“Ambos mataron y sepultaron al bebé, si no, por qué iban a esconder el cadáver”, subrayó la fiscal Estela Salguero. La madre deslindó al progenitor y dijo que ella tropezó y ocasionó la muerte
Primero dijo que dejó al bebé al cuidado de una vecina, aunque luego aseguró que lo dio en adopción. Más tarde acusó al progenitor de matar a la criatura, pero ayer deslindó de culpas a su ex concubino y mencionó que se trató de “un accidente”, que ella llevaba en brazos al pequeño cuando tropezó y cayó, lo que ocasionó su deceso.
Cuatro versiones de un mismo hecho en menos de dos años brindó Karina Beatriz Dos Santos (24), alias Micaela, la madre de Oscar Dos Santos, un bebé de apenas cuatro meses asesinado de un terrible golpe en la cabeza y cuyos restos fueron sepultados a la orilla del arroyo Barrero.
Por su parte, Héctor Oscar Dos Santos (37), alias Correntino, guardó silencio durante toda la instrucción, hasta que en la víspera se distanció de todo lo dicho por su ex y la culpó del homicidio.
En consecuencia, tantas contradicciones entre uno y otro, varios testimonios y pruebas recolectadas durante el proceso terminaron por destruir las endebles coartadas de los padres de la víctima.
Pasado el mediodía de ayer, ambos fueron condenados a la pena de prisión perpetua. Escucharon sin inmutarse el veredicto del Tribunal Penal Uno de Oberá, cuerpo que avaló la pena solicitada por la fiscal Estela Salguero.
Los Dos Santos fueron hallados coautores del delito de homicidio calificado por haber sido cometido contra su descendiente.
La fiscal detalló que el pequeño Oscar falleció por un “traumatismo de cráneo gravísimo con estallido de la calota craneal, acompañado de lesiones post mortem por aplastamiento torácico y craneal”.
“Ambos mataron y sepultaron al bebé, si no, por qué iban a esconder el cadáver”, subrayó antes de pedir la máxima pena.
Último día con vida
El cuerpo sin vida del bebé fue hallado el 12 de enero del año pasado en una pequeña fosa a orillas del arroyo Barrero, en una chacra de Picada la Madrid, jurisdicción de San Martín.
Precisamente, fue su madre quien ese día se quebró ante su hermana María y el oficial de Policía Lucas Medina y confesó que su hijo estaba muerto y sepultado, tras lo cual ella misma guio a las autoridades hasta el punto exacto donde hallaron los restos.
El testimonio más conmovedor del juicio oral fue brindado por Carlos Rojas (39), agricultor de Picada Vasca, quien habría sido la última persona (además de los padres) que vio con vida a la criatura.
Contó que el miércoles 6 de enero encontró a la pareja robando sandías en su chacra. Al acercarse, la mujer se levantó y justificó su accionar diciendo que estaban con hambre.
“Yo agarré un palo, pero me frené porque vi al bebé. Estaba en el pasto, en estado deplorable. Estaba sucio, todo picado por mosquitos”, comentó Rojas, antes de quebrarse de emoción por aquella imagen que sobrevoló la sala.
Dijo que les recriminó a ambos por no haberle pedido comida, ya que los conocía de vista, además del daño que hicieron a las plantas.
Precisó que en un bolso tenían un cuchillo, un poco de leche y dos galletas que “ya estaban verdes”, entre otras pocas pertenencias.
“De ahí les acompañé hasta que salieron de la chacra y el bebé me miraba y se sonrió todo el camino”, dijo con la voz temblorosa.
Luego aseguró que “se llamó a la Policía, pero nunca llegaron. Nos cansamos de llamar a la Policía. Nos cansamos de que nos roben y hasta el día de hoy pasa lo mismo”.
Primeros indicios
Siguiendo la línea de tiempo que derivó en el trágico desenlace, la testigo Beatriz Netzel (27) contó que el miércoles 8 de enero se hallaba en su chacra de Alvear cuando la pareja llegó hasta el lugar, ya sin el bebé.
