El responsable del Programa de Estudio de Animales Venenosos del Ministerio de Salud Pública, Roberto Stetson, explicó que si bien “se trata de un insecto propio de nuestra fauna, lo raro es que se presente en tanta cantidad”.
La sorpresiva aparición de unos insectos similares a una cucaracha en distintos barrios de Posadas generó preocupación entre los vecinos sobre las consecuencias que podría traer a la salud y al ambiente. En diálogo con Primera Edición, el investigador, docente de la UNaM y responsable del Programa de Estudio de Animales Venenosos del Ministerio de Salud Pública de la Provincia de Misiones, Roberto Stetson, explicó que si bien “se trata de un insecto propio de nuestra fauna, lo raro es que se presente en tanta cantidad”.
“En 45 años de docencia e investigación en Salud Pública y la Universidad, nunca había visto que se distribuya en tanta cantidad. Generalmente uno los veía en la costanera, en los clubes o en las piletas de natación, pero están en todos los patios y en todas las casas”, señaló.
Detalló que estos insectos del grupo de los hemíteros son un tipo de “chinche acuática”, también llamadas “cucarachas de agua” por el parecido en tamaño y color que tienen con sus tocayas.
Indicó que esta chinche acuática voladora “se alimenta de los jugos corporales de animales que pueden ser muy variados como por ejemplo caracoles, peces, renacuajos e inclusive ranas adultas”.
“Son silvestres, se reproducen en aguas dulces cubiertas con abundante vegetación palustre, que crecen en las orillas del agua, donde se esconden y esperan a sus presas. No son una plaga ni tampoco representan un peligro para la salud ya que no transmiten ninguna enfermedad”, aclaró.
Describió que “también tienen un par de patas anteriores en forma de ganchos, que recuerdan a las pinzas de los escorpiones” y advirtió que “para paralizar a sus presas tienen una saliva tóxica, que les permite inmovilizar y chupar los jugos de éstas”.
No obstante, aclaró que “no son peligrosos para el hombre” y sostuvo que “los accidentes son muy raros”.
“Están siempre en el agua, solamente se los encuentra fuera cuando se reseca el lugar donde viven porque a veces tienen charcas temporales o por alguna otra cuestión como por densidad poblacional, es que vuelan y de esta forma se trasladan a otros sitios. Son atraídas por las luces, los faroles, las casas y caen atrapados como otros insectos”, apuntó.
Recomendó a la población que evite tocar estos insectos con las manos y que si bien no son agresivos sí puede haber una picadura por tratar de defenderse.
Al tiempo, insistió en que “no son peligrosos, no persiguen y la toxicidad no es mortal para el hombre. No hay casos de accidentes mortales registrados. Sí son muy dolorosos y a veces hay que colocar algún calmante si hay algún edema. A los perros también si les pica y les duele mucho, hay que llevarlos al veterinario para recibir algún calmante, de todas formas el dolor es provisorio, es decir, no es permanente”, destacó.
Consultado sobre los motivos de este aumento poblacional, Stetson observó que “la hipótesis más probable es la que está ocurriendo con muchos otros organismos y es que no están existiendo inviernos con heladas, las cuales son las reguladoras naturales de las llamadas plagas”.
Estas cucarachas de agua “normalmente se tienen que reproducir en verano y primavera, pero en realidad estas temperaturas veraniegas se dan todo el año, entonces se reproducen todo el año y eso hace que aumente en demasía el número de especímenes. Hay una sobrepoblación en las charcas y en los arroyos, los que les lleva un poco a buscar nuevos sitios para reducir la competencia”, enfatizó.
A todo esto, el experto aclaró que “la vinchuca no tiene nada que ver con este insecto, ni en la forma, ni el tamaño. No tengo conocimiento de que se hayan encontrado vinchucas en Posadas, la zona de las vinchucas generalmente son las de Cerro Corá, Cerro Azul y hacia el norte“.