo Grande.
El informe forense indica: “Causa de muerte, shock séptico. Foco infeccioso en base pulmonar derecha. No se observaron hematomas o signos de violencia recientes. Múltiples lesiones compatibles con heridas cortante de vieja data y que no guardan relación con el hecho. No se observa lesiones en el cuello que sean compatibles con ahorcamiento o intento”.
Citarán a policías
Ante la consulta de este matutino, una fuente con acceso al expediente mencionó que el cuerpo se encontraba muy deteriorado, posiblemente por el tiempo de internación transcurrido.
Tampoco descartó que un “foco infeccioso intrahospitalario” haya derivado en el shock séptico.
El informe preliminar de autopsia, ya que resta la historia clínica del hospital, fue elevado al juez Pedro Piriz, subrogante del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, a cargo del expediente que por el momento se halla caratulado como “muerte dudosa”.
En tanto, en paralelo a la causa penal, la Jefatura de la Policía de Misiones lleva adelante un sumario administrativo interno para deslindar las responsabilidades de caso.
Vale mencionar que hace dos semanas fue relevada del cargo y pasada a disponibilidad quien era jefa de la comisaría de Campo Grande al momento del presunto intento de suicidio de Pintos.
La comisario Nancy P. fue apartada de sus funciones y afronta un proceso penal junto con un subalterno por la sustracción de autopartes que se hallaban en reguardo de la dependencia.
Por otra parte, con el informe forense a la vista, se estima que en los próximos días el juez Piriz citará a los policías que estaban de guardia la madrugada en que Pintos fue socorrido en su celda.
Breve despedida
Ayer por la tarde la madre del joven fallecido retiró el cuerpo de la Seccional Tercera de Oberá y se dirigieron a Campo Grande para la inhumación. “Se demoró todo y apenas tuvimos tiempo de despedirnos. Pobrecito, ya descansa. Ahora voy a luchar por saber la verdad”, remarcó.
Desde un primer momento la progenitora puso en duda la versión oficial y contó que días antes del hecho su hijo le manifestó que padeció torturas por parte de efectivos de la comisaría de Campo Grande.
Incluso, afirmó que en los últimos días el menor comenzó a hablar y corroboró que habría sido víctima de apremios en la citada dependencia.
“Gabriel tenía problemas de adicción y la Policía le quería hacer cargo de todos los robos de la zona, pero le metieron preso por la denuncia de un vecino por la música fuerte. La Policía le tenía bronca, le tenía marcado y él estos días me contó que le torturaron. Cuando le daban el alta quería denunciar, pero se murió. Estaba bien, pero salí y se murió”, afirmó.
A fines de junio la progenitora radicó una denuncia ante la Fiscalía de Instrucción Dos detallando que días antes su hijo le contó que fue torturado por policías. Luego, en sede judicial un testigo respaldó la versión de los presuntos apremios ilegales.
Declaró que el menor le contó que varios policías lo golpearon y amenazaron con asesinarlo si no confesaba la autoría de un ilícito que investigaban.
Prevención de la Tortura solicitó informes
Tras las denuncias de Nélida Ferreyra y de su hija, a principios de julio funcionarios de la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura (CPPT) se contactaron con ellas y se pusieron a disposición para contenerlas y asistirlas, como también se comprometieron a seguir los expedientes penales por presuntas torturas en la comisaría de Campo Grande.
En tanto, confirmado el deceso del menor, el último lunes desde el organismo elevaron una nota a la Fiscalía de Instrucción Uno de Oberá solicitando se les informe sobre el resultado de la autopsia practicada al cadáver del menor fallecido, al tiempo que brindaron asistencia y contención a la familia.
Fuente, El Territorio.
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