La fiscalía solicitó once años, pero el Tribunal impuso la pena mínima respecto a los 20 que contempla el delito de robo calificado. Las defensas anticiparon que irán a casación.
El luchador y entrenador de artes marciales mixtas Cristian “La Roca” Braganza (32) y Dante Bergese (31) fueron condenados ayer a seis años de prisión por el violento asalto a los propietarios de una sucursal de Pago Fácil de Oberá.
El Tribunal Penal Uno los halló coautores penalmente responsables del delito de “robo calificado por el uso de arma blanca y arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo se acreditada”.
El hecho se registró el 9 de marzo del 2020 al mediodía, circunstancia en la cual Esteban Pacheco (44) y su esposa Débora Welke (37) fueron abordados por dos encapuchados en la vereda de su local, ubicado en la intersección de calles Córdoba y Wilde.
Los ladrones agredieron a la pareja y les sustrajeron una mochila que contenía 2.069.100 pesos en efectivo. Pacheco sufrió un corte de arma blanca en el hombro izquierdo, además de otras excoriaciones. También Welke fue agredida con golpes de puño y patadas.
Braganza y Bergese fueron detenidos cinco meses más tarde en el marco de la investigación por un intento de robo a una pareja de jubilados de Oberá, causa que aún no fue juzgada, tras lo cual fueron vinculados al asalto al Pago Fácil.
En la víspera, la fiscal Estela Salguero detalló las pruebas contra los imputados y solicitó una pena de once años de cárcel.
De todas formas, tras escuchar los alegatos de las partes, el Tribunal decidió imponer el monto mínimo, ya que el delito que se juzgó contempla una máxima de 20 años de prisión.
La decisión estuvo a cargo de los jueces Francisco Aguirre, José Pablo Rivero y Jorge Villalba.
En tanto, Matías Ochoteco Rousseau, defensor particular de Braganza, anticipó que no sólo recurrirá a casación sino que pretende denunciar por prevaricato a la fiscal Salguero.
“No puedo decir que eran ellos”
El debate oral contra Braganza y Bergese comenzó el jueves pasado y se preveía una jornada, pero faltaron varios testigos que ayer fueron conducidos por la fuerza pública.
El primero en comparecer fue Daniel Nolasco (25), quien exhibió marcadas contradicciones con relación a lo que figuraba como su declaración en la instrucción, donde quedó asentado que había reconocido a La Roca como a uno de los autores del hecho.
Contó que es oriundo de la ciudad de Apóstoles, al igual que Braganza, con quien también entrenó artes marciales mixtas.
Ante el Tribunal, Nolasco indicó que el 9 de marzo del 2020 al mediodía salió de la verdulería donde trabajaba y caminaba hacia una barbería cuando escuchó gritos y observó a dos hombres que subieron a un VW Bora Negro y salieron del lugar a toda velocidad. No los llegó a identificar, declaró.
“No sé quiénes eran esas personas. No los pude identificar porque uno tenía pasamontaña y capucha otro (…) Todo fue muy rápido. Escuché gritos y vi a una señora en el piso y a dos hombres que subieron al auto. Eran altos, pero no puedo decir que eran ellos”, indicó respecto a los imputados.
En otro tramo, el testigo marcó la insistencia desplegada por personal de la División Investigaciones de la Unidad Regional II de Policía para implicar a La Roca en el hecho.
“Una noche me buscaron y me preguntaron si conocía a Braganza. Me preguntaron: ‘Vos decís que uno de ellos puede ser Braganza, porque él es alto’, pero en ningún momento di nombres”, reiteró.
Indicó que al ver que en su DNI figura que es oriundo de Apóstoles, los investigadores trataron de vincularlo con Braganza y a éste con el hecho.
“Me mostraban fotos y me preguntaban si no era él al que vi”, aportó Nolasco.
Acreedor y testigo
Por su parte, Sebastián Domato Bulfe (26) complicó la situación de Bergese y hasta puso en escena a un hermano del implicado, que asistió al debate.
Aseguró que tiempo después del robo “estaba en la casa de un amigo tomando cerveza y jugando al pool, y en la mesa de pool de al lado dijeron que los hermanos Bergese robaron el Pago Fácil”.
Luego manifestó que no podía decir quién era su amigo, dónde vivía ni quiénes eran las personas que hicieron dicho comentario implicando a los Bergese.
El testigo afirmó que también escuchó que “Dante (Bergese) fue a comprar droga con una bolsa de cambio”, sin precisar mayores datos al respecto.
Asimismo, Domato Bulfe comentó que el hermano de Bergese lo estafó en varios miles de pesos, hecho que habría sido previo al asalto que se investigaba.
La tercera testigo que se aguardaba en la víspera era Daniela Da Rosa, quien en la instrucción implicó a los imputados con supuestos hechos criminales, pero no pudo ser ubicada para ratificar o rectificar sus dichos en el juicio.
Se informó que la Policía fue a su último domicilio registrado, donde su madre indicó que desconoce su paradero. Que el marido es camionero y estaría en Buenos Aires.