“Dijeron que estaban perdidos y querían llegar a San Martín, y me ofrecieron una radio por 1.500 pesos. La mujer me dijo que estaban perdidos, me pidió que llame a la Policía y se puso detrás de mí. Ahí el hombre dijo ‘si vas a llamar a la Policía, yo me voy’. Cuando él se retiró, ella empezó a llorar y me contó que él la maltrataba y la obligaba a estar en el monte”, declaró.
Además, indicó que en un momento Karina Dos Santos le manifestó que estaba con los pechos cargados de leche porque tenía un bebé.
“Le pregunté dónde estaba el bebé y me dijo que le dio a una vecina. Entonces le dije para ir a buscarlo, pero me respondió que en realidad le había dado en adopción a una chica, con los papeles y todo”, agregó.
Ante la consulta de las partes mencionó que el día anterior, el jueves 7, había visto a la pareja caminando por la colonia con un changuito, aunque aclaró que no vio al bebé.
Al arribar la Policía, la mujer fue demorada en averiguación de algunos ilícitos registrados en la zona y fue alojada en la Seccional Segunda de Oberá.
En esas circunstancias, en los días posteriores su familia se acercó a la dependencia policial para interiorizarse de su situación y saber del bebé. Fue entonces que surgió la alerta y pidieron información por las redes sociales.
“Lloraba y pedía perdón”
A su turno, el oficial Lucas Medina, quien al momento del hecho prestaba servicio en la Seccional Segunda, contó que la mujer ya estaba por ser liberada en la causa que la llevó tras las rejas cuando de manera espontánea confesó el hecho.
“Estábamos con la hermana y en un momento se arrodilló y contó lo que había pasado. Dijo que estaban en una chacra privada y el bebé lloraba, entonces la pareja lo alzó de los brazos, lo tiró al arroyo y se golpeó la cabeza contra una piedra. Ella lloraba y pedía perdón”, recordó el oficial.
En tanto, mencionó que de no ser por el aporte de la progenitora, hubiera sido imposible hallar el cadáver. “Estaba en un lugar inhóspito, por lo que sin ayuda de ella no hubiéramos encontrado el lugar. Ni olor emanaba”, precisó.
En la víspera también se presentó María Dos Santos, la hermana a quien la imputada le confesó el hecho, aunque la mujer se excusó de declarar amparada en el derecho de no testificar contra un familiar.
Visiblemente afectada, apenas se paró para retirarse de la sala , cayó desplomada debido a un desmayo, por lo que tuvo que ser asistida.
La única familiar directa que declaró fue Rosalina Dos Santos, hermana del imputado, quien reconoció que el hombre “se crió en la calle robando”.
“Según él, lo que pasó con el bebé fue un accidente. Hace un tiempo ella me mandó llamar y me contó que se cayó encima del bebé y se golpeó la cabeza. Dijo que fue un accidente, que le quisieron reanimar y no pudieron”, declaró.
“Callate gurí de mierda”
Siguiendo la misma línea, ante el Tribunal Karina Beatriz Dos Santos remarcó que “fue un accidente”, al tiempo que mencionó que al momento del hecho estaba vigente una orden de prohibición de acercamiento por una denuncia previa.
“Lo que pasó ese día fue que vimos a la Policía y corrimos, en eso enganché un pie en una raíz y caí arriba del bebé. Yo le dije a él (por su ex) para llevarle al bebé al hospital, pero él me dijo que era mejor enterrarle. Además, los dos estábamos drogados”, argumentó.
Sobre lo que había declarado previamente, también abundó en contradicciones e indicó: “Lo que dije en el juzgado inventé todo, yo no podía contar la verdad hasta que le agarren a él porque le tengo miedo. Me pegó mucho, hasta con machete. Siempre me maltrataba”.
Por su parte, Héctor Oscar Dos Santos declaró por primera vez y en lo único que coincidió con la madre del bebé fue en que corrieron de la Policía.
“El bebé lloraba y ella le apretaba contra la teta y decía ‘callate, gurí de mierda’. Yo nunca le vi caer con el bebé. Dios sabe que no miento”, mencionó.
Afirmó que el homicidio se registró el 7 de enero, ya que el 8 la mujer fue detenida.
En tanto, para justificar su inacción aseguró que la imputada lo drogó con alguna sustancia que puso en el tereré, tras cual ella misma sepultó al bebé.
Fuente, El Territorio.