Violó a su hijastra de 12 años al menos tres veces e intentó abusar de la hermana de ella de 8 años tantas veces que no se pudo precisar la cantidad. Los delitos contra la integridad fueron denunciados en 2020, pero se cometieron en el lapso de un año en el barrio Gendarmería de Santo Pipó. Esta semana y bajo la modalidad de juicio abreviado, el acusado -hoy de 34 años- fue condenado a pasar veinte años en prisión.
El acuerdo de condena fue ofrecido por el fiscal del Tribunal Penal 2 de la Primera Circunscripción Judicial, Vladimir Glinka, para el encartado que aceptó la autoría estampando su firma de conformidad en audiencia de visu con el acompañamiento de su abogado defensor.
Si bien el acuerdo resta ser homologado por los camaristas titulares del TP-2, Carlos Jorge Giménez, Gregorio Augusto Busse y César Antonio Yaya, nada indicaría que la sentencia no sea ratificada y comience a correr la ejecución de la pena.
La causa llegó a debate caratulada como “abuso sexual con acceso carnal, doblemente agravado por la calidad de guardador del autor y por el aprovechamiento de la convivencia preexistente, tres hechos, en concurso real” para la víctima de 12 años y “abuso sexual con acceso carnal en grado de tentativa, varios hechos”, en el caso de la niña de 8 años. Delitos tipificados y penados por el artículo 119 del Código Penal Argentino.
En la casa materna
Cada hecho ocurrió en la vivienda y cuando la progenitora de las víctimas salía a trabajar o por motivos varios se ausentaba del inmueble.
La niña de 12 años fue la primera víctima de los ultrajes, pormenores de los actos este Diario se reserva su publicación. Mientras que la menor de 8 años comenzó a ser atacada después de la navidad de 2018 con reiterados intentos de abuso con acceso carnal de acuerdo a los relatos en Cámara Gesell que resultaron contundentes para la acusación, tanto en la etapa de instrucción del expediente, como cuando llegó a manos del fiscal Glinka.
Al menos tres hechos de abuso sexual con acceso carnal quedaron probados en la menor de 12 años. En la hermana menor los delitos quedaron claros como abuso sexual pero en grado de tentativa.
De todas maneras, la gravedad de lo sucedido se califica por el vínculo de convivencia: las víctimas fueron agredidas por la persona en quien confiaban y que debía cuidarlas.
Fue el quiebre del silencio de la niña de 12 años el que derivó en las denuncias y detención del sospechoso en 2020.
El ahora abusador confeso, continuará privado de la libertad en la Unidad Penal 1 de Loreto del Servicio Penitenciario Provincial.
Fuente, Primera Edición.