Exequiel (23) fue detenido hace diez días y habría tenido un brote psicótico. Lo trasladaron al hospital Carrillo de Posadas y a las horas lo volvieron a llevar al calabozo, donde luego murió. Interviene el Juzgado de Instrucción 7 y trabaja Gendarmería Nacional.
Todo es incertidumbre, dolor y confusión en la localidad de San José por la muerte de un joven de 23 años, quien fue hallado sin vida en una celda de la comisaría seccional Segunda de esta ciudad.
Ángel Exequiel Barboza fue detenido el jueves 5 de octubre cuando aparentemente tomaba mate con un amigo en la vereda, y esta mañana, la familia se enteró de su muerte luego de llamar a la dependencia.
En una denuncia pública en el canal Crónica TV, los familiares del joven apuntan contra la policía. Aseguran que Exequiel estaba golpeado cuando lo fueron a visitar y no lo dejaron ver. Su padre, a través de las rejas de la celda, lo vio el domingo 15 por última vez, con golpes en el ojo izquierdo y en el cuerpo, además no podía hablar, estaba débil, contó al medio nacional.
El hermetismo sobre el caso es tal, que ni la justicia ni la fuerza provincial, dan certezas acerca de la causa de muerte del joven. Tampoco dejaron a la familia ver el cuerpo.
El Juzgado de Instrucción N°7 de Posadas, a cargo de Miguel Mattos, interviene en el caso y dio parte a personal de la Dirección de Criminalística y Estudios Forenses de Gendarmería Nacional para realizar las primeras pericias de rigor en la celda y al cuerpo de Exequiel, para luego trasladarlo a la Morgue Judicial de Posadas, donde el médico legista hará la autopsia correspondiente.
Desacato, brote psicótico y muerte
Exequiel fue detenido el jueves 5 por desobediencia judicial, lesiones y violación de domicilio. Su familia esperó su vuelta durante dos días, y se enteraron de que estaba tras las rejas en la comisaría Segunda.
La familia llamó a una abogada particular, Mónica Sosa, quien acudió a la comisaría el sábado 14 y habló con la policía. Allí, los efectivos le dieron parte de la situación del joven: dijeron que no comía hace unos diez días, se desnudaba y deliraba. A entender de la abogada, tenía un brote psicótico.
La letrada dio aviso al Juzgado de Instrucción 4 de Apóstoles, que tenía la causa por desacato, quien inmediatamente dio oficio a la policía local de que trasladen al joven a Posadas, al Hospital Carrillo, el pasado sábado 14. Sin embargo, aquí comenzó el verdadero periplo de la familia.
Desde el centro de salud mental revisaron al joven, pero en vez de internarlo, a las pocas horas, lo mandaron de vuelta a la comisaría, con una receta de medicamentos. No obstante, el padre manifestó que, la última vez que lo vio el domingo, Exequiel estaba débil, golpeado, no se podía vestir y tampoco bañarse, por lo que requería ayuda. Además no lo dejaban medicarse.
En ese trajín de días, nadie sabe que pasó o al menos la familia. Lo cierto es que esta mañana el joven fue hallado sin vida por personal policial encargado de la requisa y conteo de presos.
En ese sentido, el segundo jefe de la Unidad Regional VII de Apóstoles, Silvio Rodríguez, dijo a Crónica TV que Exequiel “estaba acostado y tapado como dormido en su cama, no se levantó. No tenemos conocimiento de que tenga signos de violencia, lo demás está en etapa de investigación”.
“Vamos a investigar y establecer si hay alguna responsabilidad también del personal policial”, sumó.
Incertidumbre y dolor
Los padres de Exequiel sigue en las penumbras, sin saber cómo murió su hijo ni cuándo. Tampoco saben por qué, si tenía un brote psicótico lo volvieron a llevar al calabozo donde finalmente murió.
El padre del joven contó que vio a Exequiel golpeado. “Los policías nos dijeron que él se lastimaba solo, que se golpeaba. Dijeron que se quería matar, fueron a casa a contarnos eso”, mencionó. Y agregó que “él estaba golpeado en el ojo y en el cuerpo, porque la policía le pagó, estaba todo judeado. Nos dijeron que él estaba loco”.
Explicó que el domingo fue la última vez que lo vio. “Yo le traje un juguito, agua para tomar, le traje banana y ya no me dejaron pasar. Ellos (los policías de guardia) nunca le daban la comida, y él pasó sin comer como diez días (…) El domingo lo vi por última vez con vida, de casualidad me dejaron pasar y yo por la reja le dije que le pasó y no podía hablar. Él estaba medicado, no tenía fuerzas para hablar, y decía ‘me…’ y se presionaba la panza”, resumió con dolor.
Una hermana del joven, agregó que la policía les mintió en todo momento. “Dijeron que él estaba drogado, que había fumado, pero nunca le hicieron una análisis de sangre para confirmar”.
Por su parte, la abogada contratada por el padre del joven, dijo que intervino cuando la policía fue a la casa de la familia para alertar la situación psiquiátrica del joven, pero para defender al joven. “Hablé con la policía y ellos me decían que el chico estaba atacado, pero como si fuera una situación de abstinencia. Ya la justicia había intervenido diez días antes, le habían negado la encarcelación, había una intervención de la Fiscalía”, mencionó.
Cuando trasladan al joven a Posadas, la letrada se fue a su domicilio en Apóstoles. A las pocas horas, llamó al padre para saber en qué situación estaban. Allí se enteró de que el joven fue nuevamente trasladado a la comisaría San José, contó. “Hoy me entero de esta situación. Y pregunto, ¿cómo el chico vuelve de nuevo? Estando diez días sin comer, que está mal, tiene un cuadro de estrés galopante. Hay un incumplimiento de funcionario público desde el vamos, tanto del Poder Judicial como del sistema de salud mental”, advirtió.
Por estas horas, el cuerpo de Exequiel se encuentra en la Morgue Judicial para su correspondiente autopsia y establecer las causales del deceso. En ese mismo marco, se espera la declaración testimonial de los detenidos que se encontraban en la celda con él.
Además, la Jefatura de Policía abrió una investigación interna en esa dependencia para determinar si hubo algún tipo de negligencia.