Una peluquera de Posadas denunció que delincuentes cibernéticos hackearon su WhatsApp haciéndose pasar por trabajadores de Energía de Misiones (Emsa) y ahora estafan a sus clientes solicitando transferencias por billeteras electrónicas, ardid mediante el cual ya se apoderaron de casi 100.000 pesos.
El caso fue denunciado por Silvia Gonzaga, propietaria de la peluquería Sublime, ubicada sobre calle Ayacucho, a quien ayer vulneraron su cuenta de WhatsApp y, desde ese momento, se hicieron pasar por ella para estafar a sus contactos, la mayoría de ellos clientes.
“Es muy triste, me siento re mal con todo esto porque mucha gente actuó de buena fe, siendo solidaria conmigo, prestando plata que supuestamente yo pedía como favor, pero en realidad no era yo. Todos sabemos que hoy en día la plata no sobra en ninguna familia, así que el daño es muy grande. Habrán hecho estragos, tengo más de 5.000 contactos”
La estilista dio detalles de cómo accedieron a su línea de WhatsApp, revelando las labores de inteligencia desarrolladas por los delincuentes informáticos detrás de la estafa.
De Emsa a las estafas
Gonzaga contó que todo comenzó con un llamado al teléfono fijo de la peluquería, donde los delincuentes se hicieron pasar por agentes de Emsa que estaban realizando un relevamiento sobre daños provocados por la reciente tormenta de Santa Rosa, para realizar tareas de mantenimiento y arreglos.
Cuando sintieron que tenían la situación bajo control, los estafadores le solicitaron a Gonzaga su número de WhatsApp y continuaron la treta por esa vía.
“Me dijeron que tenían que programar una visita o un corte, pero se podía convenir el horario. Para eso me dijeron que iban a enviar un código por WhastApp y yo tenía que reenviarle esos números para confirmar la operación. La verdad que caí, no me di cuenta”, dijo la damnificada con resignación y bronca.
Es que, en realidad, ese código se trataba de un PIN para acceder al WhastApp desde otro celular, activando la función de multidispositivo, que permite abrir una misma cuenta en varios teléfonos.
A partir de ahí, la cuenta fue duplicada, lo que también implica acceso a la lista de contacto y al contenido de las últimas conversaciones.
Así fue como los estafadores comenzaron a entablar chats haciéndose pasar por Gonzaga y, mediante un análisis del historial con cada contacto, supieron armar diversas historias para que nadie desconfíe.
Por ejemplo, recientemente un cliente envió un mensaje para pedir un turno y, tras la confirmación de un horario, abrieron el camino para el intento de estafa.
“Tengo que hacer un pago por transferencia y mi cuenta no me deja transferir, vos no tenés para transferirme, yo ahora te devuelvo sin falta”, preguntaron al cliente, a quien luego le dijeron que necesitaba el dinero porque “justo cayó una proveedora”.
El monto solicitado en esta ocasión fue de 15.000 pesos, pero en otros casos alcanzaron a pedir hasta 60.000 y lograron que la transferencia se haga.
En este último hecho en particular, el cliente se negó a realizar la transferencia, pero los estafadores no se detuvieron. Frustrada la posibilidad de obtener dinero de ese contacto, quisieron tender otra trampa, esta vez, para duplicar otra cuenta de WhastApp.
Es que después indicaron que, a partir de esta semana, en la peluquería estaban funcionando con “un sistema de turnos programados” y que para ello enviarían un código de confirmación.
Ese código de confirmación no era más que otro PIN para activar la función multidispositivos, mediante el cual accedería a la línea del cliente y desde allí iniciarían una nueva cadena de estafas.
El hecho fue denunciado ante la Policía de Misiones y ahora bajo investigación de los agentes especializados de la Dirección Cibercrimen.
Fuente, La voz de Misiones.
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