José tiene 58 años, vive en La Paternal y este domingo se convirtió en el tristemente célebre protagonista de la fecha del fútbol argentino. Se trata del hincha de River que se infiltró en La Bombonera para ver el Superclásico y estuvo a punto de ser linchado por los hinchas de Boca que lo molieron a golpes en plena popular.
“No voy a hacerle juicio a Boca, el responsable soy yo. Cómo voy a ir a la Bombonera con tatuajes de River”.
El domingo, cuando gran parte del país se paralizaba porque se jugaba el Superclásico del fútbol argentino, José recibió a su amiga Camila, hincha de Boca, que llegaba desde su provincia, Misiones, para visitarlo.
Entre mate y mate, el hombre tuvo una idea que le costaría caro: se le ocurrió llevarla a conocer La Bombonera.
A pesar de la insistencia de sus familiares sobre el peligro de su idea, el hombre decidió dirigirse hacia el barrio de la Boca con la promesa de que no se acercaría a la cancha.
José tiene el cuerpo repleto de tatuajes. Y varios de ellos , cerca de 10, hacen alusión al club de sus amores y son bastante difícil de ocultar. Sobre todo uno que le nace en el cuello con las siglas del club: «CARP». Por eso decidió ponerse una bufanda en el cuello y salió para La Boca.
La pareja llegó a la cancha sin tickets y con el partido empezado, sin embargo cuenta que se las arregló para ingresar en el entretiempo: “No tenía entrada, pero nos metimos en el segundo tiempo después de burlar a la seguridad del estadio«, le contó José a TN.
Una vez adentro, el hombre no tardó en llamar la atención. Si bien se tapó el tatuaje del cuello, era el único lunar «colorado» que cortaba la marea azul y dorada que cubría las tribunas de La Bombonera.
José eligió vestirse de un bordó muy cercano al rojo que cruza el pecho de la camiseta riverplatense. Para colmo, se fue con los brazos al descubierto, donde asomaba otro de los tatuajes con el club de sus amores. Uno que dice «River Plate».
Cuando se acodó contra uno de los escalones de la popular, la manga corta le descubrió una leyenda. Y el delator no tardó en llegar.
«Hay un infiltrado, hay que matarlo»
Ese fue el grito de guerra que desató la ira contra José. Decenas de hinchas se le fueron encima, «unos 50», recuerda él, y le pegaron con todo lo que tenían. Cuando cayó al piso, siguieron lloviendo patadas y golpes.
“Estábamos atrás del arco de Boca y uno de los hinchas me sacó la bufanda que tenía en el cuello y me vio el tatuaje de River. Ahí gritó que era un infiltrado y llegaron como 50 personas a pegarme”, recuerda ahora en Todo Noticias.
«Me empujaron y me empezaron a pegar. Cuando caigo me golpeo la cabeza contra los escalones de material y pierdo la consciencia por unos instantes. Los golpes no paraban”, siguió su relato en el canal de noticias.
Cerca de las 16:25 fue auxiliado por los socorristas del club. Según contaron los testigos, entre ellos su amiga Camila, José sufrió una crisis hipertensiva, perdió el conocimiento y trataron de estabilizarlo durante cerca de 10 minutos.
Después de lograr que recuperara el conocimiento, los médicos diagnosticaron «crisis hipertensiva con perdida de conocimiento, aparentemente a raíz de varios golpes» y lo trasladaron al Argerich. Además, le labraron un acta de contravenciones por haber ingresado al estadio sin entradas.
Para completar su racha de malas decisiones, José decidió dejar el hospital, a pesar de la recomendación de los profesionales: “Los médicos de Boca me llevaron a la guardia del Argerich, me vieron y me dijeron que espere porque tenían una urgencia. Yo no le hice caso y me fui. Creo que hice mal porque aún sigo con dolores”.
«No pienso hacerle juicio a Boca»
Si bien no se justifica la barbarie de la paliza que recibió, José entiende que se pasó de la raya, por eso no piensa tomar acciones legales contra Boca.
“No voy a hacerle juicio a Boca, el responsable soy yo. Cómo voy a ir a la Bombonera con tatuajes de River”, finalizó el hincha.
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