La Cámara de Apelaciones en lo Penal y de Menores de Misiones confirmó la prisión preventiva que pesa sobre Andrés Rogelio T. (26), imputado por el presunto homicidio de Josías Ezequiel Galeano (15), cuyo cadáver fue hallado en un bañado en avanzado estado de descomposición el pasado 3 de junio.
Entre los considerandos, la Cámara mencionó que ante la desaparición de Josías Galeano “el encartado se ausentó de los lugares que frecuentaba, sin que las personas de su entorno tengan conocimiento de su paradero, motivando su búsqueda por diversos lugares de la ciudad de Oberá y de la provincia, hasta que fue localizado en cercanías de la localidad de Dos de Mayo”.
Por otra parte, se indica que frente al monto de la pena que podría imponerse, circunstancias personales y antecedentes del sospechoso, se “permiten suponer fundadamente que -en libertad- tratará de sustraerse de las obligaciones procesales. A lo que debe sumarse que no se le conoce medio de vida, ocupación ni trabajo fijo -trabajaría eventualmente como tarefero-, lo que posibilita concluir que no cuenta con arraigo económico suficiente”.
RELATOS DEL TESTIGO CLAVE
“Koki me dijo que le hizo una llave con el brazo y le tenía del cuello, y ahí el otro le pegó con la mano para arriba y le pegó en la cara y él dijo que le terminó de matar haciéndole una llave con la mano, que le apretó más fuerte. Me dijo que estaban los dos solos, no me dijo dónde fue, sólo dijo que lo mató y que lo tenía enterrado en el Yazá, donde había un pantano lleno de musgos y camalotes. Y ahí me dijo si yo le podía comprar pan y mortadela”, afirmó el testigo, quien posee un amplio prontuario por delitos contra la propiedad.
“Yo estaba en mi casa y ahí los gurisitos me llamaron, no los conozco, seguro son del barrio. Después del medio día fue eso. Me dijeron que Koki me llamaba, y ahí yo no sabía nada lo sucedido, lo que estaba pasando. Me acerqué confiado, ahí fui hasta la calle 1 de San Miguel, fui solo y estaba Koki. Ahí me dijo lo que él hizo. Él dijo que hizo una macana y que tenía al desaparecido, y le tenía matado, y no me dijo el nombre de quién era el desaparecido. Le dije que no me podía involucrar en nada, que no me podía meter en problemas y ahí el amenazó de matarme a mí y a mi familia si yo decía algo”, se cita en el expediente.
Foto archivo, del caso de josias Galeano
“Le tuvo que matar”
El testigo aseguró que no conocía a Josías. Tampoco supo precisar por qué el implicado lo eligió para confesarle el crimen, ya que apenas eran conocidos del barrio.
“No me dijo en qué fecha lo hizo, sólo que hizo una macana. Yo estaba aterrado. Me dio 400 pesos para que le compre pan y mortadela, plata tenía un montón, tenía una mochila negra y tenía más plata. Adentro de una bolsita en la mochila tenía la plata”, indicó.
Señaló que compró la comida en un kiosco de calle 1, mientras que el acusado lo aguardaba sobre la misma arteria.
“Fui solo al kiosco y le traje el pan y la mortadela (…) Yo le dejé eso y me fui a mi casa. No me quería meter y él me dijo que si yo abría mi boca, mi familia corría riesgo. Se notaba que estaba malo, así como amenazándome”, agregó.
“Koki también me dijo que le tenía atado del cuello con una soga, y ahí le ató en una piedra y lo tiró en el agua”, detalle que no condice con la profundidad del lugar donde encontraron el cuerpo, un bañado de pocos centímetros.
“Koki me dijo que ellos se mandaron una macana juntos y que ahí le tuvo que matar para que no lo delate. Yo le agarré miedo por lo que Koki me contó. Dijo que lo mató y lo llevó al Yazá, que es por Campo Viera, me dijo. Koki no me dijo cuánto tiempo hacía que estaban juntos con el gurí”, mencionó.
El informe bioquímico de la autopsia practicada sobre el cadáver de Josías Ezequiel Galeano (15) confirmó que el menor falleció por “asfixia por sumersión”.
El estudio estuvo a cargo de la licenciada en bioquímica Claudia Noemí Caballero, especialista en microbiología clínica, quien analizó tejidos de médula ósea obtenidos del esternón del cadáver, lo que permitió hallar un tipo de algas unicelulares denominadas diatomeas.
También se analizó una muestra del agua del bañado donde fue encontrado el cuerpo sin vida del menor.
“El hallazgo de diatomeas puede diagnosticar que la víctima efectivamente se ahogó”, precisa la autopsia, y agrega que “estamos en condiciones de decir que la víctima aspiró en forma activa el líquido circundante al lugar del hallazgo”.
Contrario a ello, el principal testigo afirmó que el sospechoso le confesó que lo ahorcó con una llave.
Fuente, El Territorio.
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