El presidente Joe Biden advirtió que no dudará en ordenar medidas adicionales “para proteger a nuestra gente y el libre flujo del comercio internacional según sea necesario”
Estados Unidos lanzó este viernes otro ataque militar contra los rebeldes hutíes en Yemen, tras la acción militar a gran escala realizada en una misión conjunta con el Reino Unido, confirmó el Comando Central de Estados Unidos (CENTCOM, por sus siglas en inglés)
Los ataques adicionales llevados a cabo la noche de este viernes tuvieron un menor alcance que los lanzados el día anterior y estaban dirigidos a un radar utilizado por los rebeldes, según dijeron dos funcionarios de la Administración del presidente Joe Biden, citados por la cadena CNN.
La acción militar fue desplegada desde el destructor naval estadounidense USS Carney (DDG 64) a las 3:45 de la madrugada del 13 de enero hora de Saná (00.45 GMT) en el que se utilizaron misiles de ataque terrestre Tomahawk, explicó CENTCOM.
El comando detalló que esta fue “una acción de seguimiento contra un objetivo militar específico” asociado con los ataques efectuados en días recientes diseñados para degradar la capacidad de los hutíes para atacar buques.
Los rebeldes hutíes habían disparado al menos un misil balístico contra un buque comercial que navegaba en el mar Rojo el viernes, después que las fuerzas militares estadounidenses y británicas lanzaron 73 bombardeos contra sus posiciones militares en varias provincias de Yemen, dejando cinco bajas en sus filas, de acuerdo con los insurgentes.
Los funcionarios estadounidenses no explicaron si el segundo día de acciones militares contra los rebeldes fue lanzado en solitario por los EEUU, o contó con el respaldo de otras naciones como se dio con los operativos de hace dos días.
Las dos acciones hacen parte de una fuerte escalada de operativos militares para detener los ataques contra buques comerciales en el mar Rojo, que según la milicia rebelde se realizan en apoyo a los palestinos bajo el bombardeo israelí en Gaza.
El lugarteniente Douglas Sims, director de operaciones del Estado Mayor Conjunto estadounidense, detalló este viernes en una conferencia de prensa que se lanzaron ataques a 28 enclaves en la acción del jueves, apoyada por 10 países.
“Esto estaba exclusivamente diseñado para ir contra las capacidades que están impidiendo la libertad internacional de navegación”, añadió Sims ante la prensa, que dijo que Washington está “bastante confiado” en que hicieron un buen trabajo.
Por su parte, el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, aseguró que EEUU no busca una guerra en Yemen contra los hutíes, apoyados por Irán.
Añadió que la intención del presidente, Joe Biden, es rebajar la tensión en la región. “Queremos que cesen sus ataques”.
Biden envió este viernes una carta al Congreso de EEUU para informar del ataque aéreo lanzado contra los hutíes del Yemen, tras recibir críticas por no haber avisado al Poder Legislativo antes del bombardeo.
El mandatario estadounidense advirtió en un comunicado que “no dudaré en ordenar medidas adicionales para proteger a nuestra gente y el libre flujo del comercio internacional según sea necesario”.
“Los ataques se llevaron a cabo para disuadir y degradar la capacidad de los hutíes de llevar a cabo futuros ataques y se llevaron a cabo de una manera diseñada para limitar el riesgo de una escalada y evitar víctimas civiles”, explicó Biden en la misiva.
El mandatario estadounidense subrayó que el objetivo de los ataques era “proteger y defender” a su personal y sus activos, previniendo “futuros ataques contra Estados Unidos y contra buques que operan en la región del Mar Rojo”. Acciones que, señaló, “podrían desestabilizar aún más la región y amenazar los intereses estratégicos de los Estados Unidos”.
En este sentido, Biden defendió su actuación como “necesaria y proporcionada de conformidad con el Derecho Internacional”, alegando que responde al “ejercicio del derecho inherente de Estados Unidos a la legítima defensa, tal como se refleja en el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas”.