Aseguran que la Virgen de la Inmaculada Concepción que está en la capilla de Vinará, en Santiago del Estero, lloró 14 veces en 2022 y hasta derramó sangre. Una mujer guardó las lágrimas en una servilleta de papel y se las dio a su hijo antes de una operación por un tumor. El relato completo
Raúl Alemir tiene 39 años, y en 2021 le diagnosticaron mixofibrosarcoma. Según la Mayo clinic el mixofibrosarcoma: “algunas veces parece un crecimiento que no es cáncer. Esto puede dificultar la obtención de un diagnóstico correcto y un tratamiento rápido para controlarlo”. Tras este diagnóstico fue amputado de su pierna izquierda ya que se trataba de un tumor muy invasivo.
A Raúl la vida lo golpeó nuevamente en 2022 cuando el tumor volvió a invadir su cuerpo de una forma rápida y repentina. Comenzó con un bulto en el brazo izquierdo que a las semanas fue creciendo progresivamente hasta alcanzar siete kilos. Fueron tres meses los que permaneció internado en cama, ya que su cuerpo no podía soportar ese peso. “Tuve que suplicar a los médicos para que me operaran, porque no querían arriesgarse por las pocas posibilidades de sobrevida” afirma el joven de Vinará.
María Brandan, madre de Raúl, entre lágrimas expresó: “Yo vine, me arrodillé, lloré y ella (La Virgen) lloró. Yo le pedí a la Virgen que si iba a vivir mi hijo que le de otra oportunidad y sino que no me lo haga sufrir. Porque era un tumor impresionante parecía un monstruo. Los médicos le dijeron que no iba a sobrevivir a la operación. Nos pidieron que nos despidiéramos de él” así se expresó para Infobae la vinaraqueña.
María rememora ese momento desesperado de su vida y dice: “Yo junté las lágrimas de la Virgen en una servilleta de papel y las guardé para mi hijo. Se lo entregué a mi hija Liliana para que se lo diese a Raúl. Sabia que ella me lo iba a ayudar”.
Un testigo ocular de las lagrimas de la Virgen
Víctor es un joven de 31 años de Loma del Medio, una localidad vecina a Vinará y testimonió para Infobae: “El 26 de julio de 2022 al llegar a la capilla de Vinará, ayudé al grupo de servidoras a bajar la Virgen del Altar, ya que iban a prepararla porque al otro día iba a una fiesta patronal en Río Hondo. Mientras las chicas la limpiaron, yo fijé la mirada y vi que se le escapó una lagrima. Después cambió el color del rostro y siguió llorando y nos reunimos a rezar. Para mí fue algo maravilloso.”
Víctor fue el primero en difundir en las redes sociales el video de la Virgen llorando, las imágenes se viralizaron y muchos curiosos y devotos de la zona se agolparon en Vinará.
“Recuperó las piernas gracias a la Virgen”
Sara Sosa, una vecina de la capilla de Vinará de 31 años testimonió: “Yo vengo todas las mañanas después de dejar a mi hijo en la escuela. Un día la Virgen estaba llorando y eran las ocho de la mañana. Vino una señora con muletas y sostenida por sus dos hijos. Ella lloraba y decía que estaba perdiendo las piernas. En ese momento me sentí triste al verla cómo estaba. Pasaron ocho días y ella volvió, pero había venido sola, venía caminando. Se arrodilló frente a la Virgen y le agradeció. Ella dijo que iba a decir en todos lados lo milagrosa que era la Virgen. Por eso digo que todos los que necesiten se acerquen porque ella los va a ayudar y sacar adelante”, dice efusivamente Sara.
“En mi parecer es imposible poner un mecanismo para hacer llorar a la virgen”. Así se expresa Adrian Décima de 53 años que vive en Termas de Río Hondo. A lo largo de su vida se dedicó a restaurar imágenes religiosas y conoce todos sus secretos.
Ante la pregunta si era posible manipular la imagen de la Virgen para que llorará por un mecanismo, el artista respondió: “Yo restauré la Virgen de Vinará en 1990.Una imagen de yeso como esta no se puede manipular. Sus lágrimas son un misterio que yo no me puedo explicar”.
Adrián contó una experiencia excepcional que le sucedió durante esta restauración, treinta años atrás: » Yo prefería trabajar a la madrugada para estar tranquilo. Eran las tres de la mañana aproximadamente. Cuando iba arreglando la parte de la base emergió un líquido como un aceite, muy liviano. Yo buscaba de la base, la levanté, la moví desde adentro, revisé los recovecos, pero el agua vertía de la nada. Me dije algo está pasando. También sentí una luminosidad que me rodeó. Lo primero que hice fue persignarme y fui a persignar a toda mi familia. Hasta hoy lo que me pasó no tiene explicación”.
En un lateral de la base de la Virgen de Vinará se observa una minúscula placa de chapa avejentada que dice: “Santería Pezza. Arte religioso”.
Fuente, Infobae.
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