Federico “Morenita” Marín (34), condenado en el marco de la megacausa por narcotráfico que sacudió a la localidad correntina de Itatí y prófugo desde febrero por violar el régimen de prisión domiciliaria al que accedió como “testigo protegido”, fue abatido anoche tras enfrentarse a tiros con la Policía Federal Argentina (PFA).
La historia de Marín es larga. Comenzó a ser buscado en 2016, cuando la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) irrumpió en Itatí para ejecutar el denominado Operativo Sapucay, que consistió en una imponente redada contra una organización narco que se dedicaba a ingresar hasta 15 toneladas por marihuana por semana desde Paraguay y que tenía hasta el propio intendente, Natividad Roger Terán, como uno de los involucrados, además de otros funcionarios políticos y de seguridad.
Morenita Martín aparecía como uno de los principales involucrados en esa causa, pero se mantuvo prófugo hasta 2018 cuando siendo uno de los narcos más buscados del país fue a visitar a su familia en Itatí y logró ser capturado por la GNA.
Después de ello, fue sometido a proceso. En esa instancia fue condenado a ocho años de prisión como “organizador de diversas maniobras de narcotráfico”, pero además de ello se acogió al Programa Nacional de Protección a Testigos e Imputados, por lo cual accedió al beneficio de la prisión domiciliaria.
Y ese no fue el único beneficio que obtuvo, ya que al ser considerado protegido el Estado le proveyó de una vivienda en Buenos Aires, de un automóvil y le asignó un presupuesto para llevar adelante algún emprendimiento que le significara obtener ingresos que le permitieran reinsertarse en la sociedad sin depender de la ayuda del programa.
Sin embargo, en febrero decidió echar todo por tierra cuando dijo que iba a ir a un hospital para atenderse de hemorroides y desapareció.
Desde ese momento se volvió a transformar en uno de los delincuentes más buscados del país y anoche fue localizado nuevamente en Itatí y otra vez mientras visitaba a su familia.
Según describieron, el hombre fue interceptado por la PFA mientras se movilizaba en el Fiat Uno que le habían proveía el Estado y estaba junto a su familia, aunque eso no impidió que se resistiera a tiros del procedimiento.
Producto del enfrentamiento, Marín acabó muerto y dos uniformados resultados heridos, aunque se encuentran fuera de peligro.
En el auto del fallecido los uniformados federales dieron con una pistola Glock calibre 40 milímetros y tres revólveres 38, además de municiones, cargadores y una manopla de hierro. En sus manos empuñaba una pistola Bersa 9 milímetros.
Fuente, La Voz de Misiones.
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