Un nuevo ciclo de capacitaciones en Derecho Indígena para jóvenes Mbya culminó este fin de semana y dejó mucho más que aprendizajes teóricos: se formaron grandes amistades y se forjó un ímpetu de lucha que los compromete profundamente con su Pueblo.
Los protagonistas se animaron a compartir las sensaciones y vivencias que los atravesaron a lo largo de todo el año que duró el curso, y reflexionaron sobre sus antepasados, su identidad y el amor por la naturaleza que los caracteriza.
Luisina Duarte, de la Comunidad Tamanduá, en 25 de Mayo, contó que llegó a la capacitación a través de su hermana, quien ya había participado y la animó a hacerlo también. Entre los temas dados, mencionó la Constitución Nacional, la Provincial, el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Ley 4000, de Misiones.
“Entre nosotros, con mis compañeros, hablamos sobre lo que soñamos para nuestro futuro y llegamos al mismo objetivo: seguir acompañando al Aty Ñeychyrõ, seguir luchando con nuestras Comunidades, defendiendo nuestros derechos y nuestros territorios”, contó.
Respecto a los encuentros, que tenían tres días de duración, reflexionó: “Cuando vamos a la capacitación no es solo ir a aprender los derechos escritos en un papel, volver a nuestra casa y ya, sino que también llevamos nuestros mba’epu para hacer música, cantar y danzar. Eso siempre nos fortalece más aún, es importante que los jóvenes no perdamos la cultura y espiritualidad que tenemos”.
Mientras que su compañero, Alexander Benítez, de Tekoa Arandu, Pozo Azul, expresó que en cada reunión se fueron sintiendo más unidos y libres para reflejar sus emociones. “La capacitación nos hizo entender muchas cosas y nos hizo traer de vuelta nuestros sentimientos, que es el amor hacia la naturaleza, a nuestro Pueblo, porque no solo aprendimos de leyes, sino también de valores y respeto hacia todas las personas que quieren el bien para el mundo cuidando la naturaleza”.
“Nosotros, el Pueblo Indígena, crecemos y vivimos en el monte, experimentamos y sentimos, por eso amamos tanto nuestro territorio, no como las personas que se dicen dueños y desmontan para su beneficio. Cómo van decir que es suyo sin haber nacido ahí o estado ahí, conocer los animales, vivir con ellos, escuchar los cantos de pájaros de buenos días, escuchar las historias de los abuelos sobre el monte”, consideró.
Y agregó: “Los de afuera dicen ‘esos indios cazan animales, destruyen árboles’, pero ellos no saben que desde chiquitos nos enseñan cómo cuidar a los animales, árboles y arroyos”.
Finalmente, aseguró que esta experiencia le permitió reafirmar su identidad con la convicción de que la lucha por los territorios ancestrales, de los que fueron desplazados y despojados desde la conquista de América, aún no termina.
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