El propósito es “poder comprarle la cama y el colchón, con su princesa, su barbie, como ella siempre quiso”, manifestó Marcia, la madre de Julia de Olivera (10), domiciliada en el paraje Coronel Pringles, de Alba Posse, que es la nueva ganadora de este programa del IPLyC SE.
“Estamos muy contentos, agradecidos. Para quien vive en el interior esta ayuda es bienvenida, más aún cuando se tiene un hijo discapacitado. No sabíamos de la existencia del IPLyC Social Inclusivo, de estos sorteos, que están más que buenos y siempre son de gran ayuda”, manifestó la mujer, que es ama de casa y ayuda a su esposo en las tareas de la chacra.
Dijo que se enteraron de esta buena noticia gracias al maestro César Gerhartd, de la Escuela N° 292, pero que en un primer momento “nos costó creer”.
La pequeña tiene retraso madurativo, y asiste a la Escuela Especial de la localidad de 25 de Mayo, pero lo hace solamente tres veces a la semana, por falta de un transporte que la acerque al establecimiento. La madre contó que, en Julia, los problemas de salud se presentaron tras su nacimiento y que en el Hospital Garrahan le practicaron una cirugía de corazón. “Hasta que cumplió los tres años, íbamos y veníamos. A partir de esa edad, empezamos a viajar a Buenos Aires, una vez al año. Siempre tuvimos el acompañamiento de profesionales de Eldorado, Oberá, Posadas. Podemos agradecer a Dios porque ella puede caminar, hablar. Es tranquila, amorosa. Le gusta tocar la guitarra, cantar, pintar, jugar, y en eso siempre la estimulamos”.
Confió que “tenemos pensado comprarle una cama con colchón porque ella tiene su habitación y le gusta tener sus cosas, no es de compartirlas. Un premio así es para complacer el deseo de Julia, de poder tener su cama con su princesa, su barbie, como ella siempre quiso. Para uno que vive en la colonia, a pesar del salario, no alcanza para comprar algo más grande porque todo está muy caro. Y siempre la ilusión de un niño es tener sus cosas, poder darle lo que ella necesita y lo que ella quiere”.
La familia de Julia, compuesta por su papá, su mamá y un hermano menor, se adaptó a su condición, pero entiende que “no hay que tratarla como a una enferma, ella camina, juega, tiene los mismos derechos de aprender, de estar. Como a cualquier otro chico, hay que ponerle límites, horarios. Y como padres, no debemos tener vergüenza, porque me pasó que en varias oportunidades me preguntaron si no tenía vergüenza de salir con mi hija. No hay que tener vergüenza de salir, de mostrarla, de integrarla en la sociedad en que estamos. Son personas que tienen el mismo derecho que cualquiera, las mismas oportunidades”.
Marcia agradeció al IPLyC SE “que nos dio este premio, y a todos quienes nos ayudaron en esto, que Dios le siga bendiciendo”.
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