En consecuencia, Ochoteco Rousseau planteó la inconstitucionalidad de la incorporación por lectura, ante lo cual el Tribunal Penal dejó sin efecto el testimonio de Da Rosa.
Acusación fiscal
A su turno, la fiscal Estela Salguero mencionó que según las víctimas, los ladrones eran altos, de alrededor de 1,75 metros de altura, delgados y que tenían mucha fuerza.
Citó al testigo Maximiliano Da Rosa, quien afirmó que Braganza le confesó la autoría del hecho, como también que luego abandonaron el auto cerca y abordaron otro coche que nunca salió de Oberá.
“Nadie los pudo identificar, pero fueron los autores del hecho”, subrayó la titular del ministerio fiscal, quien valoró el aporte del testigo Da Rosa porque “siempre ratificó sus dichos”.
Y reprodujo la versión del testigo: “En una ocasión le pregunté a Braganza si era verdad lo que estaban diciendo, que participó del robo al Pago Fácil y me dijo que sí. Que él y Dante y otras dos personas cometieron el hecho”.
Luego mencionó el aporte de Domato Bulfe sobre la autoría de Bergese, al tiempo que mencionó que “la bolsa con cambio para comprar drogas corrobora lo que dijo Welke (una de las víctimas) sobre que había muchos billetes de baja denominación” en la mochila que les robaron.
Indicó que Bergese tenía un Bora negro, modelo y color utilizado en el asalto, mientras que las pericias telefónicas realizadas por la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) determinó que el día del hecho ambos imputados estaban en Oberá, lo que contradice la coartada de Bergese, quien declaró que estaba trabajando en Posadas.
También mencionó que Bergese “tenía mala fama, los vecinos le tenían miedo y vendía autos y armas, igual que Braganza”. Luego solicitó once años de prisión.
“No hubo rigor científico”
A su turno, Ochoteco Rousseau cuestionó que la investigación estuvo direccionada y cuestionó el rol de la fiscal.
“El Tribunal sólo puede condenar o absolver. Si se condena se estaría cometiendo dos injusticias. Primero contra las víctimas, porque no existen pruebas de cargo precisas y concretas. La víctima primero desea la verdad, que se encuentre al responsable, y si hay condena habría revictimización porque el culpable seguiría libre”, opinó.
El defensor insistió en que la instrucción se enfocó en implicar a su cliente. En ese contexto mencionó que “el testigo Nolasco dijo que lo buscaron varias veces” y se preguntó quién fue el instructor, “porque tenía a intención manifiesta de dirigir la instrucción hacia Braganza”.
“Nolasco dijo ‘yo me hago cargo de lo que dije, no de lo que interpretaron. Lo buscaron constantemente para que diga algo que no quería decir”, agregó.
En cambio, trató de desestimar el aporte de Maximiliano Da Rosa, el remisero a quien La Roca le habría confesado del hecho.
“Llama la atención tanta confianza, siendo que Da Rosa dijo que Braganza es una persona reservada, pero al mismo tiempo le confesó terrible crimen a su remisero”, indicó.
Al igual que Domato Bulfe con Bergese, ante el Tribunal Da Rosa acusó a La Roca de estafarlo: “Un acreedor nos dice que Braganza le confesó un crimen. No resiste lógica”.
Por ello, además de cuestionar al citado testigo, preció que mucho antes del debate se radicó una denuncia por falso testimonio que se halla en trámite. Sobre la pesquisa opinó que “no hubo rigor científico”, por lo que habría que determinar si fue por “error o intencionalidad dolosa”. En ese marco solicitó la absolución de su cliente.
Por su parte, Pablo Ferster puntualizó en la inocencia de su cliente ya que “Bergese no estuvo en el momento ni en el lugar del hecho”.
Denunciarán a la fiscal
Tras la sentencia, el abogado de Braganza opinó que hubo “irregularidades escandalosas en la causa” y anticipó “voy a denunciar por prevaricato a la fiscal”.
“Como fiscal tiene una obligación de objetividad e imparcialidad porque maneja recursos del estado para garantizar la justicia, eso dice la Constitución. No para seguir caprichos, para establecer corazonadas y después manipular pruebas, eso está prohibido”, disparó Matías Ochoteco Rousseau.
Y agregó: “Con las pruebas reunidas en el proceso, desde la sana crítica no se podía sustentar una condena. Estoy ansioso para ver cómo fue la valoración del Tribunal para fundar la sentencia. Si no estaban convencidos por las deficiencias de la prueba, mínimamente tenían que aceptar las dudas que planteó la defensa”. También señaló que “la fiscal Salguero incurrió en falacias al atribuir delitos inexistentes contra mi cliente. Al afirmar que el señor Braganza compra y vende autos y armas dejó en evidencia que no es imparcial”. Tras el fallo, los implicados regresaron a la Unidad Penal VIII de Cerro Azul.
Fuente, El Territorio.