Mia Schem estuvo en cautiverio durante 54 días en manos de Hamás. Fue liberada en el mes de noviembre.Mia Schem, de 21 años, fue liberada a finales de noviembre en virtud de un alto el fuego ya expirado entre Israel y Hamás, y su caso se hizo conocido debido a que durante su cautiverio los militantes palestinos difundieron imágenes de video en las que se la veía recibiendo tratamiento por una herida de bala en un brazo
En ese sentido, contó detalles sobre su secuestro y reveló que estaba «encerrada en una habitación oscura, sin poder hablar, sin poder ser vista ni oída, escondida. Hay un terrorista mirándote 24 horas al día, 7 días a la semana, mirándote, violándote con sus ojos».
«Hay miedo a ser violada, hay miedo a morir. Tenía miedo», admitió. Al ser liberada el 30 de noviembre, cuando aún se encontraba en Gaza, Schem afirmó que había sido bien tratada, pero en la última entrevista dijo que se había sentido obligada a dar esa versión.
El motivo por el que el captor de Hamás no la violó
Sobre el motivo por el cual su captor no la violó, Mia Schem añadió que la presencia de su esposa en la casa la había tranquilizado, aunque la mujer la trataba con hostilidad. «Ella estaba fuera de la habitación con los niños. Esa fue la única razón por la que no me violó«.
Durante sus 54 días como rehén, dijo que la esposa del captor había «jugado» con ella, sirviéndole comida a su esposo mientras le negaba alimentos a ella.
«Su mujer odiaba el hecho de que él y yo estuviéramos en la misma habitación«, dijo Schem. «Te sientes como si quisieras un abrazo, de mujer a mujer, para no tener que ser fuerte por un momento. Eso es todo lo que tenías allí. Pero era tan mala, tenía unos ojos tan malos: una mala mujer». Además, añadió que, en un momento dado, el captor le había confiado que no quería a su mujer.
Sobre sus días en cautiverio, Mia relató que el sonido de los bombardeos israelíes sobre el enclave palestino no le molestaban, aunque las ventanas del edificio donde estaba retenida se hicieron añicos y quedó temporalmente ensordecida. «Pensé: ‘Si no morí el 7 (de octubre), no voy a morir ahora’. Confié en los militares«, aseguró.
Sin embargo, la ayuda llegó demasiado tarde para el mejor amigo de Schem, Elia Toledano, quien fue secuestrado con ella pero llevado a otro lugar, murió en lo que Hamás dijo que había sido un ataque aéreo israelí. El Ejército que recuperó su cadáver junto con los de otros cuatro rehenes este mes, declaró que se estaban investigando las circunstancias de sus muertes.