La denuncia se registró cuatro meses después del supuesto hecho. Ahora la Saic corroboró que la presunta víctima ni siquiera estuvo en Oberá el día y hora en que dijo que fue violada.
Desde un primer momento el imputado negó cualquier relación con el hecho, al tiempo que su defensa aportó una decena de testigos, fotos y registros telefónicos que lo desvinculan de la acusación de abuso sexual en perjuicio de una mujer de 30 años.
Asimismo, días atrás se incorporó al expediente el informe de la pericia realizada sobre el celular de la presunta víctima, prueba que la ubicó en la localidad de Panambí en el día y la hora del supuesto abuso, no en Oberá, donde denunció que se registró el hecho.
Dicho informe fue realizado por personal de la Secretaria de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) y elevado al juez Pedro Piriz, subrogante del Juzgado de Instrucción Uno de Oberá.
Con esta prueba, la semana pasada la defensa solicitó la excarcelación extraordinaria de Fernando G. (28), procesado por el delito de abuso sexual con acceso carnal, quien se halla alojado en la Unidad Penal VIII de Cerro Azul.
En tal sentido, en los próximos días se conocería el dictamen del fiscal Elías Bys.
El acusado permanece detenido desde el 15 de abril del año pasado, aunque el hecho que se investiga se habría registrado el 1 de marzo del 2020 y la denuncia fue radicada recién en julio del mismo año.
“Mi cliente lleva detenido 16 meses por un hecho que no cometió, lo que terminó de corroborarse con las pericias de la Saic sobre el teléfono de mujer que lo denunció, donde se probó que estuvo en Panambí desde la tarde del sábado 29 de febrero y todo el domingo 1 de marzo del 2020. Los registros indican el uso ininterrumpido de la misma antena en Panambí. Es decir que no estuvo en Oberá y por eso planteamos que el hecho ni ocurrió”, opinó el abogado Sebastián Flosi.
“Nada que esconder”
Entre otras pruebas, a lo largo del proceso la defensa aportó una decena de testigos que declararon haber estado con el imputado entre la noche del 29 de febrero y la mañana del 1 de marzo del 2020, mensajes de WhatsApp y fotos que corroborarían sus dichos.
La Saic también peritó el celular del imputado, donde se constataría que no estuvo donde dijo la presunta víctima.
Incluso, Fernando G. “fue indagado antes de conocer las pruebas en su contra porque no tiene nada que esconder”, subrayó el defensor particular.
Respecto de la acusación en su contra, el implicado indicó que la noche del febrero de 2020 se reunió con sus padres, hermanos y cuñadas a comer un asado, ocasión en la que se tomaron varias selfies que constan en el expediente.
Incluso, en una de las fotos se observa a que a las 2.30 del 1 de marzo aún estaba con su familia, cuando un testigo de la denunciante declaró que a las 2 lo vio ingresar a un pub de calle Córdoba, Oberá, es decir media hora antes de lo que consta en los datos de la imagen.
Siempre según la declaración de Fernando G., luego de cenar con su familia se dirigió a un salón de eventos sobre ruta provincial 5. Entre los testigos citados por su defensa se presentó una persona que aportó una foto tomada en el lugar a las 4.46 del 1 de marzo.
Esto también daría por tierra que a las 2 ya estaba en el pub de calle Córdoba.
Estuvo en el salón de ruta 5 hasta casi las 6 del 1 de marzo, tras lo cual se dirigió con un amigo al centro de Oberá, compraron cerveza y dieron vueltas hasta las 9, cuando fue a su casa.
“El chico con el que estuvo hasta las 9 se presentó a declarar y aportó fotos que se sacaron en esas horas. De todo eso presentamos pruebas físicas contundentes, pero el juzgado prefiere creer en la palabra de la mujer”, indicó Flosi.
La denuncia
Como contrapartida, la denunciante declaró que entre la noche del 29 de febrero y la madrugada del 1 de marzo de 2020 recorrieron tres bares con su hermano, en el último de los cuales se encontraron con Fernando G.
A las 5 los tres se fueron juntos en el auto del sospechoso, quien les dijo que era remisero. En el expediente consta que en dicha fecha el acusado no tenía auto y trabajaba como viajante, de lo que se presentaron pruebas.
En las posteriores declaraciones de la supuesta víctima y su hermano se sucedieron varias y marcadas contradicciones. También quedó plasmado que ambos estaban alcoholizados.
En julio de 2020, cuatro meses después del presunto abuso, la denunciante Mariana declaró que alrededor de las 2.30 del 1 de marzo se encontraron en el pub de calle Córdoba “con un grupo de amigos de mi hermano. Entre ellos estaba Fernando G., con el cual no tengo trato, pero lo conozco porque fue al secundario con mi hermano. A las 5 se ofreció a llevarnos a mi casa. Llegamos, me bajé, ingresé a la casa, me cambié y me acosté a dormir, y mi hermano se quedó adentro del auto con Fernando”.
Y continuó: “Yo estaba dormida y me desperté porque sentí que alguien estaba en la cama conmigo, que me bajó el pantalón, la bombacha y me comenzó a penetrar. Me asusté y lo que se me ocurrió decir fue ‘salí porque grito y llamo a mi hermano’, en ese momento se levantó y al abrir la puerta de mi dormitorio, por la luz del pasillo que estaba prendida, pude ver que era Fernando G. quien salía. Era él quien se metió a mi casa y me accedió sin mi consentimiento”.
Contradicciones
Sebastián Flosi calificó la acusación contra su cliente como “una locura terrorífica, ya que la supuesta víctima y su principal testigo, su hermano, dieron dos declaraciones totalmente diferentes”.
“La chica dijo que en el pub Isidoro estaban en grupo, pero el hermano declaró que eran sólo los tres. Él dice que llegaron a la casa y él se bajó porque estaba descompuesto, por lo que su hermana pagó el viaje; pero ella dice que se bajó primero y que su hermano se quedó en el auto con Fernando. Es leer ambas declaraciones para darse cuenta de que es algo inverosímil”, opinó el abogado.
También citó al segundo testigo de la querella, quien declaró que en la madrugada del 1 de marzo la denunciante, su hermano y el acusado estuvieron tres horas frente suyo, testimonio que caería con una serie de fotos que demuestran que Fernando G. estuvo en otros lugares en dicho lapso de la madrugada. Asimismo, el reciente peritaje del celular de la mujer indica que ni siquiera estuvo en Oberá en las horas señaladas.
Fuente, El Territorio.