La autopsia al trabajador rural paraguayo hallado en Garuhapé determinó que fue asesinado de un disparo por arma de fuego en la espalda. La bala le generó lesiones internas graves, que derivaron en un shock hipovolémico. La víctima fue identificada como Eligio Osorio Parodi, de 41 años, domiciliado en el distrito de Bonanza, Itapúa.
El proyectil fue extraído y, si bien está deformado, será analizado por peritos para determinar de qué calibre se trata. Más adelante, con el informe completo de la operación, se podrá establecer sí la víctima había bebido o ingerido sustancias.
Como informó este medio, en la escena del crimen -el médico policial lo vio cerca de la medianoche del martes en la chacra- se creyó que el hombre tenía una lesión de arma blanca, por lo que la novedad devela que se trató de un crimen totalmente distinto, que podría generar incluso un agravante en la calificación penal.
La bala ingresó por la espalda de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha, por lo que los investigadores creen que fue un disparo certero y a traición. Es decir una posible alevosía.
El cuerpo estaba en la entrada del “rancho” donde vivía mientras hacía los trabajos de tarefa en el campo, por lo que podría haber llegado hasta ahí buscando refugio. El disparo lo recibió cuando estaba entrando o fue hasta allí malherido tras recibir el tiro, son las dos opciones. Se presume que agonizó en el lugar.
Con estos elementos, el siguiente paso de la investigación del Juzgado de Instrucción de Puerto Rico, a cargo del juez Manuel Balanda Gómez, es identificar a la víctima. Como se dijo ayer, el dueño del campo lo conocía simplemente por el nombre de Osorio.
Anoche, la Policía confirmó que la presunta identidad del occiso es Eligio Osorio Parodi, nacido en San Pedro del Paraná en 1982 y domiciliado en el barrio San Cayetano, del distrito de Bonanza. Se dio aviso a su familia y resta ahora que se corroboren con el reconocimiento del cuerpo.
Como informó este medio en su edición de la víspera, los hechos empezaron a conocerse cerca de las 19.30 del martes. Un hombre identificado como Roberto K. (51) se hizo presente en la comisaría local para informar que había hallado un hombre muerto en su propiedad.
De forma inmediata una comisión se trasladó al lote 16 de Colonia Luján, donde confirmaron lo denunciado.
Entonces se preservó la escena y se dio aviso a las autoridades judiciales, al tiempo que diferentes comisiones se hicieron presentes en el lugar.
Sobre la reconstrucción de los hechos, se pudo establecer que la víctima trabajaba con otros cuatro hombres en la cosecha de yerba desde hace varias semanas. Era un trabajo informal, de palabra, y de la misma forma estas personas se presentaban en el sitio: por pasos clandestinos, sin hacer ningún tipo de migración.
Los tareferos habrían llegado del vecino país el domingo por la tarde. El lunes cerca del mediodía el patrón le llevó mercaderías, regresando nuevamente en horas de la siesta a la plantación. En esa instancia no encontró a nadie, algo que le pareció raro.
A las 18 se dirigió al sitio donde estaban viviendo y se encontró con que todo estaba cerrado, aunque pudo divisar que una persona “estaba durmiendo” en el lugar.
Asimismo, el martes regresó y fue en esa instancia en que pudo constatar que se encontraba en la misma posición y que en verdad estaba muerto.
Lo que se presume con esta secuencia es que los demás trabajadores huyeron nuevamente a su país, con la ventaja de la ventana de tiempo entre el crimen y el hallazgo del cadáver.
Por esta razón se pidió colaboración a las autoridades paraguayas en San Pedro del Paraná.
El personal de la División de Criminalística local incautó machetes, un cuchillo y un teléfono celular está siendo analizado por especialistas.