La mujer fue asesinada por motochorros en marzo del año pasado, causa que no tiene detenidos y está estancada. El menor fue encontrado muerto en un bañado y bajo sospecha está detenido un hombre, aunque la familia apunta hacia algunos policías.
Gladis Gómez (39) fue asesinada por motochorros en un asalto al negocio que atendía por calle Piedrabuena de Oberá. El ataque a balazos fue el 2 de marzo del año pasado y la comerciante, que además era catequista, murió once días después (13 de marzo) en el hospital Samic de Oberá. Por el asesinato no hay sospechosos detenidos y la investigación está prácticamente estancada. En su momento hubo dos pero fueron liberados.
Josías Galeano (15) estuvo desaparecido durante 34 días hasta que fue encontrado asesinado y su cuerpo en avanzado estado de descomposición en un bañado de Oberá, el viernes 3 de junio de 2022. Por el crimen hay un detenido, se llama Andrés «Koki» Texeira, tiene 24 años. Supuestamente, habría confesado el crimen ante un testigo que luego brindó esa información a la Policía, aunque la familia de la víctima apuntala una versión distinta que involucra a efectivos de la fuerza provincial.
Dos crímenes cometidos en tiempos distintos, aunque con familias unidas por el dolor que esta tarde decidieron juntar fuerzas para marchar y pedir justicia, además de celeridad en las investigaciones. Ninguna está conforme con la actuación policial/judicial. «Pedimos que se esclarezca pronto todo esto, necesitamos respuestas concretas sobre qué pasó realmente con mi hijo. Como madre estoy muy indignada con la Policía, con la Justicia, con la sociedad que no acompaña», dijo Carolina Ramírez, mamá de Josías, y en ese plano acotó que «no es fácil lidiar todos los días con la muerte de un hijo y que el asesino esté libre caminando por las calles. Hoy fue mi hijo pero mañana puede ser el hijo de cualquier persona. Esto es algo terrible».
«Mi pedido como mamá es que se esclarezca y los culpables paguen, aunque es difícil porque esta justicia que tenemos es una vergüenza», reclamó y añadió que «pasan los días y no logro entender por qué Josías. No lo voy a entender nunca porque aunque el culpable pague, Josías no va a volver. Igual pido justicia y que el verdadero asesino sea condenado, que no ande por las calles libremente amedrentando a otros adolescentes».
Unos sufren, otros libres
En sintonía con eso, Rafaela Gómez, hermana de Gladis, apuntó principalmente a la defectuosa investigación. «Los únicos dos sospechosos que estaban detenidos ya no lo están y eso quiere decir que los asesinos de mi hermana están libres, caminando entre nosotros. Es por eso este pedido de justicia, decimos basta de impunidad y que las autoridades hagan su trabajo como corresponde».
Con lágrimas en los ojos recordó a sus padres, lamentando que «mi papá está medicado, mi mamá se cerró en sí, no habla de su hija, no puede, están sufriendo y las hermanas estamos acá visibilizando el caso, exigiendo que vayan a fondo. Ojalá nos den una esperanza encontrando a los asesinos, poniéndolos tras las rejas, porque no es justo que estemos sufriendo y ellos (los asesinos) libres como si nada».
La columna de un centenar de personas marchó desde el centro cívico de la ciudad por alrededor de diez cuadras, con carteles reflejando ambos casos. Los presentes también fueron testigos de un sentido abrazo entre la mamá de Josías y una hermana de Gladis, protagonistas de una promesa mutua: no soltarse las manos y luchar sin descanso hasta que los criminales esten tras las rejas.
Fuente, El Territorio.
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