El horroroso relato del patovica que vio cómo los rugbiers golpeaban a Fernando “Nunca ví algo así”

En el tercer día del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, declaró el patovica que presenció la brutal golpiza en el bolcihe y quebró en llanto en pleno testimonio. Al patovica se le quebró la voz a la hora de hablar de la brutal golpiza que terminó con la vida de Fernando: “Nunca vi nada igual. Hace 20 años que laburo de esto y jamás vi una cosa así. Una saña brutal. Veía patadas, patadas y patadas”.

Durante el tercer día del juicio por el asesinato de Fernando Báez Sosa, declaró Alejandro Claudio Muñoz, el jefe de seguridad del boliche Le Brique, de Villa Gesell, donde falleció el joven en enero de 2020.

Al patovica se le quebró la voz a la hora de hablar de la brutal golpiza que terminó con la vida de Fernando: “Nunca vi nada igual. Hace 20 años que laburo de esto y jamás vi una cosa así. Una saña brutal. Veía patadas, patadas y patadas”.

El hombre de 47 años reamarcó la agresividad que demostró Máximo Thompsen al momento de reducirlo para sacarlo del boliche. “Estaba muy alterado. “Ávila y Gómez (sus compañeros) me dijeron que él era el que más había peleado con Fernando”, declaró este miércoles ante el Triubunal de Dolores.

Y agregó el hombre que vio la muerte de Fernando Báez Sosa: “Veo que todos los chicos, los rugbiers, vienen corriendo y se van turnando. Algunos cubrían a los amigos y otros iban a pegarle a Fernando. En un momento, Fernando se quiso levantar y uno de los chicos de pelito largo y rodete le pegó una patada. Eran patadas y patadas. Fernando no se levantó nunca más y le seguían pegando”, relató.

Al aire de TN, Rolando Barbano brindó más detalles de la declaración del patovica: “Está mostrando mucha más humanidad que los rugbiers. Los guardias de seguridad de Le Brique quedaron muy golpeados, pese a que se quedaron sin trabajo ya que las puertas del boliche no volvieron a abrir”.

Y agregó: “Lo que hicieron a nivel protocolo es correcto porque sacaron a los dos grupos enfrentados por distintas puertas, que es lo que marcan los protocolos de seguridad”. “Llama la atención que hombres tan duros, acostumbrados a trabajar en la noche se quiebren al recordar lo que pasó”, añadió.

Fuente, Radio mitre.