Luego de ocho extensas jornadas de debate, con el aporte de más de 30 testigos y la declaración de los tres imputados que tuvo el caso, ayer minutos después de las 13 en el Tribunal Penal Dos de Posadas se conoció la sentencia en el debate oral por el femicidio de Marina Da Silva, la joven de 19 años que fue hallada muerta a golpes el 31 de diciembre de 2013 en un pozo de agua en Campo Bauer, en Nemesio Parma.
En una alocución que duró poco más de una hora, el primero en exponer sus argumentos fue el fiscal Vladimir Glinka, quien sobre sus espaldas y en un proyector que lo acompañó en su exposición mostró durante gran parte de la mañana una fotografía de la víctima cuando ésta tenía 15 años.
La imagen fue facilitada por la madre de la joven para honrar la memoria, en paralelo al pedido de esclarecimiento del horrendo crimen.
“Llegó el momento de terminar con esta historia que se dilató en el tiempo”, fue una de las primeras afirmaciones del fiscal, quien comentó que durante estos nueve años de pesquisa hubo muchas historias reformuladas y distintas.
“Sin juicio oral este caso no se podría haber resuelto”, afirmó Glinka, quien a lo largo del proceso tuvo que analizar qué tipo de responsabilidades tuvieron los encartados y un cuarto imputado que tuvo el expediente, Omar Rito Ramírez, quien falleció meses atrás sin poder ser juzgado por el caso.
Glinka sostuvo que para iniciar su reconstrucción tuvo que partir sobre los hechos que no fueron controvertidos en la pesquisa, como base sólida para iniciar su recorrido al esclarecimiento del caso.
En base a los perfiles que fue armando de cada uno de los involucrados en esta cruenta historia surgió que Ramos era una persona que tendría rasgos de mentalidad perversa.
Para ello citó a un perito en psicología que declaró en el debate y que en su declaración describió aspectos que señalaban a la pareja de Marina como un individuo que pudo haber planificado el crimen. Recordó que el primer día de juicio, en un recorte de 14 segundos de la declaración de Ramos, el acusado verbalizó un detalle que no pasó por alto para la fiscalía.
“El 25 de diciembre, cuando iba a volver, uno de mis tíos me dijo que tenía que hacer una exposición. Al primero que van a ir a buscar es a vos”, dijo Ramos en aquel momento ante el tribunal a lo que Glinka describió como un acto de “plena y absoluta conciencia de que si algo le pasaba a Marina tenía que parecer que fue otra persona. Así comienza esta historia”.
Por otro lado, el representante de la parte acusatoria comentó que a lo largo de las distintas jornadas de juicio oral pidió a cada uno de los testigos que ubicaran geográficamente en un mapa de Nemesio Parma los lugares en donde se creía que fue vista por última vez la víctima, como así también las viviendas y sitios de referencia de imputados y testigos de relevancia en el caso.
En base a esto reconstruyó que el viernes 20 de diciembre de 2013 Marina avisó a su pareja que tenía intenciones de irse de la casa que compartía con el imputado, lo que le valió que su suegra y su cuñada arrojaran sus pertenencias a una letrina.
Agregó que testigos indicaron que ese día la joven pidió a un amigo que la ayude a retirar sus cosas, aunque esa misma noche volvió a dormir en casa de Ramos.
Ataque y desaparición
Sobre el sábado 21 de diciembre, día que se cree fue ultimada la joven, Ramos en su declaración en el juicio indicó que salió al mediodía para pasar el resto del día en casa de su suegra junto a Marina y su hija en el barrio Cruz del Sur. Esto es a unos 7 kilómetros de distancia entre ambos barrios.
En este punto la fiscalía indicó que ese día la pareja dejó a su pequeña de 2 años y luego fueron en moto hasta el trillo que conduce al pozo donde diez días más tarde fue encontrada sin vida Marina.
Glinka consideró clave el relato que dio un vecino de apellido Machado quien ese 21 vio a la pareja entrar al trillo. Y que tras recorrer más de 200 metros arribaron al sector de más vegetación que rompe con la zona descampada de Campo Bauer en donde ocurrió el ataque.
“Sin mediar ninguna palabra, porque ella no tenía gestos defensivos, recibe dos golpes en el cráneo, en inmediaciones al pozo. Lo que no pudo controlar Ramos fue la falta de recursos. Él se manchó con sangre y tuvo que volver a la casa y buscó el cable prolongador del ventilador. La ató con eso. Ató el bolso del equipo de música en la cintura con una piedra. El bolso también es un recurso reconocido”, aseguró el fiscal.
También añadió que Ramos, desde el 22 de diciembre, dio versiones distintas de la desaparición de su pareja y que esto quedó reflejado a lo largo de la pesquisa.
En tanto que sobre la participación de los otros dos encartados el fiscal reconoció que no pudo encontrar elementos suficientes para acreditar la participación de ambos en un homicidio en concurso premeditado de tres o más personas, calificación con la que llegó a debate el expediente.
“Portal se auto incriminó sin darse cuenta, pero no puedo acreditar su participación y asistencia en este delito. Ramos tuvo un móvil, una estrategia y una planificación para este delito. A Da Silva tampoco lo puedo ubicar y el concurso de dos o más personas se me cae”, afirmó Glinka en base a la orfandad probatoria que surgió en torno a los casos de Portal y Da Silva.
Por esto solicitó al finalizar su alocución la pena de prisión perpetua para Ramos y la absolución para los otros acusados.
Implicado en el crimen de la taxista Benítez
Luego del vencimiento del plazo razonable de prisión preventiva por el crimen de su pareja, Franco Ramos logró la excarcelación en 2020 y esperaba en libertad el debate que finalizó ayer. Aunque el 2 de junio pasado, el ex olero fue detenido en su vivienda del barrio Sol de Misiones II de Posadas ya que se lo vinculó directamente con otro resonante y reciente caso de femicidio. En base a pesquisas hechas por el Juzgado de Instrucción Siete se estableció que Ramos manipuló y vendió, meses atrás, el teléfono celular de Claudia Benítez, la taxista de 34 años que a mediados de mayo fue hallada asesinada dentro de un pozo en Campo Bauer y en similares características al ataque que sufrió Marina Da Silva.
Por esta causa, Ramos cuenta con prisión preventiva y testigos sostienen que el acusado conocía a la taxista y a su pareja, Juan Andrés R. (39) -el otro imputado- ya que los tres compartían la misma iglesia evangélica. Por el momento se investiga si Ramos, como conocedor de Nemesio Parma, pudo haber brindado datos al homicida del lugar del pozo donde se descartó el cuerpo.
Fuente, El Territorio.
Debe estar conectado para enviar un comentario.